Capítulo 20.

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-¿Qué hubo, Luisillo?

-Épale Sein -saludo en un murmullo.

Me uno a la formación del lunes cívico de 5to "B", pues he llegado un poco tarde y ya empezaron a entonar el himno.

Cuando la profesora de Historia de Venezuela, Yotilde, pasa caminando a mi lado, tomo una posición más rígida, derecha, colocando una mano sobre el pecho de manera patriótica.

Esa loca es chavista y siempre tengo peos con ella por eso. No soporto a los mente pollos pues, siempre se lo saco en cara.

-No creas que no me di cuenta que llegaste tarde, Tomaslinson -me susurra con su aliento a demonio.

Qué arrecho que nadie pronuncia mi apellido bien. ¿No les pasa lo mismo? Coño ni que fuera tan difícil.

Pero Yubirilisneika sí lo pronuncian, mojones.

-Ssh, cállese pues. Respete el himno -le remilgo a la Yotilde.

Ella abre su boca dispuesta a replicar y mentarme la santa madre, pero la cierra y se da media vuelta, pues es verdad: hay que respetar el himno.

Sesese.

-Muévanla pues, a sus salones -ordena el director cuando acabamos de cantar, y todos comenzamos a avanzar con pesadez.

No pueden pedirnos más un lunes a las siete de la mañana.

-Mira ¿y eso que te fuiste de mi apartamento ayer? Yo buscándote como un gafo para echar una partida y resulta que habías pirado, tú -se queja Liam mientras nos adentramos al salón-. La próxima avisas, te podías haber quedado en el ascensor.

-Como el otro día -completa el moreno.

-De pana JAJAJAJA.

Minusválidos mentales. ¿No puedo tener compañeros normales?

Cuando estoy por sentarme en mi pupitre rayado, alguien lo arrima hacia otro lado y caigo de pompis al piso como consecuencia.

Menos mal que tengo culito.

-¡Te voy a volar los dientes, Luís Tomastinson! -no si- ¡Conmigo no te vengas a meter, gringo sin dólares!

¿Más o menos?

Me pongo de pie con dificultad, sacudiendo mis pantalones por la parte de atrás. Me he golpeado fuerte y de paso me ensucié, pues el suelo no lo limpian desde carnaval.

Y estamos a finales de mayo.

-Primero: no soy gringo. Yo soy más criollo que el casabe con queso de mano -aclaro. Los monos de aquí creen que por tener ojos azules uno ya es ruso o una verga así. Cómo se nota que no ven nada más allá del barrio-. Segundo: ¿a tí te pica el cóxis o cómo es la vaina?

Nojoda, apenas llego y ya me forman un peo. Ya me basta con mi mamá.

-¡A mí no me pica nada, chico! ¡Tú sabes lo que hiciste! -Yombreikel me apunta con su dedo índice de manera amenazadora, sus ojos achinados- ¡Clara Sofía me dijo que tú andabas acosando a mi prima y echándole los perros!

Y tal.

-Mira Yombri, te habrás equivocado de Louis, yo ni siquiera sabía que tenías una pri...

Y antes de que pueda finalizar mi oración, un puño hediondo a cebolla impacta contra mi boca; la sangre inundando mi lengua y encías.

-¡Para que te sigas metiendo con los Perez, Luís! -otro puño más, ésta vez en mi nariz.

El segundo golpe lo propina con más potencia, por lo que caigo al suelo y, para rematar, me pego en la cabeza.

Más salado que bagre en mercado libre, yo.

AU. Pelando Bolas. l.s.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora