XXIV

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Al día siguiente, Lena llegó al DEO a las 11 A.M. Durante la noche, la joven Luthor había logrado dormir apenas; No podía evitar estar preocupada por la kryptoniana.

—Buen día, Alex. —Lena abrazó ligeramente a la castaña. Ésta le devolvió el abrazo cálidamente—. ¿Cómo está Kara?

—Igual. —Respondió de forma escueta la mujer Danvers—. Ningún avance, ningún retroceso.

—Seguiremos intentándolo ¿Ok? —Alex asintió con una sonrisa ladeada—. ¿Alex? Estuve pensando en algo... —La voz cautelosa y preocupada de Lena alteró a la otra mujer.

—¿Qué es, Lena?

—¿Podríamos hablar en un lugar privado? —Lena miró a sus costados y Alex, algo perturbada, terminó por asentir.

Alex y Lena se adentraron en la sala de reuniones. La mujer Danvers se encargó de bajar las persianas y luego fijó su mirada en la CEO, expectante.

—¿Y? ¿Qué pasa, Lena?

—Es sobre Lex. Él... él no envío tres malditos robots por nada, Alex. No fue casualidad.

—¿Qué insinúas? —Alex se cruzó de brazos.

—Que él, desde aquí, hizo tal movimiento porque sabía muy bien que pensábamos en fusionarlas. Él sabía muy bien que sus robots provocarían algo negativo en el cuerpo de Kara y... y Linda. —Lena dijo, sintiéndose triste de repente—. Creo que Lex tiene un informante dentro del DEO. —Lena finalizó con su teoría.

—Lena, lo que dices es algo muy grave. Estás dejando entrever que hay un traidor en el DEO.

—No estoy dejando entrever nada, Alex. Te estoy diciendo que creo que lo hay. —Lena bufó—. Además, de alguna forma, Lex tuvo que hablar con el exterior ¿No?

—¿Entonces? ¿Qué propones? —Alex llevó las manos a su nuca, masajéandose. Un acto que hacía cuando estaba tensa.

—Iré a interrogar a mi hermano, de alguna forma lo haré hablar. De todas formas, creo que lo mejor sería que Lex deje estas instalaciones. —Alex abrió su boca, sorprendida.

—¿Y trasladarlo dónde?

—A uno de mis terrenos. —Lena dijo con simpleza—. Él estará aislado, sin nadie a quien manipular, sin contacto con el exterior. Se pudrirá en soledad.

—¿Y qué? ¿Lo dejarás morir? ¿Sin comida y agua? ¿Sin ver la luz? —Lena rió sin gracia.

—¿Acaso te estás ablandando por mi hermano? —Lena la miró, molesta—. Y no, no lo dejaré morir de hambre. Un empleado mío le llevará las comidas correspondientes como también agua. Tendrá, además, las cosas básicas para vivir. Tampoco lo tendré como un animal.

—¿Un empleado? Dijiste que estaría aislado. —Alex frunció el ceño, sin comprender a la CEO.

—Con un empleado, me refiero a un robot. —Lena sonrió arrogante—. No confío en los humanos, pero sí en mi tecnología.

—¿Y qué te hace pensar que Lex no podrá manipular un robot? —Alex se cruzó de brazos.

—No lo hará, mi tecnología no falla. —Lena miró a la mujer Danvers altanera.

—Igual sabes que no es mi decisión ¿No? Quiero decir, yo no puedo darte a Lex sin más.

—Lo sé, hablaré con el Presidente. —Lena dijo segura. Alex terminó por bufar, sin saber qué argumentar.

—Al menos, antes de ver a tu hermano, visita a Kara ¿Ok? —El rostro altanero de Lena se ensombreció, recordando a la rubia.

—Sí...

Red Daughter - SupercorpDonde viven las historias. Descúbrelo ahora