Prófugos

Capítulo XI: El Siete es de la suerte, no?

La mejor noche de mi vida.
Nunca pensé que el mejor sexo (hasta ahora) hubiera sido en prisión.
Desperté con una sonrisa en la cara, algo que no pasaba muy a menudo; arreglé mi celda, acomode la litera y... ¡hasta trate de limpiarla! Todo eso hasta que llegó Bellick:
-Que tal Varay? Por qué tan feliz? Parece que te dieron -dijo burlándose-
Me reí de la ironía pero él pensó que fue de su mal chiste
-No jefe, aunque no hubiera estado mal -dije recordando- Solo dormí bien por primera vez aquí.
-Espero que sea por eso porque si te veo con Scofield así, se irán a solitario por el resto del año.
-Nada pasara jefe, lo prometo -crucé los dedos detrás de mí espalda-
Se fue y al poco tiempo nos llamaron para bajar al descanso, salí de mi celda y espere a Michael y a Sucre el las rejas, no tardaron tanto, Michael y nos saludamos con un beso y a Sucre le di un "putazo de amigos" decía el.
Cuando llegamos al comedor nos sentamos en la primer mesa que vimos y Sucre empezó a decir:
-No pude dormir papi, escuchaba que algo se caía una y otra vez , o como si alguien estuviera viendo porno...
Michael se empezó a ahogar con la comida, yo solté una carcajada y Sucre después de unos segundos comprendió lo que pasó.
-Demonios papi, nunca me lo hubiera imaginado de ti... Por eso llegaste tan tarde, juro que en verdad creí que habías ido a revisar la salida, y tu Alex... casi un mes y ya extrañas la acción - me sonroje un poco e hice una sonrisa nerviosa-.
Fish deberías enseñarme un poco,
-continuó Sucre- para que cuando salga de esta posilga festejemos Maricruz y yo...
Vi que venía T-bag, pateé a la primera pierna que encontré pensado que era Sucre:
-Ouch! - dijo Michael-
-Lo siento
De nuevo lo hice y esta vez si golpeé a Fernando, le hice señas de que T-bag estaba caminando hacia acá y se calló.
-Vaya, vaya, pero si son los tortolitos y el mexicano... De que estaban hablando, eh?
-Soy costarricense Bagwell y no creo que te importe
-Yo creo que si, ya saben que si no salgo de aquí...
-Nosotros cantamos -dije interrumpiendolo-
Hizo un gesto de desagrado y agregó:
-No saques tus garras gatita, puedes lastimarte tu sola.
-Entonces no me obligue.
Paramos de discutir porque llego C-Note; al parecer quería hablar con Michael, el accedió y desde lejos vi que tenía escombro en la mano, erra de las excavaciones que habíamos estado haciendo; regresó casi al final del descanso, le pregunté que había pasado y me respondió que se había enterado cuando trabajo en M, dijo que quería salir con nosotros...
-Cuántos somos? - pregunté
-Siete y contando
-Crees que lo lograremos?
-Eso espero, pero no me daré por vencido, te necesito a ti y a mi hermano fuera de aquí, los necesito conmigo.
-No cargues tanto sobre tus hombros, si son cuatro el peso se vuelve mas ligero -dije mientras lo abrazaba-
-Mientras menos sepas acerca de esto sera mejor, si algún guardia lo descubre, me moriría si te encierran por siempre. Por favor, ayúdame de esa manera, si?
-De acuerdo.
.
Más tarde nos llamaron a M, íbamos a empezar a trabajar cuando llegó un guardia con C-note:
-Dice que también está en el equipo.
Michael negó con la cabeza y Benjamin añadio:
-Vamos Fish, tengo mucha experiencia con el concreto
Michale dudo unos segundos más y aceptó.
-Bien y cuales son las reglas en el plan?
-O trabajas o te quedas -dije mientras le entregaba mi pala-
Me tome un descanso, me dolían los brazos, me senté junto a Lincoln que también se estaba tomando unos minutos, después de un rato me dijo:
-Con que ayer fue tu cumpleaños, eh?
-Si, mi primer fiesta a los 29, en prisión y comiendo pudin de chocolate.
-No solo pudin -dijo Sucre mientras pasaba caminando frente a nosotros-
-Quieres callarte? Tu también te darás tu fiesta con Maricruz cuando salgamos.
Lincoln se quedo con la boca abierta, después se rió y añadió :
-Ósea, lo que Sucre quiere decir es que tu y... Michael, en la prisión, en la noche...
-Pareces adolescente hablando con tus papás de sexo, -le dije burlonamente-
-Oh mierda, es solo que nunca pense que Michael hiciera algo así!
Tu Michael Scofield, que le hiciste a mi hermano -gritó Lincoln- el inocente niño que cuidaba se ha ido, y me ha dejado con un hombre...
Michael se sonrojo y empezó a reírse de lo que decía Linc, íba a seguir griando pero llegó un guardia de sorpresa, dijo que tenía una visita, que era alguien que quería verme y que era urgente.
Salí rápidamente y me dirigí a el área de visitas, el guardia me llevó hasta ahí, cuando llegue no podía creer quien estaba ahí... Era el idiota que había jugado conmigo, era el imbécil de Alexander Mahone; se me hizo un nudo en la garganta, a duras penas me senté y guarde mis palabras, el esperó a que el guardia de fuera y me dijo:
-Hola Alex, se que soy la última persona con la quisieras hablar, en verdad siento que esto acabar así pero...
-Que quieres Mahone? -lo interrumpí-
-Solo quería saber como estabas, vine a disculparme y...
-Y?
-Necesito tu ayuda, los problemas de ansiedad desde que Shales escapó son peores, necesito que me digas el nombre de quien surtía la medicina, por favor dime, quien era?
-Ambos sabemos que Oscar Shales no escapó, además de que eso que tomas no es medicina y por que debería ayudarte? La última vez que lo hice termine aquí.
-Por favor, te deberé una!
-Vete a la mierda. Guardia, llevenme a mi celda.
Camine sin mirar atrás, sabía que si volteaba cambiaría de opinión, solo miraba hacía mis lados para distraerme con lo que pasaba a mi alrededor, del lado izquierdo estaban las rejas de la salida, no había nadie, volteé hacia la derecha, de ese lado estaban los cuartos conyugales, habían demasiadas parejas, intente reconocer a los reos pero uno que otro lo había visto en el patio, hasta que vi un rostro muy familiar, era Michael... Estaba con una castaña, se estaban abrazando, después se separaron y ella le dio un beso; mi respiración se acortaba, el nudo regresaba, y mis lágrimas comenzaban a salir, no podía quitar la vista de ese lugar, afortunadamente se acabo el cristal y seguía el concreto, me llevaron a mi celda, estaba destrozada, me senté en la cama y encontré la flor que Michael me había dado, la iba a romper pero algo me detuvo, escuché a un guardia hablando con el, después lo vi pasar a su celda, escondí la flor y limpie mis lágrimas, se quedo viendo hacía mi lugar, esbozo una leve sonrisa como si no supiera que había pasado, yo no hice ningún gesto, solo lo vi fijamente con una mirada de rabia, me quedé sentada pensando lo que sucedió, el sueño me invadía y tuve que cerrar los ojos, la misma escena se paseaba una y otra vez por mi cabeza, hasta que caí rendida.