17. Diez preguntas

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-Bienvenido a mi pequeño hogar temporal -digo sonriente cuando Dean y yo entramos al  departamento que Sussi, Meredith y yo compartimos en el campus de la Universidad.

Todo está como hace casi un mes cuando lo dejé, mis compañeras de cuarto obviamente no están y algunas de sus cosas también siguen en su lugar, como la guitarra de Sussi y los atriles de madera míos y de Meredith.

-Oye, eso es bastante bueno para ser gratis -dice Dean impresionado y cierra la puerta detrás de él.

-Lo sé -asiento dándole la razón. -El único problema es cuando las tipas del tercer piso hacen alocadas fiestas a mitad de semestre -bufo y Dean se ríe.

-Creí que tú eras de las alocadas y fiesteras -me mira irónicamente divertido, insinuando la última vez que me vio ebria. 

-Supéralo Dean Winchester -río y dejo mi bolso y mis llaves encima de la mesa que usamos para comer. -Ponte cómodo, debo buscar mis zapatillas en unas cajas -apunto hacia la puerta de mi dormitorio.

-Mientras tú haces eso, yo iré a comprar algo para que almorcemos -me guiña un ojo. -Iré a esa tienda que me dijiste, necesito saber qué tan buena es esa lasagna.

-¿Seguro que no te perderás en el camino? -bromeo. La tienda solo queda a unas cuadras de aquí y cuándo veníamos llegando se la mostré a Dean.

-Tú tranquila -dice jugando. -Nos vemos luego -me guiña un ojo otra vez y lo veo salir cerrando la puerta y cortando el momento mágico para mí.

Si sigue guiñándome los ojos así, no sé que será de mi.

***

Luego de una ardua búsqueda entre todas mis viejas cosas que ni siquiera sé porqué aún guardo aquí y no en casa, logro encontrar mi par de zapatillas perfectas para bailar. No es que hayan sido hechas con ese propósito, pero de alguna manera, a mí me ayudan a tener mejor estabilidad en el suelo.

Aún no recuerdo porqué las traje hasta aquí, ni cuándo lo hice, pero lo bueno es que ya las tengo y solo me demoré media hora.

Justo a tiempo cuando Dean marca mi celular.

Sí, en el viaje intercambiamos números en caso de que debamos hablarnos alguna vez, ya que ahora somos "familia".

-¿Si? -contesto ansiosa mientras sacudo mis rodillas de todo el polvo.

-¿Quieres que te lleve un poco de helado?

Sonrío como boba porque lo de el helado se ha transformado en algo especial entre nosotros. Siempre que Dean va a casa, me lleva helado de vainilla. 

-Sería genial -respondo con la estúpida sonrisa que nadie puede ver.

-Ok. Estaré allá en 5 minutos. 

-Ok -respondo y él corta la llamada.

***

Luego de comer la deliciosa comida que Dean compró para los dos, ambos reposamos en el sofá de la sala, conversando sobre cualquier tema que se nos venga a la mente.

No hay silencios incómodos ni nada de eso entre nosotros, solo hablamos de la vida, de nuestras historias pasadas, de nuestra familia y amigos. 

Siento que cada minuto que paso con Dean, él logra ganar terreno en mi corazón, y me duele asumirlo. Y sí, sé que él no siente nada por mí, o al menos no como lo que yo siento por él. Así que por ahora todo depende de mí y de mi fuerza de voluntad. Yo soy la que debe controlar sus emociones y acostumbrarse a esto... aunque el proceso sea lento, tardío y doloroso. 

DADDY [Dean Winchester]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora