Capítulo 18.

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De pequeño Taemin, no fue un niño berrinchudo, pero Na Ra estaba segura de que las si lo hubiera sido, se habría comportado de la manera en la que lo estaba haciendo en ese momento, en el que no dejó de repetirle que no podía separarlo de Min Ho, que él lo amaba, incluso lo vio llorar, y eso estaba partiéndole el corazón a ella como su madre, pero tenía que ser firme o su hijo pensaría que podía dominarla.

—Mamá... —Taemin haló su abrigo —yo amo a Min Ho.

—Taemin, compórtate —dijo en un tono molesto.

—Pero mamá...

Las lágrimas de Taemin volvieron a caer y Na Ra miró hacia otro lugar, prefiriendo ver a las miradas que la acusaban en lugar de a su hijo llorar, porque ella no iba a ceder, era una determinación que tenía con respecto a todo eso, ya que sentía que estaba haciendo lo correcto.

Taemin por su parte no dejaba de insistir, porque no podía permitir que su madre lo alejara de Min Ho, él había hecho tanto para que éste se fijara en él, y ella sólo le estaba prohibiéndole verlo otra vez, y casi estaba seguro que si Na Ra no autorizaba esa relación, Choi iba a darse por vencido, por ese había se aferró a él ante.

No importaron las lágrimas y súplicas en el camino de regreso a casa, porque las cosas no habían cambiado desde que salieron del apartamento de Min Ho, sin embargo, Taemin no iba a detenerse, ni Na Ra estaba dispuesta a ceder.

—Taemin, ve a tu habitación —Na Ra vio la intención de su hijo por protestar —ahora, y no puedes salir de la casa.

—Pero...

—Obedece.

No tuvo otra opción más que obedecer, subiendo a su habitación mientras refunfuñaba, y pasaban miles de ideas por su cabeza, porque Taemin incluso pensó en escapar de la casa, quizás de esa manera, tanto su madre como Min Ho, iban a entender lo que él estaba dispuesto a hacer por lo que quería, y por el momento era estar al lado de Choi, después de todo, éste podía darle todo lo que deseaba.

Se rehusó a bajar a la hora del almuerzo, ya que estaba en una "huelga de hambre", o eso le dijo a su mamá cuando ni siquiera le abrió la puerta, y ella no insistió, sin embargo, cuando la noche cayó, no tuvo más opción que salir cuando creía que todos estaban durmiendo, porque moría de hambre.

No obstante, antes de bajar las escaleras pudo escuchar la voz de su madre, e imaginaba que a su lado estaba su padrastro, ya que ésta le contaba acerca de lo sucedido en la mañana, cómo Min Ho le pidió permiso para tener una relación con él, pero ella creía que sólo quería abusar de su hijo.

Por el tono de Yun Ho y sus frases cortas, Taemin pudo entender que no estaba muy feliz, y en ese momento odió un poco más a su madre, porque ella parecía dispuesta a arruinar todo lo que él logró, ya que no sólo se trataba de Min Ho, sino también de aquello que existía entre él y su padrastro, porque después de todo, había sido bueno para él tenerlo de lado, aunque la noche anterior no fue así.

Volvió a su habitación cuando escuchó a su mamá despedirse de Yun Ho, y quizás lo mejor era esperar a que él enojo de éste pasara, pero él no iba a hacerlo, ya que en cuanto escuchó la puerta de la recámara de ésta cerrarse, él salió de la suya, bajando sin hacer demasiado ruido, y vio a su padrastro sentado en el sofá, parecía pensativo, pero la manera en como apretaba su mandíbula decía que estaba molesto.

—Yun Ho —dijo en un tono dulce.

Su padrastro pestañeó como si lo hubiera regresado de otro mundo y miró en su dirección, relajando sólo un momento su rostro antes de que volviera a endurecerse, dejando de esa manera claro a Taemin que debía de ser cuidadoso, no quería un nuevo problema qué resolver.

Encanto letalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora