Issia
Una semana.
Ese era el tiempo que había transcurrido desde que Collins salió del departamento al lado de su ex prometida, la rubia desaliñada.
Siete días en los que no sabía nada de él, y en los que aunque me encantaría decir que los sentimientos que sentía por él, se estaban apagando, tan sólo habían aumentado, por doloroso y estúpido que fuera.
Arthur Jay Collins Black, tan sólo había venido a revolver mi vida.
No podía decir que no me había buscado, porque si lo hizo. Envió mil mensajes y llamó más veces de las que me hubiera imaginado. Entonces ¿cuál era el problema?
Patrick no había dejado que contestará ninguno. Él afirmaba que si tanto me quería de regreso con él, vendría a casa y no sólo intentaría arreglar las cosas sin dar la cara.
Y aunque yo sabía que mi mejor amigo tenía razón, una parte de mí no podía evitar extrañarlo y gritar que debía atender una de sus tantas llamadas.
Se que era un pensamiento realmente masoquista, se que quizás él ya me estaba olvidando y lo único para lo que me buscaba, era para terminar conmigo de una vez por todas, mientras intentaba volver a ser feliz con la tal Dakota. Pero tampoco podía dejar de quererlo de un día para otro.
Estaba haciendo lo que a los ojos de otros, parecía correcto, si estaba herrando aún había tiempo para arrepentirme, pero tampoco es que yo quisiera mucho, la verdad era que quería tener un poco de dignidad al menos por un tiempo.
Además todo apuntaba a que no quería saber mucho de mí que digámos. El hecho de no verlo rondar por el edificio era una clara señal, tampoco había visto su auto; ni siquiera Patrick tenía información de él. No estaba llendo a entrenar. Quizás iba a mudarse... con ella.
Esos pensamientos demolían mi interior y ponían mi mente a volar. Quería evitarlo, pero sin más, la imagen de esa rubia, al igual que sus frías palabras amenzadoras, me tenían contra la pared. Era difícil no imaginarla reconquistándolo, diciéndole cuánto lo sentía y cuanto anhelaba reorganizar su compromiso. Lo peor de todo, es que algo en mí decía que Collins respondería que sí a todas sus insinuaciones y propuestas y que muy pronto, lo único que vería de él, sería una invitación para su boda.
Me sentía dolida por eso. Patética a más no poder.
Era muy pronto para sacar conjeturas así, pero con todos esos hechos, no había forma de parar las hipótesis que mi mente formaba.
.
.
.
—Hoy por la noche no tengo mucho que hacer, ¿quieres salir? —la pregunta de Patrick me sorprendió y también me entusiasmó muchísimo, hacía tanto que él y yo no pasábamos un día juntos.
ESTÁS LEYENDO
Hasta que lo olvide
RomanceIssia está rota. Acomplejada a las desgracias y la oscuridad, pero no es hasta que lo conoce a él, que al fin presencia lo que se siente ser derrotada. Luego de años de vivir sumida en medicamentos y clínicas para tratar con todos los traumas psicol...