Capítulo 50 -final-

2.2K 128 103
                                    

Collins

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Collins

Había pasado ya un mes desde la decisión de Issia. Cameron y yo, volvimos a Washington, luego de llevarla al hospital junto a su tía y sin duda las cosas habían cambiado durante todo este tiempo.

Cada día anhelaba ver su sonrisa, perderme en sus ojos, oís su risa y pasar horas escuchando su voz contando su diario vivir, o incluso que dijera que me quería o que pronunciara mi apellido.

Me hacía falta su calor, su presencia y su corazón latiendo al mismo ritmo que el mío, pero no podía reclamar nada, ni mucho menos ser egoísta y desearla a mi lado, cuando no había mejor lugar que donde se encontraba.

Pasaba más tiempo en el trabajo y en el bar que en mi departamento; si acaso estaba allí durante las noches para dormir y darle de comer a Waffle, quien tampoco se veía muy feliz que se diga. Intentaba hacer de mi día lo más rutinario posible, porque tenía que aceptar que ella no estaría conmigo por mucho tiempo, pero me era tan difícil, que los primeros días me negué a comer en él, prefería hacerlo en el colegio, la clínica o incluso en el bar (donde la comida era un asco). Entrenaba una hora más para cubrir el tiempo vacío y evitaba las calles por las que ella solía transitar, hasta que Corbin habló conmigo, algunos días después de notar mi falta de emoción.

Me regañó, como era de esperarse, pero también me recordó que la salud de Issia era primordial para ella y para esta relación. Hizo que intentará recobrar la compostura y volviera a mis viejas andanzas.

Apostar tampoco era lo mismo, perdía más veces de las que pude creerlo, pero con todas las emociones que me invadían, ya ni siquiera me importaba si ganaba dinero, con tan sólo llegar y tener cartas en la mano, me bastaba.

Martin preguntó por ella en más de una ocasión, y las únicas dos palabras que salían de mis labios, se resumían en un "está bien", del cual yo aún me quería convencer; porque quería creer que las cosas con ella estaban mejorando poco a poco, y que cuando volviera, iba a ser mejor. Tenía la esperanza que así fuera.

Por otro lado, Cameron y yo nos habíamos topado unas cuantas veces en el bar de Bill. Hablábamos de cualquier cosa, siempre omitiendo la razón por la cual ahora nos conocíamos, y aunque no eran conversaciones largas, me hacían sentir a Issia a mi lado, de alguna forma, era como un recuerdo en carne propia, y podía sentir que para esa chica mandona, yo también lo era.

De Patrick no había sabido mucho; aún entrenaba en el mismo gimnasio que yo, pero ya no hablábamos como solíamos hacerlo antes, ni mucho menos nos hacíamos compañía. No podía reclamarle nada, después de todo, quizás esa era su manera de olvidar, a lo mejor eso era lo que él creía sano para su vida y yo no podía, ni debía enojarme con su decisión.

Gracias a Dios, Tayler no había vuelto a aparecer, ni a molestar, porque aunque no tuviera pruebas, sabía que él había tenido que ver en la decisión de Issia, a lo mejor no fue directamente, pero sabia que tuvo algo que ver.

Hasta que lo olvideDonde viven las historias. Descúbrelo ahora