Capitulo III: Buscando a Whistler

611 18 1
                                    

En Sona todo es igualdad.
Hay un maldito calor tanto en el día como en la noche.
Y hay escasez de agua, de modo que a todos nos toca apenas un vaso de ésta.
Apenas llevaba un día y ya me sentía sucia estando ahí.
-Qué tienes? -me pregunto Michael mientras esperábamos en la fila-.
-Pienso -dije mientras me cubría del Sol-.
-En que piensas linda?
-En Jared Leto desnudo -bromeé-.
Me miro con una cara divertida y sorprendida que hizo que soltara una carcajada.
-Acaso olvidaste lo que puedo hacer con mi lengua? -susurró en mi oído-.
La piel se me enchino por el recuerdo.
Iba a contestarle pero Bellick apareció.
-Gracias por guardarme lugar...
-Oye! Sal de aquí intocable -grito un hombre que empujó a Bellick afuera de la fila-.
Me gire hacia Michael y descubrí que estaba hablando con el chico que jugaba basketball.
-Has... Tenido sexo con una porrista rubia? -preguntó el chico-.
-Hum, si.
Abrí los ojos como plato, el me miro y me guiño el ojo.
-Acaso olvidaste lo que puedo hacer en tu pelvis? -dije picaramente-.
-Oh! Ella es tu chica. -dijo el muchacho-, y bien guapa... Quién es tu equipo?
-Soy de los Warriors.
-Tienes buen gusto.
Me sirvieron agua y me fui a la sombra del lugar.
Michael siguió platicando con el basketbalista, supuse que sobre Whistler.
Después, me distraje buscando a Mahone y luego a Bagwell, se originó una pelea por el agua pero no le di importancia hasta que tiraron el balde y me empaparon.
-Definitivamente el agua y yo somos archienemigas. -decía mientras me sacudía la playera-.
Michael se quito su sudadera y me la prestó para secarme.
Después, saco el papel que antes me había mostrado.
-Bellick debe saberlo.
-Por qué él?
-Porque el colocó el papel en mi pantalón.
Se dirigió hacia el desnudo hombre gordo, lo seguí, seguía asoleandome para secar mi única ropa.
No me acerque a él, en cambio, vi a Mahone sentando y decidí ir con él mientras Mike investigaba.
-Quieres? -le ofrecí el vaso-.
-Sólo un poco.
Tomó el vaso con temblorina y me lo entregó casi inmediatamente.
-Cómo te sientes?
-Me duele la cabeza y tengo alucinaciones de Haywire.
-Son tus cadenas cariño, a menos que encuentres la llave, tendrás que cargarlas hasta la muerte.
Termine mi vaso de agua y Michael llegó.
-Me acompañas?
-Al fin del mundo. -respondí-.
Me guió al drenaje; apestaba como a cuerpos en descomposición, tuve que tapar mi nariz con la sudadera hasta que me acostumbre al olor.
-Cómo puede estar viviendo aquí? Llevo menos de cinco minutos y siento el vómito en mi garganta.
-No tardare mucho linda. También mi estómago está de cabeza.
Michael lo llamó tres veces, ninguna de ellas contestó.
-Tienes tres para contestar Whistler última oferta. 1...2...
-Gracias por ser pacientes -dijo con voz ronca-.
-Te sacaremos de aquí -dije mientras trataba de observarlo por el pequeño orificio-.
-Será más difícil de lo que crees mujer. Si alguien me ve... Soy hombre muerto.
Guardamos silencio, teníamos que formular un plan.
-Cuando saldré? -preguntó Whistler-.
-Cuando sea hora. Tienes que ser paciente.
-No creo aguantar más.
-Si quieres vivir, lo harás.
Fue lo último que respondí antes de irnos.
Salimos del drenaje y sentí que alguien nos miraba.
-Yo también lo siento. -dijo Michael-.
Voltee discretamente a todos lados. Era Mahone.
-A las 3.
-Mahone? -preguntó él-. Por qué crees que lo quiera?
-No tengo idea.
Los sedientos aún seguían haciendo sus revueltas contra Lechero, nosotros preferimos apartarnos y entramos a las celdas.
-Michael porque estas tan interesado en ese hombre?! -grito Bellick-.
-Qué te importa! -susurre-.
-Y por qué susurran?
Nos acercamos a él, esta vez Mike habló.
-Acaso tienes otro amigo aparte de mi en este basurero?
-Amigo es dejar al otro sujeto medio desnudo y sin comer?!
-Me encargaré de eso.
-Cuándo?
-Cuando pueda.
Nos dimos media vuelta y seguimos el camino.
-Vendrá Lincoln hoy? -pregunté-.
-Si, creo que ya debe estar aquí. Le entregaré el papel para que investigue.
-De acuerdo. Saludalo.
-Claro bonita.
Me quede sentada en una repisa mientras el se alejaba hacia el oscuro corredor.
Me entretuve viendo a Mahone, estaba hablando con McGrady, después de unos minutos se alejo y se esfumó de mi vista.
Decidí ir a buscarlo, en su condición su juicio no era de fiar.
Aun no me familiarizaba con la prisión así que me tomo un momento recordar que por ahí habíamos entrado al drenaje.
Entre ahí de nuevo, en silencio y vi que Mahone estaba cavando en la pared.
No quise intervenir, a Michael y a mi nos ahorraría mucho trabajo.
-NO! Espera, espera, espera! Dejame aquí. -grito Whistler-.
-Tu serás mi pase de salida.
-Dejalo Mahone. -di un salto hacia adelante para que pudiera verme-.
-Para que lo quieren Alex? Lo necesito más yo que ustedes!
-Tú solo quieres volver a drogarte! Entregamelo!
-Quitamelo gatita...
Caminé hacia el, era el único modo de proteger a James.
Solté varios golpes hacia su cara, la mayoría lograron su objetivo, otros los paró. Lanzaba patadas y rodillazos. El también comenzó a defenderse, pero evitaba pegarme y utilice eso como ventaja.
Empezaron a llegar más hombres, algunos querían intervenir, así que avente uno contra Alexander, éste lo esquivo pero cayó, le iba a quitar a Whistler, mi error? No ver que habíamos roto un tubo. Él lo tomó y me golpeó la cabeza. Me arrojé a la pared, me punsaba y tuve una jaqueca horrible.
-Alex... Yo...
Michael llegó corriendo, yo mientras tocaba el lugar del golpe, estaba sangrando.
-Qué mierda te pasa Mahone?! -grito Michael mientras me ayudaba a levantarme-.
-No quería... Ella... Acerquense y... Les sucederá lo mismo. -gritaba Mahone-.
Michael me cargo para facilitar la huida y una vez fuera, me llevo a su celda.
-Qué sientes Alex?
-Tengo sueño y mi cabeza me explota.
-No cierres tus ojos linda, cuéntame algo, no te duermas.
-Trataré, hummm... No se que decirte.
-McGrady! Necesito un poco de ropa.
-Toma la sudadera... -dije mientras hacía el esfuerzo de quitarmela-.
-Con cuidado cariño.
Cuéntame... Algo que te guste.
-Me gusta el negro y el frío, aunque también disfruto la playa.
-Muy bien, ya casi termino, dime que más te gusta.
-Me acerco hacia él para amarrar el pedazo de tela en mi cabeza. Mis ojos adormilados se enfocaron en los suyos, en el hermoso color azul verdoso, y de mi boca salió una estúpida cursileria.
-Pero lo que más me gusta son tus penetrantes ojos azules.
-Se ruborizo y esbozó una pequeña sonrisa.

-Iré con Lechero

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

-Iré con Lechero. -dijo Michael levantándose de la cama-.
-Voy contigo.
-Debes descansar Alex, mejor quedate aquí.
-Ya no me duele tanto, puedo acompañarte y además no te pedí permiso.
-Siempre eres tan rebelde?
-Siempre eres tan dulce? -lo bese y me levante de la cama antes de que el me amarrara a ella para evitar que lo siguiera-.
Al llegar se escuchaba una pelea entre él y otro de sus hombres.
-Necesito hablar contigo! -exigió Mike-.
-No tengo tiempo y además... Quien te dejo entrar?
-Puedes necesitarnos en varios aspectos -se me ocurrió decir-.
Se me quedo viendo y luego volteó con Michael.
-Quita la recompensa de Whistler. -se animó a decir Michael-.
-Nunca saldré amigo. Tengo cinco cadenas perpetuas. Por que privar a los demás de una oportunidad? Y por que debería confiar en ustedes? Aun no los conozco lo suficiente... Teodoro!
No pude evitar reír, era muy divertido ese nombre.
-Si patrón?
-Puedo confiar en los tortolitos?
-Humm...
Bagwell se quedo analizandonos unos momentos, nos miro de pies a cabeza con su mirada psicópata.
-No jefe. Son como un par de víboras con un puñal en la cola. Te atacan por detrás cuando menos te das cuenta.
-Par de víboras que atacan por detrás, eh? Salgan de aquí.
Aventaron una televisión provocando que rompieran la ventana.
-Danos solo dos minutos...
-No me oíste? Salgan de aquí!
Le sonreí a T-Bag y le enseñe el dedo medio antes de salir.
-Cariño, esperame en el cuarto, se que podemos hacer pero no quiero que bajes.
-Bien. Ten cuidado.
Nos separamos y me dirigí al cuarto.
Me quite la vende improvisada de la cabeza, ya no sangraba y además solo hacia que sudara más.
Al cabo de unos minutos llegó Mike.
-Qué necesitas que haga? -pregunté-.
-Toma la sudadera y desgarrala en tiras.
Obedecí y me puse manos a la obra. Después llegó el basketbalista con una cubeta.
-No es de la mejor calidad pero hice lo que pude.
-Es suficiente, gracias... Por último, puedes traerme bolsas de plástico y cerillos? -saco un billete de su bolsillo y se lo entregó-.
-Nadie sabrá que...
-Me ayudaste? No. -completo Michael-.
Empecé a amarrar todas los trozos.
-Esta listo. Ahora que?
-Necesitaré tu ayuda linda, sígueme.
Cruzamos la prisión para volver a entrar al drenaje. Mahone estaba con Whistler en el patio, de nuevo amenazando a todos con su tubo golpeador.
Nos dirigimos por uno camino diferente, tuvimos que ir a tientas.
-Sostente de mi mano Alex, acabo de tocar algo que desearía no haberlo hecho.
Lo tome con una y con la otra tape mi nariz.
Pronto llegamos a una puerta. Era una central de tuberías.
Nos detuvimos en una y empezamos a quitar los tornillos, después la levantó y arrojó la bolsa.
Quedó una colita de trapo, la prenderiamos para hacer que fluyera el agua.
-Carajo. -dijo Michael al no poder encender el tercer cerillo-.
-Tranquilo Alexandra II. -tomé el fósforo y lo encendí, después prendí los pedazos de tela-.
Esperamos a que estuviera la llama hasta más de la mitad y despues corrimos hacia la salida. Aún estábamos dentro cuando estalló, todo el olor nauseabundo lleno nuestros pulmones, hasta que salimos de ahí y respiramos aire medio limpio.
El agua empezó a salir por la gran llave, todos empezaron a amontonarse. Mahone aún tenía a James, decidí acercarme a él de frente.
-Creo que el preferiría ir conmigo.
-No Alex...
No le di tiempo de hablar, con un rodillazo le golpeé las bolas.
-Ésto si fue personal.
-Gra-gracias -dijo Whistler-.
-Aún no terminamos.
Lo lleve con Michael y fui a tomar una rápida ducha.
No quería quedar mojada de la ropa así que me quite la playera y me moje del torso para arriba. Cuando acabe todos me voltearon a ver.
-Mis ojos están arriba. -dije mientras los señalaba-.
Camine hacia Michael mientras sacudía mi cabello para que se secara, a su lado estaba Whistler secando su cara y la verdad, no estaba nada mal.
-No pensé que aun hubiera mujeres fuertes y bellas como tu. -dijo Whistler-. Gracias hermosa, y si algún día quieres compañía llámame -me guiño el ojo-.
-Para tu mala suerte ella ya esta con alguien. -dijo Michael un poco irritado-.
-Lo pensaré, a decir verdad, sin toda esa suciedad del drenaje, es fácil decir si.
Me senté junto a Michael y me volví a poner mi playera.
-Y como escaparemos? -preguntó James-.
Michael y yo nos volteamos a ver.
-No tengo idea. -respondió-.

Prófugos Donde viven las historias. Descúbrelo ahora