Capítulo 5.

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"El apagón fue causado por el gobierno imperialista de los Estados Unidos, por un ataque cibernauta electromagnético con el que quemaron los fusibles del Guri. Ocasionaron daños irreparables que..."

Se escucha la voz de Diosdado Cabello en la radio, explicando la razón verídica de por qué coño no tenemos luz desde hace tres días. Como siempre tirandole la culpa a Estados Unidos.

-Apaga esa vaina, que me va a dar otitis -demanda Felicité desde su habitación.

Yo estoy en la sala, pero mi hogar es tan pequeño que cualquier ruido retumba en toda la estructura. Y para rematar, no tenemos puertas, sino cortinas corredizas en los anexos de la casa.

Le bajo el volumen a la cadena nacional, no por seguir las órdenes de mi hermana menor, sino porque a mí también se me está pegando un sida auditivo por oír la voz del Diosdiablo ese.

La otra vez dijo que el apagón había sido causado por unas iguanas que se comieron unos cables, luego y que unos papagayos.

Hoy fue gracias a un atentado maquinado maliciosa y sigilosamente por Trump Illuminati.

La próxima vez, no sé, capaz sus argumentos serán que Elsa, la de Frozen,  hizo un complot con Guaidó y congeló el agua del Guri.

Y lo peor es que los chavistas se lo creen, Dios mío.

《Vienes cosas peores》, dice la biblia. Pero llegó Chávez y yo no sé qué pueda ser peor.

Me pongo las cholas y me dirijo a pie al Centro Comercial Hyper Jumbo -que es uno de los pocos que tiene planta eléctrica- para cargar la batería del motorola de mi hermana Charlotte, pues es ahora la única con celular en la familia ya que todos hemos sido robados con el paso del tiempo.

Me pongo las cholas y me dirijo a pie al Centro Comercial Hyper Jumbo -que es uno de los pocos que tiene planta eléctrica- para cargar la batería del motorola de mi hermana Charlotte, pues es ahora la única con celular en la familia ya que todos h...

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Recorro las instalaciones del Centro Comercial: se encuentra un tanto oscuro, húmedo y el olor a violín se respira en el aire. La gente está sudada y aglomerada en todos y cada uno de los tomacorrientes del lugar, cargando sus celulares.

Me siento en la feria junto a un señor con una regleta, esperando que un espacio se desocupe para enchufar el motorola.

Tengo manchas de sudor en las axilas y la jeta hedionda, además del pelo grasoso y los pelos de la barba y los cachetes levemente crecidos. Pero no me da pena; todos andan igual o peor que yo.

Al menos mis espesas pestañas, mis facciones finas y mis ojos azules arrugados a los costados lo compensan.

Cuando estamos a solas, mi madre siempre me comenta que soy el más bello de sus tres hijos, pero que ni se me ocurra decírselo a Fizzy ni a Charlotte.

Algún día se los echaré en cara para que dejen su manguangua. En cualquier momento...

Inhalo hondo, oliendo por fín un hedor diferente a sobaco mojado y desesperación: algo salado...cotufas.

AU. Pelando Bolas. l.s.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora