Prófugos

Capítulo IX: Nos vemos con mamá

-Bien, quieres tu rosquilla. Traiganle 20 rosquillas, denle todo lo que quiera -dijo Mahone-.
-Chocolate y con chispas -burlé-.
-Camina Alexandra -decía Felecia mientras nos dirigíamos a su auto-.
En cuanto entre, recargue mi cabeza en la ventana y me puse a observar el barco que se alejaba, pensaba en que hubiera pasado si Michael y yo estuviéramos ahí, juntos.
Quita esa cara Varay. -dijo Felecia-, tu nuevo hogar será lindo, te lo aseguro.
-Vete a la mierda.
Me voltee de nuevo hacia la ventana y espere hasta que llegáramos al ministerio.
-Te organizaron una fiesta sorpresa Alex.
Entramos y todos estaban aplaudiendo, me limitaba a verlos, entre a la celda y me quedé sentada en el pequeño banco que había, aún no procesada bien lo que había ocurrido, después de algunas horas (cuando ya se ha I ido Felecia), me acerque a los barrotes y le grite a un guardia.
-Hey! Tu. Quiero mi llamada.
-No puedo sacarte a menos de...
-NO ME ESCUCHASTE O QUÉ? QUIERO MI LLAMADA, TENGO DERECHO A.
Tembloroso, abrió la celda y me colocó las esposas.
Me acerque al teléfono y marque a Margot.
-Hola? Quien es?
-Soy Alexandra, estoy detenida, necesito que traigas tus OÍDOS y escuches con atención a lo que te diré.
-Comienza, cierto?
-Si.
-Iré a comprarlos.
Colgué el teléfono y regrese a mi celda, el hombre mientras me apuntaba con su arma cerro la reja.
-Cuanto tiempo estaré en custodia? -pregunté-.
-En cuanto te den fecha para juicio saldrás.
Empezaba a quedarme dormida, una voz me despertó de manera brusca.
-Te buscan.
-Quién?
-Un hombre. Te transferirá.
Genial. Lo que me faltaba, me tendrán en el asqueroso sótano del FBI, o me obligarán a ayudarles.
-Te ves muy bien Alex. -dijo Mahone-.
-Son casi las 2 am. No pudiste esperar 4 horas más?
-Ese lugar es muy débil para ti, te tendré conmigo, es lo mejor que pude hacer.
-Preferiría ir de nuevo a Fox River antes que estar contigo.
-Por eso no te pregunté.
Subimos de nuevo al auto y condujo, me mantuve en silencio todo el camino hasta que se le ocurrió preguntar algo que me ruborizo.
-Es cierto que tu y Scofield... L-lo hicieron en prisión?
-Quién te lo dijo? -no pude evitar una sonrisa-.
-Solo contesta la pregunta.
-Es cierto, lo hicimos. Y fue increíble. La pasión, la adrenalina, los besos...
-Suficiente.
-Qué? Te molesta que nunca me pudiste llevar a la cama?
-De haberlo querido lo hubiera hecho.
-Pero eres cobarde. Eso te lo impidió.
-Llegamos.
Baje del carro y lo seguí hasta su oficina, ahí me esposa a la silla y se dedico a ordenar unos papeles.
-Es enserio que me quedaré aquí?
-Hum, si.
Me lleve la mano a la cara y tape mis ojos para evitar la luz, luego de un rato me quedé dormida.
Al siguiente día desperté mojada, (y no de buena manera), Felecia me había tirado agua encima.
-Despierta. Te buscan.
-Quien? -dije mientras me secaba la cara.
-Una tal Margot Acris.
Me puse de pie mientras quitaba la esposa de la silla y la colocaba en mi otra mano.
Me llevó hasta una sala de interrogatorios, donde había un espejo falso, iba a ser más difícil de lo que creí.
-Solo tienes 10 minutos.
Entre y abrace a Margot, después nos separamos y nos sentamos.
-Estas bien?
-Si y tú.
-Igual.
-Lo encontraste?
-Si -respondió-, cooperará pero aún no quieren darnos tus cosas.
-Puedo esperar.
-Que hay de Michael?
-No lo he olvidado.
-Serán tacos o pan? -dijo refiriéndose a México o a Panamá-.
-Pan, no importa que clase.
-De acuerdo, se lo diré.
-SE TERMINÓ ALEXANDRA.
Antes de que entrará Felecia abracé a Argo y le susurre:
-Metelo en la bolsa de mi pantalón y dame el micrófono.
Obedecío y cuando llego Felecia a separarnos, la jale del saco y le coloque el micrófono sin que se diera cuenta pero respondió con un golpe hacia mi boca.
-SEPARENCE -grito Mahone-.
-Cuida a tu gata! -grito Felecia-.
Limpie la sangre que había quedado en mi boca y me sacaron de esa sala.
Me llevaron a la oficina de Mahone mientras él discutía con Lang.
Me coloque el audífono y lo encendí para escuchar su pelea
-No puede seguir aquí Mahone, es una amenaza, necesita llevarla a prisión ahora mismo.
-Puede ser de ayuda, la manipulare, debe recordar algo de su escape.
-Pero la quiero lejos de mi.
Escondí el audífono entre mi cabello cuando entro Alexander.
-Como esta tu boca?
-Aún sangra.
-Se acerco a mi con un algodón, después preguntó.
-Puedo?
No, no podía, pero si no lo hacía no podría usarlo.
Asentí.
Mientras lo hacia, se acerco cada vez más a mí, me perdí en sus ojos azules que me recordaban a Michael, no tuve otro opción más que besarlo y tratar de encontrar la llave, la tenía en la mira, pero me comence a preguntar: Como sabría donde estaban? Como llegaría a ellos? Que haría primero? Y decidí que descubriría por medio de ellos hacia donde se dirigían.
-No puedo seguir -dijo Mahone separándose de mi-. Tengo a Pam y Cameron.
-Dejemoslo en lo que nos hubiera gustado hacer en Rusia.
-Bien.
-Tengo que hablar con alguien, vuelvo más tarde.
Salió y lo perdí de vista. Mientras tanto eche un vistazo a su oficina, había fotos mias y de los 8 de Fox River, los muertos y aún desaparecidos, fotos del tatuaje de Michael. Pase mucho tiempo recordando los detalles más importantes que tenía en su oficina con la esperanza de que me ayudarán en mi plan.
Aproximadamente a las 5:30, regresó.
-Alex, el jefe quiere que te pongamos en custodia de nuevo.
-Qué? -dije asombrada-. Creí que tu eras el jefe.
-No, es de... Un rango más alto.
Llegaron dos oficiales y de nuevo me trasladaron a custodia, mientras iba en la patrulla, encendí el audífono, por si comentaban algo más pero parecía que estaba en el "tocador" y no me gustaba lo que oía, reserve la batería para después.
.
Llevaba ya una semana en custodia y los inútiles del Buro aún no conseguían nada sólido, suposiciones nada más.
Pero este día, cambiarían las cosas...
Los tatuajes de Scofield estaban enumerados con el alfabeto griego en los bocetos originales y el último (omega) es el de Cristo en una rosa junto a 6:17.
Eso era todo lo que tenía hasta ahora, en medio hora se encontrararia con los demás del Buro, debaterian sobre lo que significaba aquel tatuaje.
Hice lo mismo mientras esperaba a que transcurrieran lo 30 minutos.
Empece por la rosa, tenía que ver con la Biblia o escrituras? O era más personal? Que tal... Su madre!
Christina Rose Scofield.
También estaría viva?
Y que significaba 6:17?
Estabamos a 15, podría ser que dentro de 2 días ocurriera el paso final?
Vi el reloj y de nuevo encendí el audífono, Mahone descubrió lo que ya sabía, su madre era el significado del tatuaje pero tampoco sabían lo de los números.
Después de un rato traté de encenderlo y Carajo. Se acabó la batería, lo lancé al piso y pise.
-Alexandra, te buscan.
-Ahora quien?! -dije exasperada-
-Soy el agente Wheleer, y le haré algunas preguntas.
-Mahone sabe que esta aquí? Al parecer no le gusta compartir.
-Pronto Mahone ya no trabajará para el FBI. Necesito de su ayuda para enviarlo a la cárcel.
-Bueno, estoy lista.
Me llevo a la sala de interrogatorios, me sirvió un poco de comida y dijo:
-Bien, comencemos.
Le conté todo lo que sabía acerca de él, le conté sobre Oscar Shales y su jardín, sobre su "pluma mágica".
-Tiene evidencia?
-En mi bolsa, pero no le han querido entregar las cosas a mi abogado.
-Lo arreglare.
-Saldré de aquí? -pregunté antes de que se fuera-.
-Mahone se enjuiciado, se volverá a tu caso una vez que el éste tras la rejas, pero mientras, si. Pronto iras con Scofield para navegar al ocaso.
Me quede pensando en lo último que dijo: navegar al ocaso.
Y si Christina Rose era un bote?
En algún puerto de Panamá, estaría ahí, esperándome.
.
Dos días después, fue mi juicio, Cooper due mi abogado y mostraron como evidencia la droga de Mahone y la cinta en la cual grabe su confesión, iba a revisar a detalle la evidencia, y propondría fecha para otro juicio.
-Tenemos un problema Alex -dijo Cooper-.
-Mierda, cual es?
-Mahone no está.
-QUE?
-Salió a Panamá. El juicio tendrá que posponerse. Pero puedo pedir que te liberen ante falta de pruebas en tu contra.
-Bien, eso puede funcionar, los robos que hice solo eran mitos, como sabrían que fui yo? Pff.
Nos dieron un descanso de 20 minutos, después no llamaron para volver.
-Mientras se investigan las acciones del Agente Alexander Mahone, con todas las pruebas y testimonios que trajo hacia mi, estará en libertad condicional.
-Pero no podré salir del país.
-Es eso o estar encerrada de nuevo señorita Varay.
Antes de que golpeara la mesa con su mazo, me avisaron que había un testigo confiable que había recaudado pruebas suficientes para exonerarme.
Me gire para ver quien era y no lo creía, Paul Kellerman.
Me guiño un ojo cuando lo voltee a ver, al fin las cosas se estaban arreglando.
Mostró la evidencia (imágenes en las que se veía a Mahone tratando de inculparme. Claro que era un perfecto montaje, además de declarar todo sobre la compañía y como inculparon a a Lincoln ) y el juez dijo las palabras mágicas:
-La señorita Alexandra Varay regresará a su vida como civil, sin amenazas de restricción de su libertada hasta nuevo aviso.
Me acerque a Kellerman y pregunté:
-Por qué fue eso?
-Cometí demasiados errores, siento que es tiempo de remendarlos.
Lo abrace y volví con Cooper, me llevo al aeropuerto y me entrego el boleto, mi sorpresa fue que también estaba Margot ahí.
-Toma gatita, espero que te ayude a comenzar tu buen a vida. -me dio un sobre con 700 dolares y una mochila con ropa-
-Gracias por todo Margot, te extrañaré.
-Ahora, corre, ve a buscarlo.
Con lágrimas en los ojos me despedí de ella y aborde el avión. Me recoste en el asiento y ordene un trago, cuando se permitieron dispositivos, encendí el mio y revise los mensajes en la página donde nos comunicariamos.
Michael me había mandado la ubicación de nuestro encuentro, no respondí. Quería sorprenderlo.
Una vez que aterrizamos, pedí un taxi y le indique hacia donde ir.
Cuando llegamos, vi un operativo, el maldito nudo en la garganta se me hizo, me acerque a ver y tenian a Alexander esposado y revisando un bote "Christina Rose", por una parte me sentí contenta, al fin estaría en la cárcel esa rata, pero por otro lado confundida, donde estarían los hermanos?
-Ya lo tengo señor Scofield, llegare en cualquier minuto -escuche a unos cuantos pasos de mi-.
Era un chico, me dirigí hacia el, un poco temeroso me dijo.
-No tengo nada solo vendo bebidas.
-No soy policía niño. Hablabas con Michael Scofield?
-S-Si.
-Necesito que me lleves con el, no le digas nada, quiero que sea una sorpresa... Supongo que le conseguiste otro bote, no?
-Si señorita, sigame.
Me llevo por la hermosa y húmeda selva, estábamos a 30 grados y yo usaba pantalón, mis piernas se cosian. En cuanto llegara al bote, me cambiaría por un short.
-Llegamos señorita, es todo suyo.
-Gracias. -le di dos dolares-.
Entre al bote y revise que no hubiera nadie aún, saqué la ropa y me cambie en lo que parecía una sala de estar, acomode mi cabello y me serví un trago, mire por la ventana y los vi, hablaban con el chico, era el momento de mi dramática aparición (como en película).
Salí del barco con mi bebida y le mande un beso, el corrió hacia mi y me abrazó.
-Creí que te había perdido para siempre.
-Oye, te dije que nunca lo harías, siempre estaré contigo Michael.
-Me da gusto verte Alex.
-Te dará más gusto cuando te enteres que estas exonerado.
-En-enserio?
-Si, Kellerman declaró todo, tu y yo somos libres.
-Que hay de Michael?
-Green está en ello, pero mientras aquí, no lo pueden tocar.
-Gracias -dijo Michael mientras besaba mi mano-.
-Me vendría bien un trago -dijo Lincoln-.
-Vere que puedo hacer.
Fui a prepararle el trago a Lincoln, mientras lo hacía, vi aún hombre desconocido, me asome y estaba apuntando les con un arma a Michael y Linc, tire el vaso y corrí hacia el exterior del bote, vi un arma y la tomé, decidí subirme al bote, lo hice y... Disparé.
Me quede helada, nunca había matado a alguien, solo los heria.
Michael me bajó y me ayudó a correr, al parecer estábamos rodeados, las cosas iban tan bien y tenia que arruinarlas.
-Mierda, Michael, corran yo los distraere.
-Nunca me pidas eso, no de nuevo Alex.
Nos separamos de Lincoln y llegamos a una cabaña abandonada, recobran os el aliento y el se asomo a la ventana.
-Michael, mate a un hombre -dije jadeando-.
-No pienses en ello, no lo hagas.
-Nunca había matado Michael, yo... Lo mate.
-Oye linda, mírame. Aún tenemos una cita, tequila, 2 limones, tu y yo.
Dame el arma cariño. -decía mientras sostenía mi rostro en sus manos-.
Empecé a sollozar.
-Saldremos de aquí juntos, les diremos lo que pasó exactamente y todo se arreglara, haré todo lo que pueda para ayudarte, todo saldrá bien, estaremos bien.
Me ayudo a levantarme, seco mis lágrimas y le di el arma.
-Michael... Te amo y siempre lo haré.
-Te amo más Alex, y siempre lo haré.
Nos besamos, como si fuera el último, y al parecer sería el último en mucho tiempo. Me abrazó y salimos con las manos en alto.
Iba a hablar cuando Michael me tomó y  me apuntó con el arma.
-Michael que haces? Sueltame! No lo hagas, no lo hagas.
-Tu diste todo por mi más de una vez, es hora de agradecerte.
-NO. No lo hagas Michael, no lo hagas.
-En verdad te amo Alex.
Fui yo, yo lo mate, yo dispare, ella es inocente, yo lo hice -gritaba-.
-No, no lo escuchen, yo lo hice, sueltenlo, no hizo nada malo. HABLA MICHAEL, POR FAVOR, NO QUIERO PERDERTE.
-Nunca lo harás. Lucharé por ti Alex. Tu eres mi razón de despertar cada mañana. Tu eres mi razón de escapar. Solo tú.
-A donde se lo llevarán? -pregunté a un policía-.
-A una prison de máxima seguridad. A Sona.