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18. ADN

Semanas más tarde, luego de nuestro día de picnic, hemos estado realmente ocupados. Elijah en clases, yo con el trabajo y Harry escribiendo. Nos hemos visto relativamente poco y lo extrañamos, muchísimo. Es por lo que esta noche, dejamos todo de lado y pasaremos tiempo juntos, al menos ese es el plan.

Mamá me ha llamado más temprano este día y me ha pedido a Elijah, extrañan a su nieto y yo no soy nadie para negarles eso, así que ella pasa por él a la escuela y se lo lleva a su casa, para tener una tarde con sus abuelos. Ahora, un tiempo después de que las clases han acabado y finalmente he terminado con el material que necesitaré para mis clases del día lunes, así que salgo de la escuela directamente hasta el supermercado.

Quiero preparar lasaña, hace mucho tiempo que no la comemos y la verdad, es que esta mañana me he despertado pensando en que eso era exactamente lo que cocinaría esta noche. Pero lamentablemente no tenía ingredientes, así que tiene la obligación y el deber, de ir hasta el gran mercado.

Una vez allí, tomo un carrito y camino pasillo por pasillo, cogiendo todo lo que necesito. Además de otras cosas para Elijah, unas galletas para Mate y algunas golosinas. También cojo un poco de manzanas y naranjas, para las colaciones de mi niño, porque le encantan, pero también tomo aquellas gomitas que tanto le gustan a Harry, las meto al carrito recordando su carita de felicidad cada vez que las come. Luego, cuando estoy escogiendo la leche que llevaré, mi teléfono comienza a sonar, lo saco de mi bolsillo y me doy cuenta de que se trata de Jesy, sonrío, pensando en que será esta vez. 

—¿Hola? —pregunto al contestar. —¿Jesy?

—¡Aubrey! —Medio chilla, mi oído sintiendo las consecuencias—¿Dónde estás?

—En el supermercado, tenía que comprar las cosas para la cena de esta noche ¿por qué?

—¿Irá Harry? —pregunta, parece sin aliento. Frunzo el ceño

—Eh sí—murmuro, guardo la leche que he elegido en el interior del carrito, pero me quedo allí, confundida, esperando a que mi amiga acabe de hablar—hemos estado ocupados y finalmente vamos a vernos. 

—Estaré allí a eso de las nueve—dice. 

—Eh ¿Jesy? Sabes que te amo y que eres bienvenida siempre en mi casa, pero queremos estar solos. No nos hemos visto mucho últimamente. 

—Necesito hablar con ustedes, es importante y solo serán unos minutos.

Noto el nerviosismo y la urgencia en su voz, algo extraño en mi segura amiga. Es solo por ello, que pienso y analizo que esto puede ser importante o en su defecto; grave.

—Vale, sí, te esperamos a las nueve—observo a mi alrededor, notando las pocas personas que aun rondan por el lugar, muerdo el interior de mi mejilla y luego vuelvo a hablar; —¿es algo malo?

—No lo sé—responde—lo averiguaremos por la noche.

—Bien, te veo más tarde.