12. Tiempo a solas

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Lunes por la mañana. 

Yo debería estar durmiendo, pero luego de que mamá me despertara irrumpiendo en mi habitación probándose mi ropa y parloteando sobre sus planes para hoy, no pude volver a cerrar los ojos a pesar de que lo intenté cuando terminé mi desayuno.

Ahora estoy pensando en hacer cualquier cosa para matar mi tiempo a solas. Pienso en ir de compras o algo, pero siento que es tonto y penoso ir sin nadie. Anna está trabajando, por lo que no puedo agregarla a mis planes y de nuevo me quedo sin ideas.

Tomo una larga ducha tratando de idear algo más; cuando salgo, veo que apenas son las 11:30, así que recuerdo lo de ir a la academia de baile a ver si puedo volver a retomar.

Me salí hace dos años. Todos los veranos asistía a las clases de danza urbana, pero luego tuve que quedarme la mitad del tiempo en el campus por las clases de verano, para así adelantar materias en las que había salido mal durante el semestre.

Retomar lo que me gustaba hacer ahora es un buen pretexto para no estar en casa todo el tiempo, así que me visto rápido, tomo mi morral y salgo en dirección al centro a concretar mi plan.

La canción Tennessee Whiskey de Cris Stapleton suena relajante a través de mis audífonos, y sonrío levemente cuando veo a los niños disfrutar del verano en la calle, corriendo despreocupados, andando en bicicleta o luchando con globos llenos de agua.

Todo era tan fácil entonces.

No tenías que preocuparte de los adultos y sus enredos. No tenías que preocuparte de nada más que vivir y disfrutar. No existían amores prohibidos ni discusiones internas por el que dirán.

Cuando empiezo a sentirme un poco más nostálgica decido cambiar la canción en Spotify y acelero inconscientemente mi paso al ritmo de One Kiss de Calvin Harris y Dua Lipa.

Hoy será un buen día. Quiero decretarlo.

***

-Gracias -sonrío más que feliz y la estilizada señora de cabello cano y ropa con estilo frente a mí sonríe también. -De verdad Patty, muchas gracias por dejarme volver a su escuela.

-Eras buena Madison, fue una pena cuando abandonaste el curso. Espero que esta vez puedas durar hasta el final del verano como antes.

-Lo haré -digo segura y luego de un corto abrazo, ambas dejamos el papeleo listo y nos despedimos con la promesa de vernos mañana a las seis treinta de la tarde.

Por fin tendré algo que hacer.

Salgo del edificio donde está la escuela de baile y artes interpretativas y puedo notar que el hambre ya me está atacando.

Como me quedé a observar al nuevo grupo practicar, me demoré más del tiempo que tenía planeado, y ahora ya son casi las tres y mi estómago exige un respuesta. Necesito almorzar.

Lo bueno del centro aquí en Newark es que tienes varias opciones para comer en cada cuadra, una franquicia tras otra, aunque no tantas como en New York, claro.

Así que sin regodearme mucho más, entro al primer local de Subway con el que me topo y  hago la fila esperando mi turno. Mientras, saco el dinero para poder pagar el sandwich napolitano que pediré, y como justo mi celular empieza a sonar a todo volumen, mis torpes manos que tratan de encontrar el bendito aparato, dejan que todo se me caiga al piso atrayendo las curiosas miradas de las demás personas que están en el local.

Muy bien Madison, muy bien.

Me agacho más que sonrojada al ver la mayor parte de mis cosas repartidas por el piso y me apresuro en meter las monedas, mi reproductor de mi música y todo el resto de cosas inútiles que solemos llevar en nuestros bolsos las mujeres.

DADDY [Dean Winchester]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora