19: Él te mantendrá seguro.

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— Pino

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— Pino. ¿Qué haces aquí? Se supone que el portal debía llevarte a casa. ¿Por qué volviste?

Estaba resentido conmigo mismo, luego de todos los sacrificios que Bill hizo por mí yo volvía a ser un problema. Debía pagar de alguna manera y me aseguraría de proteger al Rubio. Dando un gran suspiro, con algo de vergüenza me lancé al demonio para besar sus labios, aquel beso duro un momento y al momento de separarme le di una bofetada no tan fuerte.

El demonio se veía tan confundido tanto por la bofetada y por mi regreso. Sería bastante larga esta conversación así que estaba preparado para la batalla de pensamientos.

— ¿Por qué la bofetada? — Musito la pregunta mientras se sobaba aquella cachetada.

— Por empujarme y no dejarme decidir si quería irme. — Fruncí el ceño para cruzarme de brazos y observar hacia un costado.

— Pero te saqué de este infierno por una razón, es muy peligroso y no quiero dañarte más de lo que ya lo estás.

— No digas patrañas, aprendí algo mientras no estuve aquí; Aprendí que fui un tonto y tu igual, pero eso no significa que no pueda estar con la persona que amo.— Me había acercado un poco al rostro de Bill para tocar sus mejillas.— Espero que está vez te entre en la cabeza.

— Estoy tan emocionado y asqueado de tu belleza Pino, pero todo se está volviendo un caos, no quiero que te lastimen. — Las palabras de Bill no parecían llevar la conversación a ningún lado así que cubrí su boca interrumpiendo su discurso.

— Sé que quieres proteger a tu familia y a tus seguidores, pero te estás metiendo en una trampa, eres la carnada y vine para rescatarte de aquí. Simplemente hay que esperar que el portal se active para irnos.

— Eso no tiene sentido, ellos confían en mí. Sabes que, hablaremos de esto luego, tengo que descansar mi garganta luego de hablar tanto. — El demonio dio una tos seca y no dude en tocar su frente.— Maldita enfermedad.

— Tienes fiebre de nuevo. — Había dado mi diagnóstico luego de tocar su frente sintiendo el sudor y la temperatura alta de esta. — ¿No crees que deberías confiar en mí y no aceptar el té de nadie? — Intentaba no preocupar de más a Bill, se notaba lo estresado que estaba, lo menos que quería era que se hiperventilara y no pudiera respirar.

— Tuve que renunciar a mucho poder para poder devolverte a tu mundo Pino, además que estaría tan feliz de recibir más cuidados de ti. — Había girado la vista para sonreír.

— Siempre preocupándote de más. Ahora recuéstate. — Sin quejas del demonio de los sueños siguió mi orden y se acostó sin antes sacarse un poco de ropa para que estuviera más cómodo, en mi parte me acosté a su lado y lo cubrí con mantas y sábanas.

Nos quedamos por un momento en silencio, era bastante cómodo el momento y no tuve otra mejor idea de unir nuestras manos en un agarré, sentía como mi poder emanaba de mis dedos y curaba a Bill causándole cosquilleos. Parecía que una energía protectora resguardaba nuestros cuerpos.

Aquella sensación me dio un pequeño mareo, pero simplemente me apoyé en en pecho de Bill para cerrar mis ojos y escuchar con atención el corazón de Bill resonando. Estaba vivo obviamente.

El ambiente luego de unos minutos se sentía extraño, no sentía estar dormido ni recostado. Abrí mis ojos para encontrarme caminando por las oscuras y aterradoras calles del Gravity Falls Inverso.

El cielo era de un color rojo intento oscuro, era tan aterrador y alarmante, el ambiente se sentía tan pesado y melancólico, la sensación de miedo no desaparecía de mi mente y el hecho de escuchar gritos y risas alteraba aún más mis pensamientos sobre que era lo estaba sucediendo.

Me digne en dejar de deambular para dirigirme al Edificio Triangular en busca de la vista de Félix y Bill, pero cuando llegue quede impactado.

El Palacio se encontraba destruido y en pleno derrumbe, parecía que una tormenta o una bomba había caído para causar tales daños. Lo peor que pude ver fue a Bill y a Félix en el suelo, heridos.

Aunque las heridas del demonio rubio parecían ser más graves que las de Félix yo solo quería llorar. Me sentía tan desconfiado y perdido de mi alrededor que no sabía si esto era un sueño. Aspiré aire los más que podía para expulsarlos esperando calmarme. Por suerte desperté. Me encontraba agitado y aterrado de aquella pesadilla que me senté en la cama para mirar a mis alrededores, aún me encontraba en la habitación de Bill.

No se me hacía tan normal tener este tipo de pesadillas, pero era extraño pensar que el demonio de los sueños me había advertido sobre estas cosas antes.

Bill dormía plácidamente a mi lado sin inmutarse de mi movimiento brusco, su mirada tranquila y soñadora me distraían un poco, no podía hacer otra cosa que volver a dormir y esperar para contarle lo que había soñado.

Me apagué nuevamente a Bill para abrazarlo con algo de brusquedad, mi ansiedad de esperar que este sueño nunca se volviera realidad invadían tanto mi mente que podría llorar allí mismo.

Tranquilo Dipper Pines,
Estás seguro.
Él te mantendrá seguro.

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Editado (✓)
16 - 05 - 21

¿Quién Eres? | 𝙱𝚒𝚕𝚕𝚍𝚒𝚙 - (𝚃.𝟷)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora