24. Eres muy gracioso

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Abro los ojos cuando la alarma mal configurada de mi celular suena.

Pronto una gran puntada de dolor azota la parte de atrás de mi cabeza, y siento la sequedad en mis labios. ¿En qué momento me quedé dormida?

Me levanto a regañadientes y veo que toda la habitación ya está iluminada por la luz de la mañana, y por un segundo me cuesta reconocer dónde estoy. 

Mierda. 

Ahora todo empieza a volver. Todo lo que pasó anoche, las risas, la confianza, las confesiones y el beso. Ese beso que me dejó por las nubes y que luego mi conciencia cortó de golpe.

Dean.

¿Dónde está Dean ahora? ¿Se habrá ido? 

Me levanto rápido de la cama y abro la puerta que cerré anoche para ocultarme como toda una cobarde. La sala luce tranquila y callada, las cortinas están cerradas aún pero la luz igual se cuela por todo el lugar. Todavía hay botellas de cerveza sobre la mesa del comedor y otras cerca de los sofás, pero no hay platos sucios ni vasos sin lavar. 

Avanzo unos pasos más de manera sigilosa y un hueco en medio de mi pecho empieza a crecer y crecer.

Dean no está.

Avanzo hacia el otro lado de la sala, al corto pasillo que lleva hacia el baño y empujo la puerta al llegar. Nada tampoco.

Él no está.

Corro devuelta a mi habitación y reviso ahí sintiéndome estúpida. Obviamente él no está. 

Veo las puertas de los dormitorios de Sussi y Meredith a cada lado de mi dormitorio y ellas continuan cerradas con llave. 

Dean simplemente no está. ¿Se fue?

Corro de vuelta a mi habitación y me pongo mi chaqueta. Estar con shorts y camiseta sin mangas a esta hora de la mañana ya empieza a congelar mis huesos.

Veo mi celular y apenas son las 10:28am. ¿Dónde pudo haberse ido Dean si su auto no funciona?

¿Pasó la noche afuera? ¿Debería llamarlo? ¿Debería enviarle un mensaje?

Salgo de mi habitación con la idea de ir a revisar si "baby" sigue en el estacionamiento, y por poco choco de frente con el causante de todo mi estrés, quien viene entrando al departamento. 

-Oh... hola -musita Dean y yo doy dos pasos atrás mirándolo aturdida.

-Pensé... pensé que te habías ido -titubeo aún sintiendo el hueco en mi corazón. 

-¿Qué? -frunce el ceño y sonríe. -¿A dónde?

-No lo sé -musito entre dientes sintiéndome idiota por haberme asustado tanto.

-Estaba hablando con Bobby -dice divertido seguramente por la cara que yo tengo ahora.

-¿Bobby? 

-Mi amigo... bueno, casi es como mi segundo papá -sonríe. -Él trajo una grúa para llevarnos a baby a casa. La arreglaré en mi taller.

-Oh... ok -asiento con la cabeza y luego miro mis manos.

-Luces... cansada -dice preocupado y vuelvo a mirarlo.

¿En serio luzco cansada? ¿¡Por qué será!?

-Amm... no fue una buena noche -sonrío algo irónica y él asiente riendo grave.

-Nop, no lo fue. Tu sofá no es muy cómodo -dice bromeando y siento ganas de preguntarle que demonios pasa con él.

¿Acaso no recuerda todo lo que pasó anoche que ahora se comporta así?

DADDY [Dean Winchester]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora