20. No puedo

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Todas mis extremidades se han quedado de piedra, las palabras de mi niño rebotan en mi cerebro a una velocidad extrema, mareándome. Parpadeo, ajustando mi visión y viendo el rostro de mamá cargado de sorpresa y también incredulidad, observándome atentamente. Mi respiración se acelera de inmediato y comienzo a sudar. Hay tantas emociones dentro de mí, demasiadas. Tantas, que no sé bien cómo actuar ahora mismo.

Pronto y con una rapidez impresionante la mano de mamá está tomando la mía, acariciándola con ternura. Le miro y noto que está sonriéndome, dándome ánimos con la mirada, transmitiéndome seguridad. Suelto el aire contenido en mis pulmones, me obligo a tranquilizarme y avanzo hacia la salida de la cocina, cruzo el corto camino hacia la puerta y la sala de estar y entonces le veo: Harry está de pie en la entrada, con mi pequeño niño entre sus brazos, sollozando en su cuello mientras le abraza fuertemente.

La imagen parte de mi corazón en miles de pedazos. Mi pequeño niño no tendría por qué estar llorando al ver a Harry, él no tendría que sufrir cuando el rizado decida alejarse, Elijah ni siquiera está enterado que el hombre que tanto quiere es realmente su padre.

Y no lo sabrá.

Endureciendo mis sentimientos y con la imagen destrozada de mi niño quemando en mis retinas, camino hacia donde ellos están. Soy totalmente consciente de las miradas de mis hermanos y de mis padres. Pero los conozco demasiado bien para saber que ninguno de ellos se interpondrá en esto. Son demasiado respetuosos con los asuntos personales de cada uno de nosotros. Elevo una de mis manos, posicionándola con cuidado en la espalda de mi pequeño. Al estar tan cerca de Harry, el aroma de su perfume entra directamente en mis fosas nasales, aturdiéndome.

—Elijah...—hablo con suavidad—bebé, ve con la abuela por favor.

—¡No! ¡No quiero! ¡Quiero quedarme con el Señor Harry! —chilla lastimosamente. Su vocecita entrecortada por las lágrimas.

—Amor, necesito hablar con el señor Harry, cosas de adultos. Por favor, ve a ver televisión con tus abuelos.

Elijah quita su cabeza del cuello de Harry y me observa. Su rostro enrojecido por el llanto, lágrimas frescas cayendo por sus mejillas y un puchero en sus labios. Me observa, tan idéntico a Harry, tan hermoso, tan mío.

Mío.

—Mamá...—murmura volviendo a sollozar.

Con rapidez y siendo cuidadosa de no tocar a Harry, envuelvo mis brazos en el pequeño cuerpo de mi niño y lo muevo hasta que soy yo quien lo está abrazando. Sus brazos rodeándome de inmediato. Beso la parte superior de su cabeza y lo meso hasta que se encuentra mucho más calmado. Lo tranquilizo, mimo y acaricio hasta que sus ojos se han cerrado debido al torrente de emociones que le consumió de manera tan abrupta. Cuando sé que no se despertará, se lo tiendo a mamá, quien lo recibe con cuidado acunándolo en su pecho.

All For You » h.sDonde viven las historias. Descúbrelo ahora