Prófugos

Capitulo X: Lo que pasa en la prisión se queda en la prisión

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Michael era inteligente, demasiado diría yo, pero T-bag era impulsivo, obtendría lo que quisiera y el quería al chico, no le importaría hablar acerca del plan y quedarse en prisión unos cuantos años más pues Tweener seguiría aquí y ya no habría quién lo defendiera, nos enviarían a todos a solitario y el se quedaría con Bagwell, teníamos que planear como manipular a Theodore para que no hablará ni se quedará con el muchacho...
Pasamos todo el descanso pensando cómo lo haríamos hasta que se me ocurrió...
-Oigan chicos, ¿y si robo alguna llave de los guardias y alguien la coloca bajo su colchón, y en cuanto la encuentren los guardias decidimos si salvamos o no su pellejo a cambio de que se deje de comportar como un idiota?
-Buena idea linda y como la colocaran si pasa casi toda su estancia ahí?
Dijo Abruzzi
-Fácil, yo lo distraeré -agrego Michael-, le diré que necesito su ayuda en mi celda y lo entretendré en lo que ella las roba y Sucre las pone.
-De acuerdo, necesito penicilina y una aguja lo más pronto posible ok?
-Yo puedo ir puedo ir por ello -dijo Michael- pero antes... Por qué?
-Soy alérgica a la penicilina, es una rara alergia, actúa rápido y me hace vomitar y cuando es demasiada dosis puedo llegar a convulsionarme, -en esta parte me miró preocupado-, pero solo me inyectaré 1.5 ml para poder vomitar y fingire lo demás.
-Esta bien... Solo ten cuidado ¿si?
-Estaré bien bonito.
Todos asentimos y nos fuimos a nuestras celdas; Michael no tardo mucho en conseguir lo que le había pedido, al parecer la suerte estaba de nuestro lado, por ahora; pasó hacia mí celda y me ayudó a hacer brotar mi vena, coloque la jeringa en el medicamento y succioné hasta el mililitro y medio y antes de que me inyectará Michael tomó mi mano y dijo:
-No tienes que hacerlo, debe hacer otro modo...
-No tenemos tiempo Mike, será solo un rato si? Con tal de que ese imbécil no lo arruine haré todo lo que pueda.
Nos besamos unos segundos hasta que soltó mi mano y me dispuse a inyectarme; le dije que regresara, que se ocupará de Bagwell.
Justo unos minutos antes del segundo descanso empecé a vomitar, Michael gritó al igual que Sucre para que pudieran llamar la atención de los guardias; uno llegó y abrío mi celda, me movi todo lo que pude hasta que logré safar la llave, la escondí y fingí que estaba mejor cuando estuve en la enfermería, ahí Tancredi me cuestionó:
-Eres alérgica a algo Alex?
-Sí, al pudín -mentí-
Me miró con rareza.
-Comiste pudín hoy?
-Si, es mi cumpleaños y no pude resistirme pero creo que ahora me arrepiento.
-Vaya, nunca lo había oído, pero bueno ya estás mejor en unos segundos te podrás ir.
Me empezó a quitar el suero y en eso llegó Michael, lo paso y le dijo que sentará en una silla del consultorio; cuando acabó me levanté con cuidado y antes de que saliera me deseo un feliz vigésimo noveno cumpleaños, volteé hacia Michael, estaba confundido, solo respondí con un gracias a la Doc y me dirigí hacia Sucre con la llave; esperamos a Michael para que se llevará a Sucre y así continuar con el plan, yo puse las demás en la funda de Avocado; los guardias llegaron ya en la noche y comenzaron a buscar en las celdas, encontraron la de T-bag y se lo llevaron, cuando paso frente a mi celda le dije:
-O cooperas y dejas al niño o te pudres en solitario.
-Eres una maldita perra, pero acepto, no diré nada.
Pare al guardia y le dije que Avocado había entrado a la celda de T-bag y que después había escondido algo en su almohada.
El fue a revisar y sí, ahí seguían, se lo llevaron y regresaron a Bagwell a su celda, Avocado me miró furioso, solo le mandé un beso burlandome de el y me dirigí a mi cama; antes de que apagaran las luces ví que había una flor de papiroflexia sobre la almohada y a lado había una nota que decía: cuelga la sábana. Lo hice, sabía que era Michael, después escuche que tocó en el muro, quite mi inodoro y lo deje entrar, lo ayude a levantarse y después nos sentamos en el piso, el me preguntó:
-Con que hoy es tu cumpleaños, eh? Por qué no me lo dijiste?
-Nunca he celebrado con fiestas o regalos, siempre es como un día normal para mí.
-Bueno, eso acabó, traje algo que tal vez te guste -me enseño sus manos y era pudín de chocolate- Espero que no seas alérgica a esto.
-Es lo más delicioso del mundo, cómo sería alérgica? Y por cierto, como lo conseguiste?
-Le conté a Sucre y me dio el suyo, y a cambio le haré una flor para que se la dé a Maricruz.
-Bueno, valió la pena ese trueque, está delicioso.
Comimos nuestro pudín en silencio y cuando acabe me di cuenta que me había manchado la sudadera:
-Carajo -dije tratando de limpiarla con mi dedo-
-Puede que cumplas 29 pero aún sigues comiendo como un bebé
Me quite la sudadera y la puse en el lavabo, después me senté en la piernas de Michael quedando frente a frente para después agregar:
-Puede que coma como un bebé, pero este bebé te trae vuelto loco...
-Eso no te lo puedo negar...
Nos besamos, cada vez más intensamente, sentía como un bulto empezaba a crecer en los pantalones de Michael, me separó un momento y preguntó:
-Ya los has hecho en prisión?
Negué con la cabeza
-Bueno, espero que sea un buen final para tu primera fiesta de cumpleaños...
Sonreí y volvimos a besarnos, seguía sentada en sus piernas, me movía en ellas para provocarlo, el me quito la pequeña playera que traía, yo hice lo mismo, por suerte solo llevaba su sudadera; después nos levantamos y chocamos contra la cama, reimos entre besos y luego subí mis piernas alrededor de su cintura, el bajo mis pantalones deteniéndose en mis glúteos, yo los deslicé con mis piernas hacia abajo para que cayeran al piso; después retire mi sostén aventandolo hacia la cama, el me sostuvo con una mano y arrancó mis bragas, me llevo de nuevo al suelo provocando que quedara abajo, mientras el me besaba yo quitaba su pantalón y sus boxers, trate de recordar cada parte de su cuerpo, cada sensación; a pesar de que era hombre tenía un buen culo, eso me volvía loca; el empezó a besar mi cuello, bajando hacia mis pechos donde los sostuvo y después mordió delicadamente mis pezones haciendo que yo sacará un gemido de placer, siguio hasta que llegó a mi zona íntima, ahí se detuvo y preguntó con una sonrisa pícara:
-Estas lista hermosa?
-Mas que nunca bonito!
En cuanto termine de hablar el metió su lengua en mi intimidad, al hacerlo arqueé mi espalda... Dios, el era bastante bueno, movía su lengua de pared en pared provocando que me mojara, involuntariamente mordí mi labio al mismo tiempo que acariciaba su cabeza, mis sentidos se enfocaban solamente en los movimientos que producía dentro de mi, cuando acabó de nuevo envolví mis piernas en su cintura y me levantó sin tanto esfuerzo, me puso contra la pared y yo bajé una pierna para que pudiera penetrarme, empezó lento para que pudiera adecuarme al tamaño y cada vez aumento más la velocidad, era el maldito tamaño perfecto para la obtención de placer.
Hice todo lo posible para no gemir tan alto, le susurraba su nombre, lo excitaba más, también mordí su lóbulo y rasguñe su espalda, estabamos llegando a un orgasmo perfecto, terminamos con un beso y cuando me bajo le indique que se sentará en la cama, el obedeció y agregué por última vez:
-Aunque no sea tu fiesta también mereces un regalo...
Tome su cara y la besé, después su cuello y su abdomen tatuado, de ahí baje hasta su miembro que seguía erecto, lo tome y empecé a acariciarlo, Michael cerraba los ojos mientras lo hacía, unos segundos después hice lo que él esperaba, lo metí en mi boca, cada vez más adentro; el recogió unos pequeños cabellos que se me habían ido a la cara, volteé a verlo, estaba excitado, no quería que parara, ni yo, soltó un gruñido de placer justo antes de que acabará, cuando terminé, me puse de pie y me acosté un rato con el en la cama; me recosté en su pecho bajo las sábanas y acariciaba su abdomen mientras el trataba de peinar mi cabello; escuchamos que iban a hacer el conteo de la madrugada y nos levantamos a vestirnos, antes de que se fuera me abrazó y me susurró:
-Te amo Alexandra Varay...
Deje pasar unos segundos y respondí:
-Y yo a ti Michael Scofield.