19. Duele no tenerte.

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Después de recuperar el ritmo de mi respiración, bajar la intensidad de los latidos de mi corazón y recobrar la cordura luego de ese agotador orgasmo autoinducido, me levanto de la cama y me limpio un poco antes de volver a vestirme como si nunca nada pasó.

Ese momento de amor propio no duró más de 5 minutos, y sí, estaba demasiado excitada como para durar más.

Sintiéndome un poco menos agobiada que antes pero no menos curiosa por las palabras que salieron de la boca del novio de mamá, salgo de la habitación tratando de ser lo más silenciosa posible.

Gracias al cielo Dean sigue en el baño.

Enciendo las luces de la sala y la cocina ya que sin darme cuenta ya se ha hecho de noche. Busco algo en la alacena que nos sirva para cenar, y también para distraer mis pensamientos, pero lógicamente no hay nada. Solo un poco de arroz y unas latas de guisantes que Sussi dejó.

Lavo mis manos en el lavaplatos y doy un respingo cuando escucho sigilosos pasos detrás de mí.

-Hey -la voz de Dean hace que todos mis vellos se ericen y mi calma se vaya a la mierda.

Dios, ahora voy a tener que mirarlo a la cara y no sé como hacerlo.

-Oh, hola Dean -me volteo lento hacia él y sonrío tratando de parecer normal y calmada.

No pienses en la ducha, no pienses en su pene, no pienses en su semen.

-¿L-llegaste... ammm... hace mucho? -titubea algo incómodo y pasa la toalla por su cabello mojado. Gracias a Dios ya está vestido como antes del escandaloso momento en la ducha.

-Am, llegué recién -miento y apoyo mi espalda en el lavaplatos para parecer relajada. -Me demoré un poco buscando a Henry, pero ya le avisé que nos quedaremos esta noche. También ya hablé con mamá y dijo que te llamaría a eso de las ocho, estaba algo ocupada -frunzo el ceño. -Pero dijo que no nos preocupáramos y que ojalá todo se solucione con "baby" mañana -repito el mensaje que me dio mamá hace un rato.

Demonios, mamá.

Recién vuelvo a pensar en ella. 

Ahora sí que me siento pésimo, y eso que nada ha pasado entre Dean y yo oficialmente. Aunque si él verdaderamente estaba fantaseando conmigo hace un rato... no sé como demonios me sentiré al respecto.

-Genial -Dean sonríe más tranquilo y deja la toalla en una de las sillas del comedor. -¿Sabías que la puerta de tu baño está mala? -frunce un poco el ceño y me quedo congelada. -No pude cerrarla.

-Amm... si, está algo dañada. Una de mis compañeras la rompió cuando se quedó atrapada -río. -Bueno, esa es la versión que nos contó.

-Si quieres luego la arreglo -me mira amable y trato de concentrarme en sus lindos ojos, porque las gotas de agua que aún caen de su cabello húmedo de vez en cuando, ya me están volviendo loca.

-Gracias, eso sería genial... -digo sonriente al recordar que aún estamos charlando. -Ninguna de nosotras es buena con las herramientas -río y Dean hace una mueca divertida.

-Te daré unas clases rápidas entonces -me guiña un ojo y de nuevo me siento falta de oxígeno.

En serio debe dejar de hacer eso.

-Iré a la tienda para comprar algo para cenar, -continúa, ignorando mi estado actual. -¿Quieres que te traiga algo en específico? ¿Más helado? -bromea y me hace reír como boba de nuevo.

-Amm... Puedo acompañarte, si quieres -digo no muy segura de mis propios planes y la sonrisa que crece en el rostro de Dean hace que las mariposas en mi estómago se vuelvan locas de nuevo.

DADDY [Dean Winchester]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora