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Lena trabajó en el laboratorio por horas, la CEO no comió ni se hidrató en todo ese tiempo. Los empleados del DEO, con el correr de las horas, se iban marchando; Lena sintió que, una vez más, quedaba en soledad.

Alrededor de las 3:15 A.M., Lena absorbió un espeso líquido dentro de una jeringa.

—Por fin. —Susurró la pelinegra para luego suspirar, agotada.

Lena tomó la jeringa, unas cosas más, y recorrió el lugar en busca de algún encargado. Sabía de sobra que Alex ya no estaba allí; Dos horas atrás Alex le había dicho que se retiraba a descansar, la CEO prometió irse pronto también pero, claramente, no cumplió.

La mujer Luthor recordó las palabras de su hermano; Humillándola por tener sentimientos por Kara, humillándola por haber estado tan ciega frente al secreto de su mejor amiga.

Lena descartó la idea de buscar algún encargado y se dirigió a las celdas del DEO.

La joven caminó con rapidez por los pasillos del lugar, en cierta parte, tenía miedo de ser descubierta. ¿Qué hacía paseando por las instalaciones a altas horas de la madrugada? No tenía ganas de excusarse.

Lena llegó a la celda de Lex, delante de la puerta se encontró con una pequeña pantalla. Cuando Alex la acompañó a ver a su hermano, la mujer Danvers había tipeado un código en la pantalla. Por suerte, la CEO era muy buena recordando, demasiado buena. A Lena no le resultó para nada difícil memorizar el código que Alex había marcado en la pantalla y así lo hizo; Segundos después, la puerta se abrió.

Lena se adentró en la celda y se encontró con su hermano.

—¿No puedes dormir? —Lena se atrevió a decir, con tono burlón.

—¡Lena! ¿No es algo tarde para visitarme? ¿Quién te autorizó estar aquí? —La mujer se cruzó de brazos—. ¿No me digas que has venido por tu cuenta? ¿Acaso ya no eres el títere de Supergirl? —Lex mostró sus dientes, en una macabra sonrisa.

—Hubiera traído un bozal, para que cierres la boca.

—Que amable, hermana. —Lex contestó sin perder la sonrisa.

Lena se acercó al computador que descansaba sobre la pared, a unos metros de ella, y tipeó con rapidez.

—Levántate. —Lena ordenó para luego sacar un arma del bolsillo izquierdo.

—Wow, Lena. —Lex rió con gracia—. Esto se pone interesante. —El mayor obedeció.

Lena apretó un último botón y el vidrio que protegía a Lex se disolvió.

La CEO, sabiendo que el hombre tendría sus poderes habilitados nuevamente, se apresuró y le disparó en el muslo derecho. El disparo resonó en el silencioso DEO, las alarmas del lugar se activaron.

—¡Agh! ¡¿Qué mierda haces?! —Lex llevó sus manos al muslo. El hombre pudo ver que no era una bala normal, era una bala diseñada para atravesar los efectos del Harun-El. Aún así, Lex seguía con sus poderes.

—Te mataría, Lex. ¿Sabes que lo haría? Pero prefiero diez mil veces más verte en la miseria. —Un nuevo disparo resonó, esta vez Lena le disparó en el hombro izquierdo.

Lena se apresuró y corrió hacia el hombre, lo tomó del brazo herido y lo llevó hacia atrás. La mujer sacó la jeringa de su bolsillo derecho y lo clavó en el cuello de Lex.

—¡Lena! —Supergirl se adentró apresurada al lugar. La kryptoniana observó la sangre y luego clavó sus ojos en los de la CEO—. ¿Qué hiciste? —La risa de Lex interrumpió a la rubia.

Red Daughter - SupercorpDonde viven las historias. Descúbrelo ahora