24. ¿Podemos hablar? |Parte Dos|

3.2K 270 20
                                    

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.


Hay un silencio ensordecedor a nuestro alrededor.

Mi vista está clavada en el entorno de mi patio trasero, las palabras de Harry chocando en mi cerebro, absorbiéndolas, analizándolas, sintiéndolas. Él se mantiene callado, sentado en el mismo sitio, sin moverse.

Agradezco eso.

Tomo una respiración, mis pulmones llenándose de aire limpio y fresco, antes de expulsarlo, llevo la botella de cerveza a mis labios y le doy un gran trago, todo, antes de hablar, sin mirarlo todavía.

—Siempre quise ser madre. —Comento. —Desde que tengo recuerdos, el querer tener un hijo formó parte de mi plan de vida. Recuerdo, que muchas personas me decían que podría desistir de ello cuando creciera y tuviera aventuras y experiencias de vida. Pero yo sabía que no sería así, yo sabía que quería tener un bebé. Pero todo lo que intentaba no funcionaba y fue así desde la secundaria. Veía a todo el mundo enamorarse, encontrar a sus parejas, continuar saliendo, casándose y formando una familia, y yo no lo lograba. Durante muchos años estuve enamorada de Michael—confieso. Las palabras saliendo de mi boca sin aviso alguno, pero no sintiéndose incómodas en lo absoluto— comenzó en la secundaria y pensé que él sentía lo mismo por mí, pero luego conoció a Elois y todo fue historia. Lo guardé durante mucho tiempo, todos los sentimientos, las emociones. Solo mamá y Jesy lo sabían. —Tomo una respiración, volviendo a llenar mis pulmones, antes de continuar—Este es un pueblo pequeño, todo se sabe, todos se conocen, todos comparten. Compartí tantas cosas, tantas etapas y momentos con ellos, pero cuando Elois anunció que estaba embarazada me quise morir. —Suelto un risa—Era ridículo, porque ella es mucho menor que yo y le fue sencillo quedar en espera.

—Aubrey...—murmura Harry, pero le detengo antes de que pueda decir algo más.

—Y es aún más ridículo porque un embarazo, un bebé, no es motivo para estar celosa. Pero yo lo estaba, deseaba tanto ser yo, deseaba tanto conocer a alguien, enamorarme, tener un bebé. Pero no pasaba, el tiempo seguía corriendo, yo seguía cumpliendo años y seguía estando soltera. Conocí a mucha gente, me acosté con varios hombres, tuve citas a ciegas, con amigos de amigos y nada. Así que un día, simplemente encontré lo de la clínica de fertilización y me dije a mí misma que esa tenía que ser mi oportunidad. Viajé a los Ángeles, me hicieron estudios y me dieron una carpeta gigante, en ella estaban todos los donantes, sus descripciones físicas, sus descripciones médicas y familiares. Los análisis genéticos me mostraron como podría ser la mezcla de nuestros ADN'S y hacer que funcionara en un bebé. Creí, pensé por mucho tiempo que no resultaría. Que este intento de quedar en espera sería un fracaso, pero no lo fue. Quiero pensar que el destino por fin estaba dándome una oportunidad de lograrlo. Todavía recuerdo el momento en que elegí tu esperma por sobre la de las demás, me cautivaste con los hoyuelos. Me dieron una carpeta gigante, con miles de candidatos y terminé escogiéndote a ti—me río— Pero lo conseguí, los conseguimos. Me quedé embarazada de Elijah y fui tan feliz, disfruté cada segundo de mi embarazo y cuando nació, cuando le tuve en mis brazos. Todo rosáceo, lleno de fluidos y llorando, absorbiendo el aire por primera vez; lo supe. Supe que haría cualquier cosa por ese pequeño, que pelearía con uñas y dientes por él, que le protegería de todo y de todos. Y le fallé.

All For You » h.sDonde viven las historias. Descúbrelo ahora