25: Solo.

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~ D í a s    A n t e s ~

Me encontraba en el techo de la cabaña del misterio pensando que hacer, el sueño extraordinariamente horrible que había tenido al volver con Bill no había sido nada tranquilo

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Me encontraba en el techo de la cabaña del misterio pensando que hacer, el sueño extraordinariamente horrible que había tenido al volver con Bill no había sido nada tranquilo. Sabía que era una señal, nada estaba bien y necesitaba idear un plan.

No me encontraba solo, junto a mí se encontraba Félix observando las estrellas, aunque esté estaba medio dormido. Era extraño decir que el pensamiento de que quedaría solo observando las estrellas persistía en mi conciencia.

Es por ello que preferí escribir una carta la cual dejaría en el desván de la cabaña del misterio inversa, sabía perfectamente que Bill podría venir aquí a buscar refugio, aunque no podría decir por qué lo presentía.

Había quedado en aquel techo con Bill también, pero este se encontraba atendieron algunos asuntos en el hotel, tenía claro que tardaría un poco en venir. Suspiré bastante preocupante para observar a Félix quién reposaba su cabeza en mis rodillas, había sonreído al notar como cerraba de a poco sus ojos.

— Si en algún momento llegan a dudar de su alrededor, guía a tu padre hasta aquí y lean la carta. Sigan las instrucciones. ¿Entendiste Félix? — Lo miré firmemente mientras acariciaba sus cabellos.

El pequeño había asentido con la cabeza. Lo había sentado en mí piernas y lo había abrazado para seguir ambos viendo las estrellas.

Aquellos recuerdos aparecían en mi mente en medio del entrenamiento, mi respiración estaba acelerada y las palmas de mis manos me dolían mucho, aún así no me detuve e intenté golpear a Felichie. Él era demasiado hábil y no sudo ningún momento al esquivarlo, ante aquel mal acto terminé cayendo al suelo ensuciando mis ropas maltratadas con tierra.

Estaba muy cansado, desde ya hace dos días me encontraba entrenando junto al Líder de los Astreos. Contando las horas que habían pasado eran unas tres horas en total y aún así no quería parar, necesitaba volverme fuerte y lo haría cueste lo que cueste.

Felichie me había hablado sobre las técnicas y poderes de protección que un Astreo tenía internamente, no era muy fácil dominar las técnicas, pero sin saberlo varias veces lo había hecho, parecía ser algo emocional

— ¿Seguro no quieres descansar un momento? Tu cuerpo podría dañarse si te sobre esfuerzas. — Aquellas palabras salidas del hombre mayor de pelo gris se notaban bastante preocupantes.

Entendía perfectamente el riesgo que corría, pero aún así mi determinación era tan alta de seguir intentándolo. Solamente quería ser fuerte por Bill y Félix, merecía protegerlos luego de tantos momentos juntos.

— No, sigamos entrenando por favor. — Con dificultad me levanté mientras sudaba con cada movimiento.— Tengo que ser fuerte para salvarlos.

— Cualquiera se motivaría con tus palabras, está bien. Promete que descansarás luego del entrenamiento. — Había asentido a aquella petición.

El entrenamiento había continuado hasta que en aquel universo oscureció, sabía que Bill me mataría cuando volviera al hotel, pero al menos podría demostrarle las nuevas técnicas.

Había entrado a la cómoda casa de Felichie para despedirme y pedirle instrucciones sobre cómo volver al universo destruido que había sido formado luego del Raromagedon. Fue fascinante enterarme de que todos los destrozos habían llegado a este lugar luego de vencer a Bill y que el cielo jamás sería de día al tener la misma apariencia del portal por donde habían aparecido los demonios.

— ¿Te vas? — Pregunto bastante apenado el peli grisáceo quien llevaba un florero con flores rojas en sus manos.

— Mi familia debe estar preocupada, debo apresurarme o me matarán. — Sonreí mientras rascaba mi nuca. — El problema es que no tengo idea de cómo volver.

— Eso es fácil, solo cierra tus ojos y piensa en el punto que quieres estar, sucede lo mismo cuando trabajas en sueños, o bien podrías pellizcarte. — Había asentido para darle un abrazo. — Recuerda lo que hablamos ayer...

Asentí con mi cabeza para seguido de aquello cerrar mis ojos y tener en mente el hotel triangular, fue una sorpresa bastante terrorífica estar en la destruida habitación que compartía con el demonio de los sueños.

Aterrado corrí hacia el ascensor que se notaba lo inestable que estaba, aún así logré bajar al primer piso el cual estaba vacío, el suelo se encontraba en mal estado, con rajaduras y suciedad de las pisadas de quién sabe cuántos demonios que pasaron con rapidez.

La entrada del hotel estaba obstruida con grandes bloques del material hecho para el triángulo enorme así que no tuve otra opción que salir por el jardín, no había tenido rastro de Bill y Félix así que esperaba en súplicas que estuvieran en la cabaña del misterio inversa.

La extensa niebla y el olor a sufrimiento me causaba mareos, era como si el propio universo estuviera hecho de almas en pena que fueron consumidos por los poderes del demonio amarillo y ahora buscaban venganza destruyéndose a sí mismo.

Al llegar a la cabaña me dirigí a la habitación vacía que compartía con mi gemela cuando estaba en Gravity Falls, la nota que había dejado ya no se encontraba ahí, supuse que Bill la había encontrado.

— Mierda, debí pedirles que se quedarán aquí. — Golpe mi frente con mi mano y volví a correr hacia el hotel triangular.

Aunque parecía complicado ver hacia donde me dirigía intentaba mantenerme atento buscando con mis sentidos una pista de donde estaban ambos rubios, aunque no hubo resultado alguno.

— ¡¿Félix donde estás?! Bill, lamento haber desaparecido, sal de donde quiera que estés. — Me sentía deprimido y asustado, creía que mis peores pesadillas podrían ocurrir en cualquier momento.

Lo peor estuvo presente frente a mí, la cabeza me daba vueltas y el corazón me dolía fuertemente golpeando mi pecho con fuerza.

Cerca de la entrada del edificio triangular se encontraban ambos rubios cubiertos de escombros y heridas, aunque teniendo en cuenta que Félix estaba encima de Bill pude darme cuenta de que se había llevado gran parte de las heridas.

— Llegue tarde, mi sueño se hizo realidad. Descuiden chicos, yo los sacaré de aquí.

No pienso que puedas hacerlo estando tú solo.

Sentí una descarga eléctrica en mi espalda que no tardó en dejarme inconsciente, mi cuerpo se encontraba tan cansado que no pudo soportarlo y solo empecé a ver todo en profunda oscuridad.

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Editado (✓)
23-08-21

¿Quién Eres? | 𝙱𝚒𝚕𝚕𝚍𝚒𝚙 - (𝚃.𝟷)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora