3: Todo estará bien.

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Había despertado con un peso encima de mi estómago el cual me abrazaba y no me soltaba. Me había sentado en la cama para frotar mis ojos con mis nudillos y ver de quién se trataba.

— ¿Félix? — El pequeño miro hacia arriba con sus ojos inchsdos y sus mejillas calientes, parecía obvio saber que habia llorado por el simple hecho de notarlo moquear y tener un comino de lágrimas en sus pómulos.

— ¡Dipper! — Se volvió a aferrar a mí para seguir llorando en mi pecho. Yo suspiré para abrazarlo de igual manera e intentar que sus llantos pararán.

— ¿Te lastimaste? ¿Acaso alguien te hizo algo? — Él negó a todas las preguntas para intentar hablar entre sollozos sin separarse de mí.

— Tuve una pesadilla. Soñé que me ocultabas, los hombres de verde aparecían y se llevaban a mi papi, tu luchabas. Me dio mucho miedo que no estuvieran conmigo y que no supiera que hacer, estaba solo en la oscuridad. — Relato con moqueos, pausas y sollozos su pesadilla reciente. Algo de tristeza se expandió en mi interior por verlo de esa manera. Utilicé unas servilletas que tenía Bill a su derecha para limpiar las lágrimas y quitarle aquellos mocos a Félix.

— Tranquilo, no hay nada que temer. Nos encontramos todos bien, tu padre duerme como tronco y no creo que algo lo despierte. — Ambos observamos como con certeza Bill roncaba y se movía de vez en cuando.— Tu papá es fuerte, no sería capaz de dejarte solo. — Bese su frente para arroparlo y darle afecto intentado calmarlo.

Mis palabras habían funcionado un poco, él ya no lloraba, pero seguía con la respiración entre cortada. Una idea que lo alegraría había aparecido en mi mente y para hacerla tuve que levantarme con Félix encima.

Lo recosté en medio por un momento para ponerme mis zapatillas que había dejado debajo de la cama. Al no tener ninguna ropa para dormir terminé acostándome con la que ya traía puesto.

Acomode un poco mis cabellos para levantarme y tomar a Félix en brazos, salí de la habitación combinada con una oficina. Me dirigí hacia la cocina aunque realmente no tenía ninguna información sobre dónde se encontraba.

En silencio caminé yendo de pasillo a pasillo subiendo y bajando pisos. Iba a preguntarle al pequeño demonio rubio, pero este se encontraba dormido, no lo había despertado al no saber por cuánto tiempo se había quedado despierto llorando encima de mí sin que me diera cuenta.

Con un ligero dolor de espalda al cargar en todo el camino a Félix busqué la mirada de algún demonio que me pudiera ayudar. Lo estresante fue encontrarme a Bill sonriendo desde lejos mirando como había caído rendido por no encontrar una habitación. Este se acercó y aún con esa sonrisa burlona me dio algunas palabras de aliento.

— Ser niñera es duro. ¿Debería aumentar tu sueldo? — El demonio amarillo empezó a reír.

— Ese chiste estuvo genial. ¿Cuánta gente murió por esa comedia? Debió ser mucha. — El demonio siguió su carcajada teniendo las miradas de algunos monstruos. — ¡Ya deja de reír! - Aparte mi mirada para observar el suelo y intentar aparentar no sentirme encantado con la risa del demonio.

— Te estuve siguiendo en todo momento solo para darte este pequeño mapa de los lugares importantes del edificio. Tal vez te ayude, aunque simplemente puedes ir hacia ahí. — Señalo una habitación de doble puerta a mi izquierda.

Dudoso me acerqué a ese sitio y aún con Félix encima abrí la puerta y ver que era la cocina. Bill dio una sonrisa para acercarse a mí y besar la frente de Félix. Aquello me pareció muy tierno y diría que hasta fue agradable ese momento.

— Diviértanse.

Fue lo último que dijo para irse hacia alguna parte del gran Palacio, el poco momento que lo vi caminar, observé cómo se perdía entre la multitud. Dirigí mi mirada hacia la entrada de la cocina y había pasado mirando bastantes personas de ojos vacíos cocinando y encargándose de la satisfacción de los monstruos. Parecían Almas perdidas que fueron castigadas de esa forma.

Intente despertar a Félix hasta por fin conseguirlo, lo senté a un costado de una mesa vacía para traer verduras, agua, un caldo y sal. Félix estaba algo disgustado por las verduras, pero cuando empecé a cocinar esté miraba dudoso. Estaba preparando una sopa de verduras para Bill, sabía que Félix quería que se mejorará y tal vez podría recuperarse un poco. Seguí la receta como mejor me acordaba para luego dejar la olla hirviendo y dejar la sopa reposando a fuego lento unos treinta minutos.

Esperaba pacientemente mientras buscaba dos platos hondos, una cucharada y una bandeja para luego llevársela a Bill. Tararé y me moví un poco al ritmo de una canción que se me había hecho presente en el pensamiento y al recordar la presencia de Félix me quede avergonzado.

—No sabía que bailabas bien. ¿Podrías enseñarme algún día? — Había asentido confiado por las palabras asombradas del niño.

Habíamos esperado a que la sopa estuviera lista para servir, el primero en probar fue Félix quien no le disgusto y hasta había acabado un plato entero. Yo preparé la bandeja para servir la sopa para Bill y dirigirme con cuidado hacia el ascensor.

Espere un momento para llegar a la planta más alta en donde la habitación combinada con una oficina era el espacio de trabajo y el descanso de Bill Cipher. Las puertas del ascensor se abrieron encontrándome con varios demonios hablando desesperados con Bill.

Había escuchado un poco su conversación y la expresión del demonio de los sueños parecía dudosa.

— ¡La predicción se adelantó! ¿Qué haremos ahora?

— Deberíamos acabar todo de una vez y salir de aquí lo antes posible.

Los monstruos comentaban entre sí mientras Bill dirigía mi mirada hacia mí. Al notar la dirección de la vista del demonio, todos se dieron vuelta encontrándome con la bandeja.

— Oh pino, qué bueno que por fin llegas. Debemos seguir hablando del plan, ven acércate. Disculpen caballeros, pero tendremos está charla más tarde. — Todos se retiraron déjanos solos a mí y al demonio. Yo me acerqué hacia él dejando la bandeja en aquel escritorio, me quedé viéndolo por un momento sin saber que planeaba.

— Gracias por meterme en medio de tus tácticas de escape. Te traje sopa de verduras, te ayudará a que te mejores un poco. ¿Ahora podrías explicarme cuál era la ayuda que necesitabas? — Pregunté sarcástico sentándome en pequeño sillón que tenía cerca de su mesa de trabajo.

— Gracias, mi duda era el cómo llegaste a este lugar, quiero decir, nadie ha podido salir ni entrar durante bastantes años. ¿Acaso eres normal? — Su pregunta fue confusa hasta para mí. Aunque la incomodidad fue su expresión de duda hacia mí, su acercamiento inesperado me hizo sobresaltar.

— No se a que te refieres con ser normal, pero tampoco tengo una explicación muy clara del cómo llegue aquí. Estaba explorando las afueras de la cabaña y terminé cayendo en un pozo que me trajo hasta aquí. — Bill parecía confiado de mis palabras.

— ¿Solo eso? ¿Tal vez caíste en un portal? Posiblemente en un agujero de gusano.

— No es nada común caer en portales, llegue con mi hermana y luego de casi diez minutos termine aquí. — Mis palabras habían dejado de ser claras al recordar a mi hermana gemela.

Una preocupación sobre si estaban buscándome apareció en mi mente y la persistente idea de que mi hermana estuviera sola y triste me daba terror.

— Mierda, mi hermana. Debo volver a mi hogar, no puedo dejar a mi hermana sola. — Mi respiración se aceleró mientras hablaba algo rápido sin hacerle entender nada a Bill.

— ¿Pino? — Empecé a desesperarme para dirigirme al ascensor y tocar varias veces en botón para que sus puertas se abrirán. — ¡Pino!

Había mirado a Bill por un momento para luego entrar al ascensor apenas las puertas se habían abierto, el demonio me siguió y se subió junto a mí.

— Tranquilízate, deben este viendo al Pato Detective o haciendo vandalismo con tu tío. Yo intentaré comunicarme con ellos para decirles que estás bien. — Cipher tomo mi rostro con sus ambas manos para que lo viera a los ojos, intentaba no romperme, pero realmente no tenía otra cosa que mi familia. Algunas lágrimas habían bajado de mis pómulos para ser limpiadas con los dedos de Bill.

No te preocupes, todo estará bien.

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Editado (✓)
25-01-21

¿Quién Eres? | 𝙱𝚒𝚕𝚕𝚍𝚒𝚙 - (𝚃.𝟷)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora