14: Recuérdame.

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Hoy era una noche especial o eso me había relatado Félix mientras nos dirigimos hacia el jardín

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Hoy era una noche especial o eso me había relatado Félix mientras nos dirigimos hacia el jardín. Bill tenía una sorpresa para ambos aunque fue estricto y nos pidió venir de Blanco. Como siempre, traía puesta las prendas de Bill, pero está vez él me las había elegido, consistía en un short blanco y una camiseta blanca. El atuendo era bastante cómodo aunque bastante preocupante para mí, siempre ensuciaba mi ropa y el blanco no era una excepción.

El demonio amarillo nos esperaba de pie al lado de en una mesa decorada de blanco para poder tener una cena. Fue bastante sorprendente no ver a Bill con alguna prenda de color amarillo, estaba vestido igual que nosotros con el color característico.

— Que bueno que llegaron, parecía un tonto parado de blanco mientras algunas personas pasaban a mi lado. — Bill había sonreído algo avergonzado para sentarse en una de las sillas.

— Yo creo que te ves bien. — Hablé en voz baja, intentaba volver a tener conversaciones con él demonio aunque mi vergüenza era visible.

Bill me vio por un momento de abajo a arriba para sonreír. Sabía lo que diría así que pase a sentarme con un pequeño sonrojo.

— Te ves igual de lindo Pino. — Intente evitar su mirada por un momento mientras disimulaba aquel pequeño salto de corazón que me hicieron sus palabras. Miré el plato que estaba en medio.- La Cena de hoy será Pizza.

— ¿Nos vestimos tan elegantes para comer una masa cocinada con salsa y queso? — Dijo Félix algo desinteresado por la comida, era el típico capricho de un pequeño que aún no probaba su comida.

— Será mejor que coman porque casi me cuesta un riñón humano que me trajeran una Pizza hasta aquí. Aún le debo favores a los del Futuro. — Bill cortó la pizza para ofrecernos un pedazo a cada uno.

— Vamos Félix, sé que te gustará la pizza. — No discutiría el problema de la ropa, después de todo le pertenecía a Bill y parecía no tener problema de que le ensucie más ropa. Había sonreído al pensar en su reacción si algo así pasará.

— Estamos de blanco porque quise recrear una tradición de París, Cena En Blanco. Es absolutamente necesario hacerlo en este momento.

— Así que era eso. — Agarre varias servilletas para cubrirme cómo podía con ellas. Bill al notar eso no dudó en hablar.

— Pino te dije que no tengo problema con que manches mi ropa, después de todo las usaba cuando era más joven.

— ¿No las utilizas hace milenios verdad? — Había soltado una pequeña risa por mi broma.

— Me hieres tanto Pino. — Dijo apoyando su codo en la mesa para verme con una sonrisa. Se había levantado por un momento para tomar un trozo de pizza y acercarlo a mí.— Aquí tienes pino, la más abundante para ti. Ups... — Bill había "tropezado" por accidente para tirarme la pizza en mis piernas ensuciando los pantalones y parte de la camisa.

— Oh qué lástima, parece que mi porción callo. ¿Te encuentras bien Bill? Pareces un poco secó, tranquilo yo arreglo eso. — Tome mi copa para echar mi contenido en su cara. El vino de uva había manchado bastante la ropa de Bill y salpicado la mía.

— Gracias, pino, me siento mejor. — Bill relamió sus labios para asentir.— Está bastante dulce, es de mi agrado.

Nos quedamos viendo por un momento para reír, había limpiado como pude mi pantalón para dejar las servilletas sucias encima de la mesa. Había tomado un trozo de pizza para comerlo y al darle el mordisco sentí como volaba entre nubes. Hace bastante tiempo que no comía una y estas eran exquisitas.

Félix, por otro lado, no podía hablar, tenía la boca llena de pizza mientras agarraba trozo por trozo.

— Esto está delicioso. ¿Podemos cenar esto todos los días en los próximos milenios?

— Sabía que te gustaría. — Dije para sonreír.— Veremos si sigo vivo para eso.

Luego de aquella exquisita cena, Bill había propuesto jugar a algo. Aunque se notaba lo sospechoso que era había aclarado que no era nada malvado. Aún me costaba tenerte tenerle el mismo afecto que antes, pero parecía que de a poco las cosas mejoraban para ambos, las risas volvían a ser el tema principal y ya no me sentía tan mal. Aún seguía bastante preocupado por mi familia luego de la situación bastante problemática.

— Haremos una búsqueda de objetos. — Dijo tan reluciente y emocionado el demonio de los sueños, su camisa y corbata ahora manchada de morado no parecía causarle ningún problema.

— ¿A esta hora? — Había hablado algo preocupado mientras sostenía la mano de Félix.— ¿No es un poco peligroso?

— Descuida Pino, no iremos tan lejos. — Bill había sacado una caja que había debajo de la mesa.

Era extraño que no la notaría, el mantel parecía bastante grueso y era una buena opción para ocultar cosas. Bill me dio un mapa del Tesoro que lo único que tenía era un mal garabato hacia la X. La pista era una simple oración bastante fácil.

"Lugar Para Ver Las Estrellas"

Lo mismo sucedió con Félix, se le entregó un mapa y el pequeño sonrió para correr hacia su lugar sin recibir el mandato de nadie.

— Parece que no será necesario la cuenta regresiva. — Habló con sarcasmo al ver como su hijo desaparecía entre los pilares y arbustos del jardín.— Ya puedes comenzar Pino.

Había asentido con bastante tranquilidad para seguir las pistas y el camino ya marcado hacia el sitio secreto donde el premio estaría oculto.

Parecía bastante obvio a mi parecer tener que ir a la cabaña del misterio inversa. Estaba desesperado y dudoso sobre cuál podría ser mi premio. Tal vez sería algo humano, como una cámara, un teléfono, un telescopio o algo cosa así. La otra opción podría ser algo de otras galaxias, un gato con dos cabezas, un casco Del futuro que hable y diga la hora, una bolsa mágica. Podría ser cualquier cosa.

Al llegar a la cabaña del misterio miré los alrededores y vi una X de color rojo marcada en la puerta, parecía tan extraño que nadie más la notará. Sabía que había sido planeado exactamente para mí, pero un miedo recorrió mi cuerpo una extravagante fuerza magnética parecía jalar mi cuerpo hacia dentro.

Rápidamente corrí hacia atrás para sentarme en frente de la puerta. Cerré mis ojos un momento para pensar el porqué me sentía tan asustado y ansioso.

El presentimiento del miedo no me había invadido tanto luego del Raromagedon, aquello me hacía recordar a Bill, él era el único que sabía cómo darme miedo. Pero también era el único que sabía cómo hacerme sentir bien, cómo hacerme sonreír y reír.

Decir que nunca quisiera conocer a Bill no parecía ser mi pensamiento más fuerte y repetitivo. Los recuerdos que tuve con él fueron bastante interpretados, pero nunca me hizo odiarlo realmente.

Había sentido como una mano se apoyaba en mi cabeza, salí de mis pensamientos para notar como Bill estaba ahí parado con unas rosas en su mano.

— Pino.

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Editada (✓)
27-03-21

¿Quién Eres? | 𝙱𝚒𝚕𝚕𝚍𝚒𝚙 - (𝚃.𝟷)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora