Capítulo 26.

409 68 55
                                    

Capítulo 26.

-Sirveme un vasito con hielo ahí, porfa -me pide Charlotte desde el sofá.

-Ja, qué buen chiste. Casi me haces escupir, te la comiste -felicito sarcásticamente, adentrandome en la cocina para echarme un poquito de agua en la cara, pues la calor que está haciendo no es normal.

Dentro de poco vamos a quedar petrificados como los incinerados del volcán de Pompeii.

Son las dos de la tarde de un martes laboral. Guaidó mandó a la gente a salir a la calle luego de darle un ultimátum a las ratas del gobierno, junto con miembros de la Fuerza Armada Nacional y Leopoldo López; supuestamente también apoyados por el gobierno de Chile y Estados Unidos.

No tenemos luz ni señal telefónica desde ayer por la mañana, por lo que es imposible que quede si quiera un cubito de hielo. Prácticamente el país ha quedado paralizado debido a las manifestaciones, guarimbas y quemas de caucho en cada vía transitoria.

Yo me quedé tranquilo en mi casita, echándome aire cómodamente en el sofá con una de las revistas Encarta's de mi mamá: ésta situación de #VenezuelaLibre #ÚltimoDíaConMaduro ya me tiene hasta a la coronilla.

Nunca pasa nada, al coño de madre ese no le hacen ni coco. ¿Y cómo no? Si el inservible de Guaidó lo único que hace es pasear como una Miss de aquí pa'llá, de allá para acá, moviendo las caderas por tierras ajenas. Y cuando llega a Venezuela equis pues, sale cada cuatro meses con tres pelagatos kike "a liberar la patria".

Yo antes salía a protestar con mi banderita y todo pues, pero la última vez me prometí que no saldría más: es que la gente sale, la matan y no sucede un coño.

Prefiero vivir como cobarde a morir como héroe.

-¿Y qué me cuentas, hermanito? ¿Qué tal el culish? -Charlotte sube los pies sobre la caja que usamos como mesa de centro, en una posición más cómoda.

Tiene los pies descalzos y el olor a pecueca perturba de manera inmediata en mi nariz, revolviéndome el estómago.

-¿Qué culish, si yo ando más solo que....
Y de paso, voy a ver cómo coño hago para comprarte un Borocanfor para que te eches en esa pata tuya. No me vine en vómito por chiripa.

A mi hermana ni parece inquietarle mi comentario, más bien le causa gracia, elevando su pezuña hasta quedar casi frente a mi nariz, a la vez que suelta una de sus carcajadas al estilo Peppa Pig.

-¡Cochina vale! ¡A tí no te enseñan valores en tu casa! -me quejo, batuqueando con fuerza su pie lejos de mi santo rostro.

-Si ajá, no me cambies el tema, Tomlinson -la rubia se deja caer sobre el respaldar del mueble mullido, colocándo sus brazos detrás de su cabeza con suficiencia-. Se te nota desde lejos que tienes un cuadrecito por ahí encaletado, a mí no me mientes.

Esa caraja parece gemela mía.

Qué peo con las mujerez.

-Digamos que no es un culo, sino más bien un...cuadre mal cuadrado -medio explico, pues no quiero entrar en detalles.

Digamos que esto de que me atraigan los tipos sólo lo sabe Niall, y prefiero mantenerlo así por mucho tiempo hasta hallar la manera de resolver el conflicto interno que llevo conmigo.

-Uh, ¿te sacó el culo, verdad? Tranquilo, está bien llorar, ven aquí bro.

-¿A caso dije que me rechazó? Dime, ¿tú crees que con ésta carota que me regaló Dios una chama sea capaz de rechazarme? Voy a tener una muy buena descendencia.

No entiendo ahora el fetiche que tiene la gente de poner palabras en mi boca que no he dicho.

-Ya entendí, picaflor. Bájale ochenta a tu egocentrismo, gracias -Lottie voltea sus ojos, alzando una mano en señal de córtala-. ¿Y entonces por qué "mal cuadrado"? No entiendo.

AU. Pelando Bolas. l.s.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora