36. Amistad, amoríos y reencuentros

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#SinEditar

No sé cuantos días exactos han pasado desde que mis vacaciones empezaron, pero ya es más de un mes y medio desde que volví a casa, y con ello, la amistad, los amoríos prohibidos y los reecuentros con mi pasado que el verano trajo consigo han avanzado a pasos agigantados.

Mamá ha estado tranquila aunque muy ocupada con el caso que le asignaron. Desde que terminó su relación de ensueño con Dean, ha evitado hablar mucho al respecto y por supuesto que yo también. 

Jack se ha vuelto mi mejor amigo, sin menospreciar la amistad de Anna, claro. Es solo que es tan comprensivo y amable conmigo, ni siquiera me juzgó cuando le confesé parte de mi historia prohibida de amor con Dean.

"Uno no elige de quién enamorarse" me dijo aquella vez, y como muestra de confianza, me contó que aunque había tenido pequeño enamoramiento conmigo en un principio, ahora había empezado a sentir cosas por un nuevo compañero de trabajo, y que el chico al parecer le correspondía.

Por supuesto que los shippeo fuerte desde ese día, aunque ninguno se ha animado a dar el siguiente paso.

Brian por otro lado... es todo un caso aparte, el cual me trae a este preciso momento.

Hoy al fin he cedido a juntarnos y hablar a pesar de que él y mamá han seguido en contacto; por supuesto se puso muy feliz cuando lo llamé más temprano y le dije que ya me sentía preparada para escuchar su versión de la historia.

Veo sus ojos celestes brillando y también veo su boca moverse mientras me habla emocionado sobre su último paciente. Brian, papá, ha resultado ser mucho más agradable de lo que alguna vez imaginé. 

No hemos juntado en un café con él y mamá, aunque ahora Mel nos ha dejado un momento a solas mientras atiende una llamada del trabajo.

-Joshua y su mamá fueron a verme esta semana, el chico ha sanado al cien por ciento y sigo pensando que fue un milagro -sonríe y yo lo imito de manera espontánea. 

Creo que me perdí parte de la historia mientras mi mente divagaba, pero el solo hecho de verlo tan sonriente hace que se me pegue un poco su felicidad.

-No sabes cuando me enorgullece ver a tu mamá así -dice mirando hacia donde Mel está charlado entusiasmada y decidida por teléfono.

-Toda una abogada -río y tomo un poco de mi café.

-Es una mujer fuerte. Cuando empezamos a salir... siempre soñamos con una familia feliz. Eramos un par de chicos soñadores -ríe y bebe de su latte.

-Yo a los quince solo pensaba en lo popular que quería ser -río sintiéndome tonta. -Ustedes dos eran un par de adultos encerrados en cuerpos de adolescentes.

-Eso solían decir -sonríe. -Cuando Mel quedó embarazada... todos pensaron que me alejaría, que nos derrumbaríamos. Pero ella y yo sabíamos lo inmensamente feliz que nos hizo el hecho de saber que veías en camino. Eras mi sueño hecho realidad Madison -toma mi mano y me mira con esos ojos brillantes otra vez. 

Es intrigante lo mucho que nos parecemos.

-No puedo creer que me perdí tanto tiempo a tu lado -dice triste y yo quito mi mano de la suya. Aún me siento reacia al asunto.

-¿Por qué no nos buscaste antes? -pregunto casi en un hilo de voz y su mandíbula se tensa.

-Todo este tiempo lo intenté. No hubo vez que no lo intentara. Pero con los tipos de Nikel vivos y libres, tenía miedo de que algo malo les pasara a ti a tu mamá si se enteraban que había vuelto a la ciudad. Tuve que desaparecer de sus vidas aunque dejara la mía con ustedes.

Brian pasó un pésimo momento en su vida si es real lo que nos cuenta. Hasta tuvo que salir de Estados Unidos por varios años, trabajó en todos los empleos posibles, vivió en Argentina un par de años, volvió y estudió medicina mientras arrendaba en lugares de mala muerte en Seattle. Y todo solo, ya que ni sus papás ni sus hermanos sabían de su paradero, tal como nosotras. 

-Llegué a odiarte -le confieso sin poder frenar una pequeña lagrima que se escapa de mis llorosos ojos. -Tuve que crecer con la idea de que mi papá me dejó a los cuatro años para ser un músico famoso -río de mala gana y limpio mi mejilla.

-Cariño, -él se levanta de su asiento y se pone de cuclillas a mi lado. -Tenía 19 años cuando tuve que crear esa estúpida mentira para tapar lo que pasaba en realidad. Tenía miedo, tenía rabia y pena -niega con la cabeza y veo que sus ojos también tienen lágrimas. -Pero debía ser convincente. Debía lastimar a tu mamá para salvarlas a ambas. 

No digo nada y solo nos quedamos mirando. Brian toma mi mano y la gente a nuestro alrededor empiezan a mal interpretar la idea. Al igual que con mamá, la escasa diferencia de edad no nos hace parecer padre e hija.

-Es mi hija, Dios -se queja papá en voz alta y ambos reímos cuando dejan de prestarnos atención otra vez. -Mad, Madison mírame.

Hago lo que me pide.

-No te pido que me perdones de un momento a otro. Para mí, el que hayas querido hablar conmigo hoy es un gran paso. Sé que tengo que hacer mucho para recuperarte a ti y a Mel, aunque obviamente no las obligaré a nada. Solo quiero que ya no me odien. 

-Ya no lo hago -digo tranquila y él sonríe tímido.

-Si en algún momento me necesitas, sabes que solo tienes que marcar mi número y allí estaré. He vuelto. No me iré a ningún lado -acaricia mi mejilla y asiento con la cabeza y una sonrisa muy similar a la suya.

Papá se pone de pie otra vez y me abraza tímidamente, como si yo fuera a reaccionar mal.

Un carraspeo nos hace terminar el abrazo y Mel nos observa divertida.

-¿Empezaron las reconciliaciones sin mí? -bromea y nos hace reír a ambos. 

***

Luego de que Brian nos viniera a dejar a casa, mamá se puso a hablar con Sam por video llamada y yo me he estado mensajeando con Dean por whatsapp, ya que él ha estado haciendo horas extras en el taller para recuperar parte del dinero que tuvo que invertir en los arreglos del impala. 

Si bien nuestra relación sin nombre se ha mantenido estable, sé que mis inseguridades me frenan a seguir adelante. Pero es que... a pesar de que él y mamá ya no están juntos, mi moral sigue gritándome que todo esto está mal y que soy una traicionera. La peor hija del universo. Y aunque Dean no me presiona ni nada, sé que quiere avanzar más allá, y en parte yo igual.

Quiero hacerlo, por ejemplo. Muero por tener su cuerpo... Pero cada vez que estamos a punto, lo freno y por poco salgo corriendo como una idiota porque me siento culpable. 

¿Hasta qué punto se puede tener una relación así? No es sano para ninguno de los dos.

Dean: Me alegra saber que todo salió bien con tu papá preciosa. 21:15

Dean: Quiero verte, así podemos hablar. Además tengo algo que contarte 21:15

Yo: Mmm... suena interesante 21:16

Yo: Si, quiero verte. ¿Te espero donde siempre? 21:16

Dean: Iré apenas termine, en 15 minutos de seguro estaré ahí 21:17

Yo: Ok. Nos vemos 😘 21:17

***

Un silbido me hace levantar la vista de mi celular y río cuando Dean me saluda tiernamente con su mano desde adentro del impala.

Cuando entro al auto, él me saluda con un beso corto y noto que su expresión luce un tanto preocupada.

-¿Qué pasa? ¿Todo bien? -frunzo el ceño.

-Am... no lo sé. Melanie me llamó hoy... -hace una mueca. 

Alzo mis cejas y creo quedarme sin habla. 

¿Es que acaso no podemos tener un momento de calma?

DADDY [Dean Winchester]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora