10: Estúpido demonio.

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Odio está farsa

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Odio está farsa.

Odio estar aquí.

¿Odio a Bill?

¿Por qué debía defraudarme así?

¿Por qué me siento tan mal?

Debía esperar este resultado por parte de Bill Cipher, después de todo sigue siendo un demonio sediento del sufrimiento humano. Después de sentirme tan cercano a él, sentirme tan unido a él. Por alguna razón mi corazón no quiere estar molesto con él, pero a la vez me duele.

Siento que está mal odiarlo.

Mi mente da vueltas y me confunde, mis preguntas me destrozan y me dejan más herido. Mi respiración se agita y se entrecorta. Las inmensas ganar llorar me nublan la vista y me dan dolores de cabeza severos.

Necesito relajarme por un momento, necesito respirar y pensar con claridad. Para eso necesito ir a la cabaña, tal vez Forma Amorfa se encuentre ahí, él debe tener algo interesante y absurdo que contarme. No quiero ver al demonio amarillo a los ojos, su mirada desquiciada podría romperme con solo mirarme. Los demonios son malvados, debí aprender y recordar eso luego de tantos años.

¿Félix fue capaz de esto?

Él no es malo, yo lo sé. Es un pequeño despreocupado, ansioso por su futuro y divertido cuando de trata de hacerme reír. Desearía tenerlo a mi lado.

— ¿M-Me llamaste Dipper? — Me sorprendí por aquella voz infantil quebrada, con cuidado me di la vuelta para encontrarme a Félix con su cabeza agachada y su expresión miserable, este sostenía en sus manos un oso de felpa color marrón oscuro. Cuando miro hacia arriba noté sus ojos hinchados y rojos, su nariz goteando y sus mejillas empapadas en lágrimas.

— Félix. — Dije sintiendo una presión en mi pecho, me impacto mucho ver qué aquella sonrisa que siempre llevaba se había desvanecido y ahora era un rostro triste.

— Vine porque quería pedirte disculpas. Sé que no fue correcto amarrarte a esa silla. M-Mi pecho duele mucho, hacerte triste solo me demostró que si tú no sonríes, yo tampoco puedo hacerlo. — El pequeño había mordido su labio intentando no volver a llorar, desconsoladamente abrazo a su muñeco sin soltarlo.

Di un suspiro frustrado para abalanzarme y agacharme a su altura, extendí mis brazos para recibir al pequeño el cual no dudó en aferrarse a mí. Su llanto no cesaba, mi preocupación y tristeza al ver a Félix llorar me dolía.

— Tranquilo mi pequeño, ya estoy aquí, no estoy enojado contigo. — Arrulle tranquilamente a Félix intentando que se calmara.

Mi método parecía funcionar al sentir como las manos de Félix se soltaban de a poco y su respiración se calmaba sentía como sus ojos se cerraban y su pecho se tranquilizaba. El pequeño terminó durmiéndose aferrado a mi pecho, al observar su cara no dude en sonreír un poco.

Me preguntaba cómo sería cuando yo tuviera mi propia familia, aunque lo pensaba y sabía qué tenía un gran vínculo materno con Félix. Parece que ser niñera si te hace entender más a los niños.

Deje a Félix en aquella cama que compartía con el demonio de los sueños para cubrirlo y dejarlo descansar, con una pequeña sonrisa pase mi mano por su cabellera rubia intentando transmitirle paz. Luego de unos minutos en aquella postura y figura protectora, terminé yéndome sin antes buscar un abrigo para ponerme.

Silenciosamente sin que mucha gente lo notara, me fui del hotel para caminar hacia la cabaña del misterio. Hacía bastante frío de un momento a otro.

Estando frente a la cabaña del misterio me dispuse a escalar la cabaña del misterio inversa hasta estar en el techo de esta.

Miré aquel paisaje oscuro lleno de estrellas par abrazarme a mi mismo, temblaba un poco por el frío, pero no me importaba realmente.

— Hola Dipper, no te ves muy feliz hoy. — Miré hacia mi izquierda para observar a Forma Amorfa a mi lado. No lo había escuchado venir en ningún momento, pero creía que ese era un privilegio suyo.

— Oh, hola Forma Amorfa — Hablé por lo bajo sin mucho ánimo.

— ¿Te sientes bien? Es la segunda vez que te veo triste. — No me inmute en contestar, me quedé en aquella misma posición sin decir una palabra.— ¿Cipher tiene algo que ver? — Levante apenas mi vista para mirar el pequeño trozo de bosque.

—¿Será que me equivoqué? ¿No debí confiar en él? Él se aprovechó de mi posición y me mintió solo por placer. — Con mi voz baja intenté hablar lo más claro posible, el viento complicaba las cosas haciendo que forzará la voz.

— Bueno, conocer suficientemente bien a Cipher me hizo darme cuenta de que él cambió bastante. Él susurra y piensa cosas sobre ti en plenas reuniones demoníacas, debe tenerte tanto respeto que hasta te defiende cuando alguien habla mal de ti. — Sus palabras parecían convincentes, pero mi mente estaba atormentada de opciones diferentes en las que solamente me defendía porque le serviría en sus planes. — No creo que sería capaz de malgastar su tiempo cuidándote y haciéndote sentir bien solo para luego tirarte a la basura y hacerte llorar como un bebé. Piénsalo.

Forma Amorfa se había retirado dejándome solo, yo me quedé pensando por un momento sus palabras. 

¿Realmente eran posibles?

¿Fui capaz de hacer que Bill cambiará?

Mi cabeza me confundía, solo quería irme a casa y hacer guerra de globos de agua con Mabel, suponer que todo esto es un mal sueño. Volví a agachar la cabeza para abrazarme algo más fuerte a mi cuerpo, cerré los ojos por un instante.

— ¿Pino? — Mis ojos se abrieron como platos al escuchar aquel apodo tan propio del demonio de los sueños. Deje de abrazarme a mi mismo y mire hacia donde había provenido aquella voz.

 ¿Qué estás haciendo aquí?

 Soló vine a charlar.

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Editada (✓)
23-03-21

¿Quién Eres? | 𝙱𝚒𝚕𝚕𝚍𝚒𝚙 - (𝚃.𝟷)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora