AU. Pelando Bolas. l.s.

Capítulo 24.

-No sé qué situación dramática/sentimental estés pasando en por tu vida en este momento, Louis. ¡Pero no creo que sea tan importante como para que te tragues mis salsas!

Niall se queja tras el mostrador, mirándome con sus grandes y azules ojos acusadores sobre la barra, pasando mis penas con los vasitos de guasacaca y salta tártara como si fueran shots de tequila.

Luego de que besara a Harry, cuando nos separamos, no supe hacer más que salir huyendo sin mirar atrás, fugándome del liceo sin importar mojarme con la tempestad que caía en ese momento.

Eso fue hace dos días y no lo he visto desde entonces, pues mi vergüenza era tal que decidí faltar ayer y también hoy a clases.

Ahora me encuentro en el local de Niall, consumiendo sus reservas de aderezo destinadas para los comensales del día.

-Perdón chamo, era ésto o alcohol absoluto -dejo a un lado el frasco transparente medio vacío, limpiándome la boca con el dorso de la mano.

-¿Y qué te pasa a tí, Luisito? ¿Te dejó el cuadre? Son tres mil quinientos, señora. -Niall atiende a una clienta mientras conversa conmigo, hasta que la tipa se va, pues dice que le parece un precio demasiado caro para una botella de agua mineral.

-Sí...digo ¡no! Uhg, no lo sé.

Golpeo la mesa la barra de granito sin ganas, dejando caer mi cara sobre ella con cansancio.

Mi cabeza lleva las últimas cuarenta y ocho horas inmersa en un océano de pensamientos inconcretos, de culpas y reproches sin contexto.

Y es que realmente no sé qué pensar, porque besé a un chico.

Y se sintió bien.

-¿Y si tú no sabes quién sabe? ¿Es un cuadre o no? No es complicado.

Si tan sólo supieras...

-Bueno, ¿cómo llamarías tú a una persona que no conoces muy bien, pero que ambas confían plenamente en la otra y que se besaron una sóla vez de un manera muy torpe e improvisada? -pregunto, aunque sé muy bien la respuesta.

Porque la respuesta tiene nombre y apellido, y es Harry Styles.

-Mm, lo llamaría cuadre -responde el coloniero, con un dedo en su barbilla.

-Anda a chuparte un container de gü...

Y no logro si quiera concluir la frase, cuando una de las típicas y estridentes carcajadas de Horan resuenan en mis tímpanos, dejandome un poco sordo.

-Si eres ladilla. ¿No puedes ser serio un ratico? -reclamo. Me molesta que nunca puedo hablar con nadie porque siempre me salen con una mariquera. Es que hasta mi abuela pues; esa vieja tiene sendo humor negro.

-Bueno dale, abre paso a la tertulia pues. Te escucho.

Niall toma asiento a mi lado, apoyando los codos sobre la mesa para concentrar su absoluta atención en mí.

Aunque tampoco es que tenga mucha.

-Te agradezco que por favor no me vayas a salir con un chiste, ni con un chalequeo ni nada de esas güebonadas tuyas, porque te juro que no te compro más empanadas -advierto, pues paciencia me queda poca.

-A pues, si yo soy siempre el que te fía y no digo nada cuando te haces el loco y no pagas. Sé un poquito más agradecido, que la etapa de niño malcriado ya la quemaste hace años.

Voy a obviar eso por mi propio bienestar mental y cardíaco.

-Tengo un amigo que se llama Harry: no lo conozco desde hace mucho pero nos hemos agarrado confianza, y creo que soy su mejor amigo o algo así. Bueno, el punto es que el otro día lo...lo besé. Sí, no preguntes por qué, pero lo besé y salí corriendo. No sé qué me pasó.