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12. Determinación

Los días posteriores a mi conversación con Jesy y mi final aceptación por los sentimientos que tenía con el rizado primo de mi gran amor de infancia, me dediqué a ignorar completamente a Harry. Intentaba evitar cada sitio en el que sabía que le podría encontrar. Iba desde casa hasta el trabajo, después desde el trabajo hasta casa, Jesy muy a su pesar, me ayudaba trayendo las compras y lo que nos hiciese falta. Me llamó inmadura, pero me ayudaba de todas formas.

En más de una ocasión, mi monito preguntó dónde estaba "el señor Harry" y porque no había venido a visitarnos. Tuve que decirle que estaba ocupado y que le veríamos pronto. Pero ni yo misma sabía cuándo podría ser ese pronto. Y era ridículo, hasta yo lo sabía, con la edad que tengo, no debería estar asustada de sentir cosas por alguien, ni esconderme como una verdadera cucaracha para no verlo y no poder controlar la magnitud de mis sentimientos.

Pero así son las cosas.

Es por ello que me apresuro a llegar a casa, dando vistazos a mis laterales y tras de mí, para cerciorarme de que estoy sola y que no me toparé con los ojos verdes y el rostro angelical de Harry. Cuando finalmente entro a mi hogar y dejo a mi niño en el suelo, suspiro de alivio. Elijah, va de inmediato a ver a su cachorrito. Mate lloriquea y ladra al vernos, para luego salir corriendo tras mi hijo, para comenzar a jugar.

Me quito los zapatos, dejándolos en la entrada y cuelgo mi bolso en el perchero, tomando mi teléfono del interior camino hacia la cocina para servirme un vaso de agua fría con hielo. Le envío un mensaje a mi amiga, preguntándole si vendrá hoy y si quiere que cocine algo específico. Me contesta unos minutos después, pidiéndome que haga carne asada con puré de patatas. Le encargo que traiga un helado para el postre y que también compre una gaseosa, estoy muy antojada de una.

Le hago una merienda a Elijah y cambio el agua de mate por una más fresca. Luego, los dejo en la habitación de mi pequeño y voy hasta mi cuarto para poder sacarme la ropa sudada y darme una merecida ducha. Aún es temprano y tengo un par de horas para preparar la cena antes de que Jesy llegue. Mientras estoy en la ducha, con el agua empapando completamente mi cuerpo, me pregunto que podría pasar si me arriesgo, si dejo fluir todo y le digo a Harry lo que siento. ¿Qué podría salir mal? Claro, además de darle el poder completo para que me destruya y hacerme odiar todo. Porque ese es el problema con el amor; te hace vulnerable. Te deja indefensa, hace que bajes la guardia. Le confías todo a una persona y eso, eso es lo que le da el poder para destruirte.

Creo que la respuesta más sencilla para todo, es que tengo miedo.

Sí, miedo de enamorarme, de caer perdida e irrevocablemente por Harry. Miedo de arriesgarlo todo y perderlo. Miedo de ser destruida. ¿Qué quedaría de mí si algo así sucede? Jamás he tenido una relación larga, creo que ni siquiera he tenido algo que pueda ser llamado "relación" no estoy familiarizada con lo que conlleva ser una novia, ni nada de eso.

Pego mi cabeza contra las baldosas húmedas de la ducha mientras suspiro cansada. Tengo que descubrir que es lo que verdaderamente voy a hacer, porque claramente no puedo seguir ignorándolo, ni mucho menos puedo seguir escondiéndome. Este es mi pueblo, nací, crecí y ejercí aquí, conozco a cada una de las personas que reside en este lugar, tengo más que perder, tengo...

No.

Me detengo, es suficiente.

Apago la ducha y me seco el cuerpo con rapidez, luego vuelvo a mi habitación y mientras aplico crema hidratante en mis piernas, borro todo de mi mente, tengo que parar. me visto con unos pants deportivos antiguos y con agujeros y una camiseta larga que perteneció a mi hermano, se agrandó considerablemente después de unos lavados y Chris no la quería, así que me apoderé de ella. Cepillo mi cabello rápidamente y vuelvo a la cocina para comenzar a cocinar.