Capítulo XIV: Amistad y traición.

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-Seguros que no perdieron el tiempo a propósito para dejar que Scuderi tomará el vuelo? -nos regañaba Self-.
-Oh si, como nos encanta trabajar para ti, decidimos gastar tiempo para estar más a tu servicio. -respondí sarcasticamente-.
-Oigan, vean el lado bueno. Nos dio un respiro ésto.
-Sucre, callalo.
-Basta, basta, basta. -intervino Michael-.
-Y por qué no esperan a qué regrese? -continuó Self-, fabrica químicos, no es el ejército.
-Su compañía gana billones, eso implica mucha seguridad. Tardariamos una semana en entrar a su casa. En cambio, si lo interceptamos en el viaje, sólo serían 12 horas. -explicó Mahone-.
-Si no están aquí a la media noche se irán a la cárcel.
-Entonces, cuál es el plan? -pregunté confundida-.
-Iremos a las Vegas.
Glenn gritó eufórico. Como si hubiera ganado la lotería.
También sentía algo de emoción, hacía mucho tiempo que no iba a las Vegas.
Y mientras empacaba mi maleta, recordé porque no había ido.
Estaba vetada.
-Chicos... -dije mientras me acercaba a ellos-.
-Lo siento Alex, pero esto es mas importante. La chica tiene a Bagwell, quiere dos grandes. -interrumpió Bellick-.
-Ese idiota puede esperar, se nos hace tarde para ir a las Vegas. -gritaba Glenn-.
-Tu cállate.
-Nos dividiremos. -decidió Mike-. Lincoln, Sucre, Glenn y Alex irán a las Vegas. Los demás, buscaremos a Theodore.
-Si, hay un pequeño problema... No puedo entrar a las Vegas.
-Acaso eres menor de edad? Muevelas mujer.
-No, idiota. Me prohibieron la entrada. Tienen mis huellas. No podré pasar más que a el espectáculo de Magic Mike. Y no creo que sea de mucha ayuda eso.
-Wow, wow, wow. Entonces quién será la distracción? -preguntó Sucre-.
-Amigo, tienes esos enormes brazos que volverían homosexual a cualquiera. Se las arreglarán.
Trato de contener su sonrisa pero no pudo.
-Te quedaras con nosotros entonces. -comentó Mike-.
-Vaya, me salve de ver bailarines exóticos.
-Si, que sufrimiento. -burló Michael-.
Bellick, Mahone, Mike y yo subimos a la camioneta; Brad se reunió con su informante mientras nosotros vigilabamos.
El teléfono de Mike empezó a sonar.
-Qué sucede?
-Quiere más dinero. Ven a negociar con ella.
Bajamos del vehículo y nos acercamos a la parte superior del edificio, ahí se encontraba Bellick y una pelirroja.
-Esto no está bien. -dijo Mahone con apenas un hilo de voz-.
Iba a responder que se relajara pero en ese momento apareció Theodore apuntandonos con un arma.
-Gusto en verlos de nuevo, chicos. Y preciosa. Amarralos, roja.
La chica obedeció y nos ató las manos con cinchos.
Mientras Bagwell estaba ocupado mentiendonos en la camioneta, Mahone salto del edifico y escapó.
-Oigan, chicos. Lo siento, me engaño.
-Ya no importa; ahora hay que salir de ésto.
Llegamos a un apartamento bastante lindo, demasiado caro para Bagwell.
Sentó a Bellick y a la chica en la entrada, luego a Michael y a mi alrededor de una mesilla.
-Recuerdo el primer día en que nos conocimos -relataba Theodore-, eras un universitario asustado en las gradas. Tan indefenso.
-Solo dime que quieres Theodore.
-Quiero verte sangrar! Liberar a mi pecador interno y dejar que se ocupe de ti.
Yo los miraba en completo silencio, un poco aterrada y un poco desorientada.
-Pero para tu suerte, bonito tengo un trabajo que podría salvarte el pellejo y el de tu novia.
Resulta -continuo-, que encontré este puñado de hojas en el pequeño libro de Whistler, y me encantaría que pudieras resolverlo. Parece un mapa, no?
-No lo sé.
-No lo sabes?
-No.
Con la culata de su arma, golpeó a Mike en el rostro dos veces, en cada golpe me sobresaltaba, pero seguía sin pronunciar una palabra.
-Qué dices ahora? Lo harás?
-No.
Bagwell se exasperó, está vez tomó mi cabello y me azotó la cabeza contra la mesa, apuntando su arma contra mi atlas.
-Sería algo desgarrador que por tu culpa esta linda mujer quede paralizada del cuello para abajo.
-SUELTALA! NO... No lo hagas. Intentaré.
Con gran brusquedad me devolvió al asiento y quito el arma de mi vista.
-Alex...
-Solo jaqueca Mike. Estaré bien.
Michael empezó a trabajar, lo hizo de la manera más lenta posible, yo solo observaba, el sueño comenzaba a apoderarse de mi gracias a sus perezosos movimientos y al golpe de Theodore.
-No te duermas, linda.
-Parece ser la mejor opción ahora.
-Si es una contusion, no lo creo.
Gruñi y me incorporé de nuevo.
-Tienes algo para mí, bonito?
-Qué es GATE?
-Por qué quieres saberlo?
-Curiosidad.
-O intentas retrasarme?
-Solo dime, qué este GATE?
De nuevo apuntó el arma a mi cabeza, está vez sin golpes.
-Dime de una vez que es lo que encontraste o le vuelo la tapa de los sesos.
Michael de quedo callado, solo se podía oír su agitada respiración.
-Increíble Scofield, te has vuelto más frío que el hielo, incluso con tu linda aliada.
-Michael, haz lo que dice o Alex...
-Cierra la boca, gordo! -grito Bagwell-.
-Qué es GATE? -preguntó de nuevo Michael-.
-Sabes algo, Michael... Sería mucho desperdicio matar a esta mujer, tal vez pueda sacarle provecho a esas curvas antes de mandarla a la morgue...
Tiró de mi cabello y aventó la silla al otro lado de la habitación.
Me condujo hasta la puerta de otro cuarto; antes de abrirla, Michael se manifiesto.
-ES UN PLANO. Es el plano de algun edificio. Aún no se de cual, necesito mas tiempo. Ahora déjala y quitale tus asquerosas manos de encima.
Me soltó y tomé asiento en el suelo junto a Bellick y la pelirroja que gimoteaba sin parar.
Pocos minutos pasaron cuando ya estábamos moviendonos del lugar.
Antes de partir, Bagwell nos quito los rastreadores de los tobillos.
Llegamos a un pequeño apartamento, posiblemente era de la chica pelirroja.
-Hacen algo estúpido y se ganarán una bala.
-No tienes algún juego de mesa para pasar el rato? Poker? Clue?
-Tu pasaras el rato ayudando a tu novio, que ya tardó bastante y necesita otra advertencia.
Cuándo entramos en el estudio, Michael ya había terminado el plano.
-Brillante Scofield. Ahora, sabes donde está Scylla?
-No con seguridad. Necesito estar adentro del edificio para reconocer el lugar.
-Oh, ya veo que tramas. Estas tan desesperado como yo.
Anda, dilo. Quiero oírte decirlo.
-Decir que?
-Que tienes la misma ambición por la fortuna de Scylla.
Se retaron mutuamente con la mirada, al cabo de unos minutos, Michael rompió el silencio.
-Quiero el dinero.
-Gusto en conocerte, nuevo Michael.
Saco una cinta adhesiva de un cajón de la mesa de centro y se acercó a mí.
-Enserio vas a ponerte gruñón? Vamos, dejame así.
-Por qué debería confiar en ti? Según recuerdos eres muy...
-Inteligente? Brillante? Impredecible?
-Hija de perra es la palabra. Pero ya que aquí está tu domador, espero no hagan cosas indebidas.
Volvió a poner la cinta en su lugar y se fue.
-Cómo va tu cabeza?
-El dolor desapareció. Ahora solo tengo sueño.
-Tu siempre tienes sueño.
-Entonces no hay de que preocuparse.
Solto una ligera risa.
Pasé mis manos por debajo de mis piernas para poder tener los brazos al frente y escapar con facilidad por si algo sucedía.
Pasaron diez minutos cuando Bagwell volvió a aparecer.
-Michael, vámonos.
-Lleva a Alex.
-Solo perderá nuestro tiempo, andando.
-Ella es igual de útil que yo. Puede que necesite otro cerebro.
-Bien, camina mujer.
Al llegar a GATE, nos dio un breve recorrido por las oficinas, Theodore no la estaba pasando nada mal.
Entramos a su oficina y empezamos manos a la obra.
-Oye, Bagwell. No vas a quitarme ésto? -enseñé mis muñecas-.
-Creí que podías quitartela tu sola.
Con toda la fuerza que pude, moví mis manos bruscamente hacia mí abdomen para sacarme de las ataduras.
-No quería hacerte sentir mal por tu tecnología retro.
-Debe haber un cuarto de 2x10. -balbuceaba Michael-.
-Ese solo es el armario.
-No sólo eso.
Nos introdujimos en el cuarto, observando todo a nuestro alrededor.
-He buscado por todos lados, no hay nada de Scylla.
-Es porque no está aquí. Estamos sobre ella.
Golpeé el piso varias veces hasta encontrar el lugar donde hueco.
Con ayuda de un destornillador empezamos a separar la alfombra y varias porciones de piso.
Encontramos una escotilla de metal, entre los tres logramos abrirla y nos quedamos perplejos viendo el interior.
Era una muy grande bóveda.
-Qué les parece, eh? Nosotros tres en un oscuro corredor.
-No me gustan los trios.
Iba a levantarme pero de nuevo sacó su arma y me apuntó.
-Primero las damas. -dijo con un tono lascivo-.
Bajé, siguió Michael y al final Bagwell.
-Bueno cerebros, llevenme a la riqueza.
-Y si mejor te encerramos en esa capsula de allá.
Soltó una gran carcajada.
-Y como planean hacer eso?
Mahone llegó, lo golpeó y lo arrojó al lugar designado.
-Llegas algo tarde. -dije mientras encendía la luz-.
-Prefería escuchar un: Gracias Mahone.
-Gracias Mahone -imite su voz chillona-.
-De nada, linda.
-Desde cuando le dices "linda" a Alex. -preguntó Michael con un tono de celos-.
-Desde que ella sola se iba a arriesgar para sacarme.
-Basta nenas, luego discuten sobre su peinado.
Self ya está arriba?
-Si.
Subimos y revisamos los planos.
-Recién fui a la oficina de El General, según tus planos queda al sur.
-Correcto, son 300 metros para recorrer antes de llegar allá. Cuando logremos atravesar todo eso podremos decodificar Scylla. Pero, debemos tenerla completa antes de ingresar.
Mientras tanto, Bagwell seguía gritando maldiciones junto con nuestros nombres.
-Si que tiene pulmones de buzo.
Salimos del edificio y continuamos comentando algunos detalles para infiltrarnos.
-Necesitaremos acceso constante a GATE.
-Podemos ser personal de Hacienda, en estos tiempos, será lo más creíble. Consigue trajes. -solucione velozmente-.
-Los tendré listos.
Escuchamos un teléfono sonar, debajo de un cesto de basura estaba éste y un sobre.
Self empezó a debatir con la persona detrás del auricular mientras to habría el folder y verificaba que contenía.
-No es del plano?
-Solo llegaba a la 77. -respondió Michael-.
Le quitó el teléfono a Self y siguió con el interrogatorio.
Después de terminar las primeras frases, se congeló.
Parecía que la voz ya la había escuchado antes.
Alguna otra esposa de la que lo supiera?
Ojalá no.
-Haremos una última parada.
-Dónde? -pregunté curiosa-.
-La Catedral.
-Agh. Esperaré en el auto.
Mahone y yo simulamos vigilar mientras Self y Michael hablaban con un nuevo "socio".
Al llegar, me llamó la atención que Michael tenía un pequeño chorro de sangre brotando de su nariz.
-Carajo, que pasó?
-De qué hablas? -preguntó confundido-.
Tomé un pañuelo y limpié el pequeño rastro rojo que había dejado.
-Debe ser por el calor, no hay de que preocuparse.
Asentí levemente.
Recordaba que en la búsqueda de otra tarjeta habia sucedido algo similar.
Y el calor no era un buen pretexto.
La temperatura era de no más de 25 grados.
Las sospechas inundaron mi cabeza todo el trayecto de vuelta a la construcción.
-Qué tal las Vegas? -pregunté a l a otra mitad del equipo-.
-No quiero hablar de eso. -respondió Sucre-.
-Pero que semental. -dije con tono pícaro-.
-Alex, podemos hablar un momento? -pidió Linc-.
Asentí y salimos.
-Bueno, de que tenemos que hablar? -pregunté impaciente-.
-Has notado algo en Michael? Algo inusual?
-Un sangrado, tal vez?
-Solo eso?
-Según recuerdo si. Por qué? Que pasa con Michael?
-Le preguntaste algo?
-Dijo que era por el calor.
-Así que por el calor, eh? Iré a hablar con él.
-Lincoln! Espera! Qué sucede?
Ignoró mis llamados y continuó su camino en busca de Michael.
Que le estaría pasando a Mike?
Esta tarde iba a saberlo.
Sin que ninguno de los hermanos se diera cuenta de mi presencia, me escabulli hasta el bote y escuché detalladamente su platica.
-Michael tienes que decirle.
-No hay que alterar la. Estoy bien.
-Michael, ella murio a los treinta y uno.
-Lo se. Pero, se detendrá, omo en la niñez.
-O le dices tu. O yo lo haré. -amenazó Lincoln-.
-Decirme que? -interrumpí su conversación-.
-Es hora Michael. Los dejaré solos.
Lincoln bajó del yate y con su ayuda subí los pequeños escalones.
-Hay algo que quieras contarme, Michael? O quieres que comience yo?
Sólo guardó silencio.
-Bien, empezaré. Por qué tienes ese sangrado? Que ocurrió en tu niñez?
-Mamá y yo nos parecíamos en mucho. Pensábamos igual, eras intuitivos, brillantes. Pero...
-Pero?
-Puede que compartieramos una enfermedad. Fue diagnosticada con un hamartoma en el lóbulo frontal. Murió a los treinta y uno. De niño me sangraba la nariz, igual que a ella, pero desapareció.
-Y ahora que estas a punto de cumplir los 31, regresó el sangrado.
Por qué no me dijiste nada?
-Porque Lincoln tiende a exagerar las cosas. Tenía trece años cuando la vio morir! Se volvió algo sobreprotector. En verdad, estoy bien.
-No te ves bien, Mike.
-Es porque... Gretchen está viva. Será nuestra socia.
-No me cambies el te... Qué?
Sentí todo mi cuerpo desvanecerse, mis sentidos se fueron perdiendo, por unos minutos viví en los recuerdos.
-Y por qué será nuestra socia? -pregunté con un hilo de voz-
-Tiene páginas del libro. La necesitamos. Trabaja con Bagwell.
-Necesito tomar aire.
-Quieres compañía?
-No, quiero un momento a solas.
Asintió levemente.
-No hemos terminado. -amenace antes de bajar del bote-.
Durante un rato caminé a las orillas del puerto. Disfrutando del aire puro y la  incomparable vista.
Mi tranquilidad fue interrumpida varios minutos después por Lincoln.
-Cuál es el plan?
-Chocare contra el y tu le administrarás morfina.
-Por qué yo debo hacer el trabajo aburrido?
-Si quieres salir con una costilla rota, te cedo mi lugar.
-Pensándolo bien, nunca he estado en una ambulancia.
-Me gusta tu fingido optimismo.
-Linc! -grite antes de que se fuera-. Tu y Michael...
-Esta enojado porque hice que te contarán. Se le pasará.
Sonreí amargamente.
Cuándo mis piernas me permitieron moverme de nuevo, fui en busca de lo más parecido a un improvisado uniforme de enfermera y aliste la droga junto con un par de jeringas e innecesarios kits de medicina.
-Tu novio y tu ya no sigue la moda de rastreadores en tobillos. -dijo Glenn mientras se aproximaba a la mesa-.
-No fue nuestra desicion.
-Y por qué no están teniendo seco desenfrenado en cada motel de aquí a México?
-Tenemos cosas más importantes que hacer. No espero que entiendas.
Cerré la mochila y me aproxime a la salida.
-Alex... Lo siento.
-Pochemu? *Por qué?*
-Por ser demasiado irritante e inmaduro.
-Gracias por reconocerlo.
Continue mi camino y de nuevo, otra interrupción se presentó.
-Varay.
-Alex, soy Self. Tengo un mensaje para ti. Es de Gretchen:
Quiero verte a las 7 pm en el motel Safari, cuarto 104.
-Por qué? -pregunté irritada-.
-Algo de aclarar las cosas.
-Dile que se vaya al carajo.
Colgué súbitamente y espere a que los chicos llegarán con el transporte.
-Lista? -preguntó Mike-.
-No. Nunca he inyectado a alguien.
-Pero has clvado un cuchillo. Será algo parecido.
-Vendrás conmigo?
-Crees que me perdería la oportunidad de verte como paramédico? Claro, que iré. Pero yo manejo.
-No se encaramelen, Bellick también irá con ustedes y no quiere sentirse incómodo. -interrumpió Brad-.
-Cuando hablas de ti en tercera persona me causas escalofríos.
-Entonces si te provocó algo. -dijo con un gesto galán-.
-Sube a la ambulancia y cállate.
Emprendimos el viaje y nos estacionamos en la interseccion de las calles indicadas.
-No soy doctora, pero un hamartoma es un tumor benigno compuesto de células y tejidos. Su crecimiento provoca sangrados, dolor de cabeza, mareos...
-En cerio te esta metiendo en tu papel de galena.
-A lo que voy es... Si tuvieras alguna otra reacción, me contarías, no?
-Alex, basta.
-Me contarías? -insistí-.
-Estoy bien. Relajate
Nos rentamos mutuamente con la mirada hasta que Mahone nos informó de la salida del General.
-Prepárense. -dijo Michael a través de un radio-.
Pase a la parte trasera de la ambulancia y deje a la mano lo más importante para mí trabajo.
-Estas bien? -pregunté a Bellick que tenía un aspecto muy pálido-.
-No me gusta la sangre.
-Encargate de la camilla.
Mientras guardaba las cosas, el frasco de morfina me pareció atractivo y lo observe por un rato.
-Es una droga muy adictiva. Tancredi tuvo varias recaídas por sus efectos.
-Derivado del Opio. Tentador aunque es necesario estar en sus cinco sentidos ahora.
Lo regrese al botiquín.
Me senté junto a Michael y esperamos la señal.
Observe el vehículo del General moverse tal y como lo planeamos.
Todo iba bien hasta que dio vuelta en un retorno que no habíamos contemplando.
-Linc, es una trampa. Salgan de ahí.
Varios disparos se alcanzaron a oír.
Inmediatamente, Michael arranco y regresamos al edificio junto con los demás miembros del equipo.
-Sucre está herido. -decía Lincoln mientras lo cargaba de un brazo-.
Lo ayudé a sostenerlo y lo recostamos en el escritorio.
-Alguien sabe suturar? -preguntó Bellick entrando en pánico-.
-Alex sabe. -grito Mahone-.
-Qué? No.
-Me cosiste la herida de bala en Moscow.
-Tuve ayuda de profesionales.
-Pero debes recordar como es que lo hiciste.
-Vamos mujer! Me estoy de sangrando. -gimoteaba Sucre-.
-Hasta herido eres fastidioso.
Necesito gasas, aguja e hilo, bisturí y unas pinzas.
Me llevaron las cosas tan pronto como las pedí y me puse manos a la obra.
-Sucre, esto va a doler.
-Haz lo que tengas que hacer.
La bala no había penetrado e ningún órgano importante de Sucre, eso lo volvió un poco más sencillo.
-Iremos por Glenn, el bastardo nos mintió. Estaras bien con Sucre?
-Ve por él. Todo estará bien, solo te cuidado.
-Atrapa a ese infeliz, papi. -grito Sucre exitado-.
-No hables o necesitarás transfusión.
-Bien.
Se volvió a recostar y me permitió concluir mi trabajo.
-Bueno azúcar, está hecho. -dije mientras terminaba de coserlo-.
-Gracias Alex. Te debo una.
-No me debes nada. Estarás bien si te dejo un rato?
-Si, quiero dormir. A donde irás?
-A visitar a una vieja amiga.
No pude decidir que arma usar contra ella.
Definitivamente pistolas no.
Dagas?
Agujas?
Un bisturí?
Solo mis puños?
La última opción fue la mejor.
Descendi del vehículo y sin pensar dos veces entre en el cuarto indicado.
-Alex, me alegro de verte.
-Terminemos con ésto. Qué quieres?
-Bueno, como sabes, seremos socias. Y si queremos que esto funcione, debemos mantenernos 50-50.
Yo te lastimé, mucho. Me deje llevar, lo sé.
Ahora, quiero que hagas lo mismo.
Me entrego un látigo hecho a base de extensiones de luz.
-Tienes cinco minutos.
Se empezó a quitar la camisa y finalmente de dio vuelta.
Al igual que la mía, su espalda estaba marcada, llena cicatrices. Aunque no de latigazos.
Me acerque con el cable y lo enrede en su cuello, empezamos a forcejear, la mantuve en el suelo todo lo que pude para desquitar mi ira y frustración.
Finalmente lance la gusta hacia el otro extremo de la cama y empecé a golpear a Gretchen mientras aún estaba en el suelo.
-Te... Te quedan tres minutos... Aprovechalos.
Continue con la rutina de golpes hasta que mis nudillos me pidieron compasión.
-Eres más fuerte de lo que recuerdo.
-Por qué no te defendiste? -pregunté mientras la ayuda a parar-.
-Recuerdas la amenaza que hiciste? De buscar a mi hija? De contarle todo sobre su madre? Resistiría cualquier tortura con tal de que eso nunca pase.
-Entonces, tienes corazón.
-Tus cinco minutos acabaron. Puedes irte.
-También dijiste -añadió Gretchen-, que si no fuera tan hija de perra seríamos buenas compañeras.
-No somos amigas. Solo terminamos nuestra guerra.
Regresé al edificio, me sorprendió ver que los hombres aún no llegaban.
Sucre estaba dormido.
Me senté junto a él y empecé a dormitar un poco.
Ambos nos sobresalta os cuando apareció el resto del equipo con Mahone casi amordazado.
-Qué pasó? -pregunté exaltada-.
-Glenn murió.
-Y por qué Mahone está así?
-Tenemos a Wyatt.

               ~.~.~.~.~.~.~.~.
Malas noticias diablillos.

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No hay planes para una sexta temporada de Prison Break

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No hay planes para una sexta temporada de Prison Break.
No por ahora.
Quisiéra que todos l@s fans se unieran a mi y comentaran en la publicación más reciente de FoxTv en Instagram el hashtag #prisonbreak6 o #saveprisonbreak.
Será el último intento para salvar la serie.
~💎




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