Red Daughter - Supercorp

VII

—Hey, está bien. —Linda murmuró mientras tomaba a Lena por las mejillas.

—Abrázame, por favor. —Lena apenas susurró. Linda la tomó por la cintura y unió sus cuerpos, en un necesitado abrazo.

Kara, desde el otro lado de la habitación, observó la escena con su visión de rayos x. Había lastimado a Lena y la CEO encontró consuelo en nada más y nada menos que su doble.

—¿Quieres agua o algo? —Linda le preguntó a la CEO sin romper el abrazo.

Kara, por su parte, no toleró estar más allí y se marchó entre lágrimas.

—Me gustaría salir de aquí. —Lena murmuró—. Siento demasiada presión ahora mismo, tengo muchas cosas en la cabeza...

—¿Te gustaría ir a tomar un café? Yo invito. —Lena se alejó apenas de la rubia y la miró agradecida.

—Me gustaría mucho. Gracias, Linda, eres un amor.

—Te mereces ser tratada de la mejor forma posible, Lena. —Linda la tomó de las manos y comenzó a dibujar invisibles patrones sobre su piel—. Además, luego, tienes mucho trabajo por delante. Sería importante que te olvides de eso, al menos por un rato.

Lena la miró con dulzura y asintió.

—Sé que dijiste que me invitarías a por un café pero ¿Te molestaría tomar el café en mi departamento? —La súper negó con una sonrisa.

—¿Pero me dejarás llevarte volando?

—Claro.

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—Wow. —Linda miró a su alrededor. El departamento de Lena era precioso y, definitivamente, reflejaba su esencia: Elegante con tonos blancos y negros con ciertos toques en madera.

—¿Te gusta? —Lena comenzó a caminar hacia la cocina, siendo seguida por la súper.

—Sí, es muy tú. —La CEO sonrió.

—Sí, lo es. Cuando compré el edificio, no dudé en elegir el último piso. Técnicamente lo rehíce y bueno, aquí estamos. —Lena abrió sus brazos, señalando el lugar.

—¿"Compré"? —Linda preguntó curiosa mientras se sentaba en un banco, detrás de la isla de la cocina.

—Sí, compré. El edificio es mío. —Lena sonrió—. Hay varios inquilinos aquí pero en este piso no, solo yo.

—Oh, bien. —La súper continuó mirando a su alrededor, sintiéndose bien por estar en el departamento de la CEO. ¿Kara habría estado allí?

Lena se acercó a la cafetera y la encendió. Colocó agua en donde debía y luego tomó el paquete de café y lo abrió.

—Este café lo compré la última vez que viajé a Italia, es de mis favoritos. —Dijo la CEO mientras continuaba con su labor.

—Que extraño, ¿No? —Lena se volteó a mirar a la súper, confundida—. Lo digo por todo lo que pasamos recientemente. Pero, a pesar de eso, ahora estamos aquí, tranquilas. ¡Y tú preparando un delicioso café! —Lena sonrió.

—Se siente bien estar así. —Lena colocó el café molido en el aparato y éste comenzó a hacerse.

—Sí, se siente bien. —Linda le dedicó una sonrisa.

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Lena tomó una bandeja, dos platos y dos tazas para luego servir los cafés con suma elegancia. La súper se preguntaba cómo la CEO podía resultar elegante hasta para algo tan insignificante como servir café.