DADDY [Dean Winchester]

28. Cuando llegue el momento

Enredo mis dedos en el corto cabello de Dean y damos torpes pasos a ciegas mientras nos besamos y entramos a su departamento.

Luego del impulsivo beso que le di en el estacionamiento, ambos no pudimos controlarnos mucho tiempo más y subimos hasta aquí continuando el proceso de comernos la boca en el elevador y posteriormente en el pasillo.

Dean cierra la puerta detrás de su espalda y giramos aún sin poder dejar de besarnos como locos.

Siento como me guía hacia la sala, dando pasos lentos mientras retrocede y yo avanzo, riendo mientras succiona mi labio superior y sus manos bajan un poco más hacia mi trasero.

Oh por Dios. Él me está tocando por primera vez.

Gimo en respuesta a los apretones sexys de sus manos y casi chillo cuando hemos llegado al sofá y caemos de manera abrupta. Ambos reímos por nuestra inesperada caída en el sillón más grande de la sala, pero Dean ha quedado cómodamente sentado y yo he puesto mis piernas a cada lado de las suyas para así acomodarme sobre su regazo.

Nuestras bocas siguen su juego, besando, probando y succionando todo a su paso. Nuestras lenguas se enredan en una sensual danza tal como lo hicimos anoche, aunque ahora... ahora hemos mandado todo a la mierda. No hay culpa ni pensamientos agobiantes.

Como dicen, el pecado se disfruta en el momento... y más tarde viene el arrepentimiento.

La boca de Dean deja la mía y nos separamos por primera vez desde que empezamos todo esto. Sus ojos me miran fascinados mientras su pecho sube y baja al igual que el mío, y luego, en medio de este nuevo silencio, él sonríe de la manera más linda y sexy que yo haya visto jamás.

-¿Por qué tenías que ser tan jodidamente hermosa? -susurra agitado, poniendo un mechón de mi desordenado cabello negro detrás de mi oreja.

Ay Dios, siento que me ruborizo aún más solo con el efecto de sus palabras.

-¿Sabes cuánto tiempo estuve deseando hacer esto? -me da un beso corto y rápido. -¿Sabes desde cuándo se dividió mi corazón? -me besa rápido otra vez y niego con una estúpida sonrisa que no se puede borrar de mi rostro. -Desde que tuve que ir a buscarte a ese pub y te traje aquí -ríe y golpeo su hombro suavemente, avergonzada de que esa haya sido la ocasión en que se flechó por mí.

-¿No podía ser un momento menos humillante para mí? -bromeo y me besa otra vez.

-Bueno... -dice cuando me separo un poco otra vez. -Entonces diré que fue cuando te vi durmiendo en mi cama, tan tranquila, tan bella y vulnerable... tan...

-¿Ebria? -río y él ríe conmigo.

-Tan sumisa luego de portarte mal y hacerme enojar -dice suave con una sonrisa laciva y creo notar como su mirada se hace mucho más intensa, más oscura y llena de deseo. -En ese momento encendiste algo dentro de mí.