AU. Pelando Bolas. l.s.

Capítulo 18.

-Buenos días, mami. Despierte -le susurro a la figura que aún reposa sobre la cama.

Hoy es domingo Día de las Madres, por lo que hoy les toca a los hijos complacer a la Patrona del hogar.

Fizzy recolectó unos tamarindos de la mata de al frente y le preparó un jugo para acompañar las arepitas hechas por Lottie para mamá.

Yo medio limpié y organicé la casa en la madrugadita aprovechando que estaba llegando agua, y ahora los tres le estamos llevando el desayuno en bandeja como regalo.

-Ay, gracias hijos -habla una somnolienta Johanna, bostezando un poco -¿Qué hora es?

-Son las siete y media, mami. ¡Felíz día! -Charlotte deposita con cuidado la bandeja sobre las piernas de mamá, teniendo cuidado de no derramar el jugo en la cama, como sucedió el año pasado.

Esa vaina fue regaño y coleto parejo.

-Coño vale, qué bolas. ¡Es que a una NI EN SU DÍA la dejan descansar hasta tarde! Siempre en movimiento para acá y para allá, atendiéndolos a ustedes mochos. ¡Vergación que yo no crié unos vagos!

Lo que ustedes acaban de apreciar, queridos lectores, es uno de los típicos ataques de bipolaridad de Johanna Tomlinson.

Si estuviera en Estados Unidos, júralo que ya habría venido Servicios Infantiles y nos hubiese llevado a mis hermanas y a mí a un hogar especial luego de declarar a ésta familia como "disfuncional".

¿Por qué tengo que ser de Venezuela? Qué fastidio.

-Coño, porque debe ser que te estoy pidiendo que me planches la ropa. ¡Deja el show que sólo te estamos trayendo el desayuno! -se queja Charlotte apretando los puños.

-De pana, mamá. La próxima no hacemos te nada. Siempre terminamos con las tablas en la cabeza.

Es verdad, pero no digo nada para no seguir "echándole gasolina a la candela", como quien dice.

-¡Me hacen el favor y a mí me respetan, que yo les dí la vida! Yo muy facilmente los pude haber abortado o botarlos a la calle cuando su papá nos dejó.

-Oye sí, muchas gracias por no abortarme, mamá. De verdad que te debo una -Felicité tiene el ceño arrugado y la expresión taciturna.

¿Y quién no lo estaría después de esas palabras?

-¡Ya, ustedes! Dejen a mamá estar sola, que seguramente tiene la menstruación -suelto antes de que se vaya a formar una batalla digna de campeonato de boxeo de la NFL en la habitación, tomando a mis hermanas por los brazos.

-¡Mira carajito del carrizo, tú a mí m-

Y antes de que siquiera la loca termine su oración, salgo de allí con las ojiazules, cerrando con fuerza la puerta a mis espaldas.

Felíz día de las Madres.

[...]

-No pues, normalito: le hice una cartica de esas de "te amo mami, eres lo mejor" y le llevé unas arepitas a la cama.

Zayn nos cuenta por encimita el detalle que hizo para su mamá, luego de que el frente de papa también lo hiciera.

Todos hicimos exactamente lo mismo: desayuno a la cama y dulce despertar.

Cómo se nota que ninguno hace el más mínimo esfuerzo por dar buenos regalos.

Aunque, bueno, los hijos Tomlinson tenemos nuestras razones: a Johanna nunca le satisface nada.

Ni que hagas lo que hagas esa mujer va a quedar contenta.

Si la acompañas todo el día, qué ladilla, pareces un chicle; si la dejas, nadie me quiere, niños mal agradecidos.