Capítulo II: Arenoso y apestoso

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Antes de que agregara algo más  Michael me tomó de la cintura y paso mi mano al rededor de su hombro para ayudarme a parar.
-Que haces aquí? Le dije a Lincoln que te cuidara! En cuento salga de aquí lo voy a...
-Le prometí que te convenceria de no matarlo -dije antes de escupir el agua-.
-Y has venido solo para convencerme de no asesinarlo?
-No, de hecho vine a sacarte a ti y a un tal James Whistler.
-Acaba de llegar un señor a ofrecermelo, pero le dije que no.
-Michael...
Justo antes de decirle lo de Lj, un estúpido reo me toco el trasero y antes de que yo reaccionará Michael ya había soltado su primer golpe.
Era un tipo grande, y el doble de Michael en peso.
Al principio retrocedi unos pasos, pero la pelea se descarriló y quise intervenir, un hombre negro se interpuso antes que yo, y les gritó:
-Saben como hacemos las cosas aquí. Si quieren pelear primero declarense la guerra de frente a frente.
-Oye la tocó! Que cuide sus modales con las mujeres.
-Quiero a esa mujer y peleare por ella blanquito. Esto no se va a quedar así.
Vi a Michael hablando con el hombre negro después de que el mastodonte degenerado se marchó; después de unos minutos regresó.
-Estas bien Alex?
-Si, y tu?
Vi su labio sangrando.
-Si...
-No tenias que hacerlo, puedo defenderme.
-Esto es el Infierno hermosa, y no dejaré que te hagan nada, no mientras yo este aquí. -se limpio la sangre con la mano-.
-Vamos te limpiare.
Tome su mano y lo dirigí a la sombra del lugar, tenía un pañuelo en mi pantalón, lo saqué y con cuidado limpié su labio.
-Alex no debiste entrar aquí.
-Ya se que lo prometí pero necesitaba ayudarte y...
-Alex, Mahone también esta aquí.
Eso resonó en mi oído un par de segundos que para mi fue una eternidad.
-Donde está? -pregunté-.
-No creo que quieras verlo, hace 4 días que no toma la droga. No se ve muy bien.
-Necesito verlo. Me lo debe.
Suspiró y vaciló un momento después asintió.
-Ven.
Lo seguí por toda la prisión. Era un lugar pequeño para demasiadas personas, al igual que en Fox River había travestis, pero estos eran muy muy exagerados.
-Oye lindura, puedo preguntarte algo... Las operaste o son así? Porque si las operaste quiero el número de tu cirujano, hizo maravillas. -me dijo uno mientras cruzabamos la prisión-.
-Creeme que no son operadas, mejor busca a alguien más que tenga tiempo de hablar -dijo Michael-.
Me sonroje un poco y luego me eche a reír.
Nos detuvimos en una intersección, ahí estaba Mahone.
-Ten cuidado cariño, llego Lincoln, no tardaré.
-De acuerdo.
Me acerque a él, estaba de espaldas, jugaba con su pluma o estaba buscando la última pildora de la felicidad, no se, era confuso.
-Hola querido, que tal la vida en prisión?
Se sobresalto al oírme
-Qué quieres Alexandra?
-Sólo pasaba a saludar y a disfrutar de tu situación. -dije sonriendo picaramente-.
-Todo por tu noviesito, implantó droga en el barco.
-Te salió el tiro por la culata Mahone.
-Vete al Infierno Alexandra.
-Ahí es donde estamos.
Esto último dibujo una pequeña sonrisa en su rostro.
-Cómo estás? -pregunté con un tono compasivo que me sorprendió-.
-Se acabaron y no creo que pueda solicitar más.
-Tienes alucinaciones?
-Aún no.
Tome asiento a un lado de él, después de vacilar un rato el rompió el silencio.
-Perdoname Alex, perdón por traicionarte, perdón por darte la espalda, perdón por usarte y por meterte en prisión, pero fue un momento muy difícil en mi vida y estaba muy confundido con lo de Pam, Shakes y tu... Y yo.
-Nunca hubo un tu y yo Alex -se me hizo un nudo en la garganta al decir ésto-, solo fuimos compañeros de trabajo y ya.
Se quedó callado hasta que llegó Michael.
-Puedo hablar contigo linda?
Me levante y sin voltear me dirigí a Mike.
-Que te contó Lincoln?
-Tienen a Lj, grabaron un video donde lo tienen secuestrado, si no sacamos a Whistler de aquí, lo matarán.
Se tomó la cabeza con ambas manos, necesitaba pensar y yo solo le provocaría más problemas con mi presencia.
-Mierda, no debí venir, solo te causare problemas y ya tienes los suf...
Antes de completar la frase me sujetó del rostro y me beso, me abrazó un poco antes de soltarme y con la voz entrecortada me dijo:
-Gracias por venir, si también te hubieran llevado estaría perdido Alex, eres mi razón de ser.
-Creo que esa fue mejor que la bienvenida de antes.
Reímos un poco. Después regresamos con Mahone, que aún estaba sentado en la banca de antes.
-Michael quiero hablar contigo.
Se alejaron apenas unos metros, después empezaron a discutir, mientras yo me quedé parada observando toda clase de personas que albergaba la prisión. Algunos tenían pinta de narcos, otros de violadores, matones y... Bellick? Como había acabado aquí?
-Ey niña! Orientación. -dijo un hombre de color con dos gorilas a los lados-.
-Gracias pero no.
-No lo decides tú.
Me tomó del brazo, de un jalón lo quite y voltee hacia Michael, en cuanto me vieron, se acercaron a mí.
Caminamos hasta lo más alto de la prisión, entramos en una habitación grande, para nada parecía una celda, tenía un televisor, algo como una cocina, un comedor, un par de camas y una ramera que se estaba cambiando en la habitación.
Me quede en medio de Michael y Mahone, había otro dos hombres más aparte de nosotros.
-Creo que no tuvieron una mala bienvenida, si me equivoco avísenme de cualquier insidente que ocurra en prisión -dijo el tipo de color que había separado a Michael y al mastodonte-. En esta prison tenemos un gobierno igualitario, no importa que sexo sean -se acerco a mi unos momentos-, mis leyes caen sobre todos.
Me giré hacia la mujer que se estaba vistiendo, estaba pegada a la pared en ropa interior, me miraba confundida, después giro a Michael, rode los ojos y seguí escuchando al hombre.
-Si necesitan arreglar sus problemas, aquí hay una solución -sostuvo una pata de pollo-, se que entenderás eso Scofield, en Fox River también hubo riñas entre reos.
Michael y yo nos volteamos a ver con los ojos como plato.
-Son famosos ustedes dos tortolitos, Alexandra Varay, la famosa ladrona más buscada de los Estados Unidos y Michael Scofield escapan de Fox River junto con el asesino del hermano de la vicepresidenta.
Pero aquí hay un problema señores -continuó-, no hacemos distinciones entre celebridades y gente común. Esta claro?
-Mas que el agua -conteste con seguridad-.
Antes de irse se acercó a Mahone y notó su temblorina. Después se dirigió hacia uno de los hombres extras, éste se orino y Lechero le pateó al culto hasta que intevervine.
-Entendió la lección -dije bruscamente-.
-No te enseñaron a guardar silencio cuando los adultos discuten? -se acerco demasiado a mi cara-.
-No te enseñaron a lavar tus dientes?
Levanto la mano en son de pegarme pero Michael lo detuvo y se enfrentó a él.
-Si quieres problemas puedes tenerlos conmigo. - dijo con voz ronca y muy sexy-.
-Son valientes, me gusta pero tienen suerte de que estaba meditando, si no sus cerebros volaría por todo el cuarto. Larguense.
Salimos del cuarto, bajamos al patio y ahí nos separamos de Mahone.
Caminamos durante unos momentos hasta encontrar dos asientos libres, mientras lo hacíamos charlamos un poco sobre lo que pasó mientras yo estaba en custodia.
-Pensé que nunca más te vería -dijo Michael-, en verdad creí que estabas en el barco.
-Soy muy buena actriz, ocultar el enorme nudo de mi garganta al ver como te ibas no fue tan fácil. Qué más ocurrió mientras yo estaba en el sótano del Buro?
-Bueno, peleamos por los cinco millones con Bellick y con... T-Bag!
-Enserio? Y donde acabó ese pobre?
Michael no respondió, solo se quedó mirando al vacío.
Gire la cabeza y ahí estaba ese enfermo sin una mano, lanzó un beso hacia nosotros pero conociéndolo no supe si fue hacia Mike o a mi.
-Varay, tu abogado llegó.
Me solté de la mano de Michael y me dirigí a la puerta, pasé por un oscuro pero pequeño corredor y me acerque a las rejas.
-Hola Alex! Mi nombre es Susan y seré tu abogada.
-No pedí ninguna -dije mientras protegía mi visión del Sol-.
-La asigna el gobierno, y como tú caso es duro y reciente, ansían que salgas de esta apestosa prisión y entres en una femenil.
-Qué?!
-Acaso te gusta esta prisión? Es repugnante Alex.
-Cuanto tomará el cambio? -pregunté un poco nerviosa de la respuesta-.
-Cuánto mucho un mes, lo mínimo tal vez una semana.
-Bien, tengo tiempo -susurre-.
-Dijiste algo -preguntó la abogada con una sonrisa infantil-.
Era una mujer atractiva, cabello negro, piel blanca, ojos azules chispeante, complexión buena y vestía de negro.
-No.
-Bien, tal vez en una semana venga para revisar tu juicio, según como vayan avanzando las cosas. Te vere luego.
Un poco confundida regresé a la prisión, cuando entre vi que un disturbio se originaba en una celda, mientras esperaba a que todos se fueran para ver quienes eran los del problema me forme para comer, la verdad no tenia hambre, pero mi panza me lo reclamaria a la mitad de la noche.
Atrás de mi estaba formado Bellick y otro sujeto, cuando me sirvieron, me quedé parada a un costado del "cocinero", tal y como lo supuse Michael estaba dentro junto con el degenerado y Lechero, mi concentración por leer los labios fue frustrada por las plegarias por comida de los sujeto semi desnudos.
-Por favor, no he comido en una semana, moriremos de hambre.
-A ustedes no les toca nada.
-Tienen cigarrillos? -interrumpí su pelea-.
-Creo que me queda uno -dijo el otro sujeto-.
Efectivamente, lo sacó y me lo entregó.
-Tomenla, prefiero morir de cáncer que de una intoxicación. -dije mientras encendía el cigarrillo con la lumbre de la parrilla-.
-Gracias Alex. -dijo Bellick-.
-Te conozco? - Le pregunté-.
-No creo que no.
-Perfecto.
Me di media vuelta y me refugie en un lugar con sombra, frente a mi estaba un chico jugando basketball, si salía de prisión seria un perfecto defensa en la NBA.
-Hola primor, por qué fumando tan sola?
-Hola lisiado, por qué molestando a los nuevos reos?
-No cambias Alexandra.
-Ni tu Bagwell.
Di un fuerte sorbo al cigarro, lo contuve un momento y luego lo expulse.
-No eres muy buena haciendo amigos verdad.
-Pocas personas me agradan y tu no estas en ese círculo.
Iba a reprocharme pero Michael lo interrumpió.
-Te estuve buscando, donde estabas?
-Hum... Aquí fumando con este idiota.
-Algún día estarás de rodilla ante mi Varay y no por piedad. -dijo vulgarmente-.
Rodee los ojos y no pude ocultar una risa.
-Largate -le dijo Michael-.
Se sentó en frente de mí y un para de segundos después me preguntó.
-Qué tal te fue con el abogado?
-Me transferirán, máximo un mes, mínimo una semana. -seguía mirando al muchacho-.
-Tenemos que darnos prisa, no me gusta que estés en este lugar pero que es peor la idea de que regreses a prisión.
-Buscare la manera de ganar más tiempo. Tranquilo bonito. -di otro sorbo del cigarrillo-.
-Has comido ya?
-No tengo hambre -dije como una niña pequeña-.
-Te traeré algo... Deberías fumar hasta que salgamos, no creo que eso sea tabaco.
Saque el cigarro de mi boca y lo aplaste, aún así casi lo terminaba.
-SE ESCAPA! SE ESCAPA!
En cuanto escuche, Mike y yo corrimos hacia la ventana de su habitación para ver que sucedía.
Un reo había brincando la ventana y había salido corriendo hacia las rejas de salida.
Los guardias de las torres le apuntaban con las armas pero no creía que le fueran a disparar.
Me equivoque.
Más de dies tiros en el cuerpo del hombre que me había dado el cigarro.
Un poco mareada por los disparos me aleje de la ventana, me re coste en la cama y algo me incomodó, lo saqué y era la maldita pata de pollo.
Michael se quedó atónito al verla.
-Quedate aquí.
Fue lo último que dijo antes de salir corriendo fuera de la celda.
De nuevo me re coste en la cama de Michael y sin querer me quede dormida como un oso en hibernación.
-Golpealo en la rodilla, si no puede levantarse, no puede pelear. -escuche en bajo tono de voz-.
-Quieres que peleé sucio?
-En este lugar, no hay oportunidad de para hacer e el valiente.
Era Mahone y Michael, traté de abrir un poco los ojos para observarlos pero estaba volteada.
-No la vas a despertar? -preguntó Mahone-.
-No quiero que vea lo que pasará.
-Verte morir? O verte matar?
Trague saliva, no podía dejar que Michael muriera o se convirtiera en un asesino.
-Ambas. Pero si no regreso, solo pido que cuides de ella mientras están aquí, ella lo es todo.
Mordi mi labio para evitar un sollozo.
-Evita morir Michael, ella te ama y si descubre que algo te pasó, su mundo se derribara. Rompe la rótula y tendrás la victoria.
Escuche como se alejaban sus pasos.
Michael se levantó de la cama y se acerco a mí, acaricio mi cabello.
-Te amo, te amo mucho.
Beso mi mejilla y se alejo de la celda.
No se porque no me moví, porque no le dije que yo también lo amaba, porque no lo detuve.
Cuando salí del shock, escuché la bulla, corrí hasta el patio, avente a todas las personas para quedar hasta en frente, preferí que Michael no me viera, podría distraerlo.
-No voy a pelear -grito él-.
-No hay otra opción niño -respondió Lechero-.
En cuanto su contrincante se volteó, Mike pateó su rótula, una vez en el piso le propinó una golpiza, el alma me regresó al cuerpo cuando el otro sujeto no se levantó.
Me acerque a Mike, el me vio y corrió hacia mí, pero no lo dejaron pasar.
-Ganó, ya ganó. -grite-.
-Tal vez no entendiste las reglas Scofield, solo uno sobrevive.
-N-nooo. -dije mientras una lágrima salía de mis ojos-.
Michael siguió intentando pasar.
De pronto, se levantó el otro sujeto y golpeó a Michael, yo solo gritaba su nombre, de nuevo se recuperó Michael y lo dejó tendido en el piso, me aleje de ese lugar. Decidí que no dejaría que el se volviera un asesino, vi que le aventaron un cuchillo a su oponente, no lo pensé doble vez, entraría al círculo, pero mi plan fue frustrado cuando alguien jalo de mi brazo.
-Sueltame! -le grite a Mahone-. Ya mate una vez porque esta sería diferente?
-Por que esta será lenta y las sensaciones que produce serán un martirio. Yo lo haré.
Entro al círculo y antes de que apuñalar a a Michael lo tomó del brazo, hizo una llave y le rompió el cuello.
Todos callamos.
-Reglas son reglas, y sin ellas solo somos salvajes.
Corrí hacia Michael, me trepe en él, me sostuvo en el aire y me abrazó hasta dejarme sin aire.
-No vuelvas a hacerme eso o yo seré quien te retarda con una estúpida pata de pollo.
-Lo prometo.
Me iba a besar, pero lo detuve.
-Te amo infeliz.
Rió y me beso.
.
Dormí con Michael, compartimos cama y Mahone se quedó en la otra.
Por la mañana, entraron por los cuerpos, me asome por la ventana para ver, había una chica que gritaba mucho, decía que quería verlo, pero no tenía la más mínima idea de quien hablaba.
-No veas eso -dijo Michael aún dormido-.
-Te recuerdo que solo tenemos una semana, y mientras más descubra mejor.
Eso vasto para levantarlo de un golpe. Se unió Alex a la vigilancia.
La chica de antes se quedó viendo los cuerpos, y cuando los guardias se alejaron reviso su ropa.
-Qué podrían sacarle a un muerto de Sona? Solo SIDA.
-O una nota. -dijo Michael mientras sacaba un papel de su bolsillo trasero-.

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