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39. New York

Olivia cumplió tres meses y decidimos viajar a New York.

Sí, la familia de Harry nos ha estado invitando muchísimo a visitarlos, creo que desde la primera vez que Anne y Patrick vinieron a vernos. Y siempre lo habíamos aplazado, por diferentes razones y luego me embaracé y mi ginecólogo me recomendó no realizar viajes largos y evitar los vuelos.

Pero ahora lo tenemos decidido, de hecho tenemos los pasajes de avión y la fecha.

Así que los días previos a nuestro viaje, nos turnamos en hacer maletas, cuidar a los niños, llevar a Elijah a clases, buscar los pasaportes, recoger los pasajes, hablar con mis padres para pedirles que cuiden de la casa y por favor de Mate, ya que no podemos llevarlo con nosotros.

Mis hermanos fueron los más felices con esa petición.

Así que el día lunes papá nos deja en el aeropuerto de Nashville a las siete de la mañana, nos desea un buen vuelo y nos pide que nos cuidemos mucho y que avisemos cuando estemos en la casa de los padres de Harry.

Nuestro vuelo sale a las nueve de la mañana, así que tenemos tiempo para hacer todo el papeleo antes, lo bueno, es que el vuelo dura menos de tres horas, así que no será un trayecto largo para nada. Elijah está emocionado de ver a sus abuelos y viajar, le hemos prometido que le llevaríamos a Disney y también a central park. Es el primer vuelo de Olivia, su pediatra me ha dicho que está bien y que puede volar, teniendo todos los cuidados necesarios.

Harry consigue un carro transportador y pone allí todas las maletas. Elijah sentándose sobre una de las maletas y sujetándose para no caer. Buscamos nuestra aerolínea y hacemos el check list necesario, registramos las maletas y pasamos seguridad un poco después.

Cuando estamos en nuestra sala de abordaje, Harry me dice que él y Elijah conseguirán algo de beber y comer y que volverán pronto. Me quedo con Olivia allí, ella en su carriola, despierta y viendo a todos lados. Le sonrío y acaricio su pancita con delicadeza. Observo a mi alrededor y veo que el aeropuerto ya está teniendo bastante movimiento.

Un poco después, Harry y Elijah vuelven. Harry me entrega una bolsa con un panecillo dentro y un chocolate caliente con menta.

—Te amo—le digo recibiendo mi comida—gracias amores.

—Mami yo también tengo chocolate caliente, papá dijo que tenía que ser uno pequeño o puede dolerme el estómago. —Dice enseñándome su vaso.

—Papá tiene razón bebé. —le ayudo a quitar el papel de su panecillo. —Come con cuidado amor.

—¿Está dormida? —pregunta Harry viendo hacia la carriola de Olivia—Oh, no. Hola mi amor. —dice viéndola despierta.

—Dormirá en el avión—digo—o al menos eso espero.