KARA
El tiempo seguía pasando. Yo seguía con mi rehabilitación y mis terapias con Nia. Unos días eran peores que otros. Y en esos días malos, agradecía que Lena estuviera trabajando. No quería que me viese llorar, o escuchase mis gritos de rabia. Como ese día.
-Nia: Kara... Eh, oye, vamos, lo estás haciendo bien, ¿vale? Estás avanzando...
-Kara: ¡No, no avanzo, Nia, sigo sin poder levantarme de esta odiosa silla!
-Nia: Kara... - cogió mis manos – No te fuerces tanto... No es bueno. Oye, al menos ya puedes cambiarle el pañal al muñeco sin problemas. Y lo de vestirle ya lo tienes casi dominado. – dijo, riéndose. Cuando Lena le contó a Nia lo que Winn y yo hicimos con el pobre muñeco, Nia no pudo parar de reírse en tres horas.
-Kara: Lo sé...
-Nia: Pues eso ya es un avance... ¿o no?
-Kara: Supongo...
-Nia: Clark dice que vas mejor, que espera que pronto puedas, al menos, ponerte en pie. Andar será más difícil, pero levantarte, Kara, eso ya será un gran logro. Y verás como no tardarás en hacerlo. Sólo date tiempo...
-Kara: Está bien...
-Nia: Bien... - dijo abrazándome. Nia sabía cuánto me ayudaba un abrazo. Y yo sabía que era su forma de decirme "llora lo que quieras, que no me voy a ir"
En todo ese tiempo, había intentado complacer a Lena como podía. Cuando llegaba a casa, lo primero que hacía ella era buscarme y agacharse frente a mí para saludarme. Yo solía corresponderle con un beso, mientras acariciaba su rostro y le preguntaba qué tal le había ido el día.
Cuando terminaba su ducha, me encargaba de que el sofá estuviese libre de los juguetes de Katie para que ella pudiese sentarse o tumbarse, mientras yo le hacía un masaje en pies y piernas. O lo intentaba, al menos. Clark era el experto, así que le pedí algunos consejos para aliviar las molestias de Lena.
Después de cenar, siempre intentaba complacerla en la cama. Cada noche, haciendo todo lo posible por que disfrutara, hasta que se quedaba dormida del cansancio.
No necesitaba ningún despertador para saber a qué hora Lena se despertaría con ganas de su helado de chocolate con Almendras, así que, normalmente, me despertaba diez o quince minutos antes y procuraba tenérselo preparado.
También le preparaba algo para el estómago, pues de vez en cuando seguía con vómitos. Algo normal, por lo que ella y Alex me dijeron. Me sentaba a su lado en la cama o en el sofá, abrazándola y acariciando su cuello, o su brazo, con movimientos lentos y suaves, intentando relajarla, cuando llegaba con dolor de cabeza.
Lo intentaba todo, y aun así, me parecía poco, creía no estar haciendo lo bastante por ella y me sentía una inútil.
Lena debería estar disfrutando de su embarazo, no cuidando de mí, además de ocuparse de Katie.
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El arte del amor
FanfictionKara Danvers, estudiante de derecho y amante del dibujo, la fotografía y las motos. Lena Luthor, cirujana de urgencias en el hospital de National city los fines de semana. Entre semana, dueña y médico en su propia clínica y en los laboratorios médic...