Mi Salvaje

Capitulo 40: ¿Un sueño?

Paulo suspiró y se sentó lentamente en su cama. Levantó la mirada para observarla. Ella tenía cara de enojada, preocupada, enojada de nuevo. Era hora de que él le aclarara un poco la situación en la que se encontraba su corazón en ese momento. No quería seguir mintiéndole y mucho menos hacerla sufrir.

— ¿Quieres sentarte? —le dijo Paulo.

Sabrina se sentó frente a él sin decir nada.

— ¿Por qué entraste así a la habitación de la señorita Oriana?

— ¿Ahora es señorita Oriana? —Le preguntó ella —Creo que no tienes derecho en recriminarme nada, Paulo. Yo soy la ofendida aquí... ¿Qué diablos hacías en su cuarto?

—Ella solo me estaba cuidando...

—Para eso estoy yo, Paulo.

— ¿Y dónde estabas entonces? —quiso saber.

—Tu madre me echó como un perro anoche...

— ¿Qué? —preguntó sin poder creerlo.

—Sí, no sé qué le sucede. Pero desde que esa estirada está aquí tu madre ya no es la misma. Antes por lo menos me trataba bien.

—Creo que estás exagerando, Sabrina.

—No son exageraciones,Paulo. —Aseguró —Todo ha cambiado desde que ella está aquí. Y no me gusta la manera en la que te mira...

—Sabrina, voy a ser franco contigo. —le dijo.

Ella se tensó

—Estoy confundido. Y necesito que nos tomemos un tiempo.

— ¿Un tiempo? —inquirió ella.

—Sé que está pasando de la nada, Sabrina. —Asintió él —Pero no quiero seguir mintiéndote.

—No quiero escucharte —Dijo ella y se puso de pie —Debes estar solo asombrado por ella, nada más. ¿Acaso crees que la hija de un importante empresario se fijaría en un simple peón como tú? Eso solo pasa en las novelas, Paulo...

—No se trata de eso, Sabrina —dijo él sin mirarla.

Sabía que él no tenía muchas cosas para ofrecerle a Oriana. Sabía que no era su mejor opción. Pero no podía simplemente ignorar a su corazón.

— ¿Entonces qué es? —quiso saber ella.