17. Solo los tres

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Despierto, rodeada de un agradable calor. Con el peso de un brazo sobre mi cadera y dos respiraciones en mi cuello. Sonrío, sabiendo que en mi espalda está Harry y en mi pecho, Elijah. Parpadeo lentamente, abriendo de a poco mis ojos y acostumbrándome a la luz que ingresa a la habitación, debido a la claridad de la mañana. Me muevo un poco, para poder acomodarme y lo que me gano, son dos gruñidos de frustración, uno más suave que el otro. Me río, sin poder evitarlo y suspiro, resignándome a que estaré atrapada entre mis dos chicos un buen rato.

Es así, al menos por los próximos diez o quince minutos, cuando Elijah se despierta y me sonríe, buscando mis ojos y acariciando mi rostro con su pequeña manita.

—Buenos días mami—dice, su vocecita cargada de sueño. Lleva una de sus manitos para tallar sus ojos y sonrío, totalmente enternecida.

—Buenos días mi niño precioso. —murmuro. Inclinándome, dejo un beso en su frente. —¿Cómo dormiste?

—Bien mami, el señor Harry no molesta para dormir

Río, negando totalmente divertida.

—No, claro que no mi amor. Pero Elijah, no puedes dormir todas las noches con mami ¿sabes eso, verdad? Eres un niño grande y tienes tu propia habitación.

—Lo sé mami, sólo quería dormir con mami. —Elijah se me queda viendo, luego se mueve, quedando en sus rodillas, viendo hacia Harry. —¿El señor Harry no tiene una habitación propia mami?

—¿Qué? —pregunto confundida—¿Por qué preguntas eso pequeño?

—Porque duerme contigo mami, ¿él no tiene una habitación verdad mami?

Vuelvo a reírme, esta vez con ganas, sintiendo la calidez y la ternura de mi niño en cada palabra que deja salir.

—Te amo Elijah.

—Y yo te amo mucho mami. ¿Desayunamos?

—¿Qué quieres para desayunar, monito?

—Quiero panqueques mami, de esos que tienen chocolate y fresas. —dice emocionado.

—Vale, pero primero tienes que ir al baño, lavar tu rostro y cambiarte de ropa.

—¡Sí mami!

Deja un beso en mi mejilla antes de levantarse de la cama e irse directamente a la suya. Sé que tengo solo un espacio de minutos antes de que esté listo y pidiendo el desayuno nuevamente, así que me volteo, observando a Harry dormir tan plácidamente. Comienzo a besar sus mejillas, su frente y sus parpados, antes de que escuche una risa ronca y unos brazos rodearme totalmente.

—Despierta dormilón—murmuro en su cuello, dejando un casto beso allí, sintiendo como se estremece completamente—prepararé panqueques.

—Mhmm—murmura, ciñéndome más hacia él—buenos días ¿y si te desayuno a ti?

All For You » h.sDonde viven las historias. Descúbrelo ahora