Hoy era el día, el día que introduciríamos el abecedario en el periódico.
Estaba nerviosa desde que salí de la casa. Las chicas y yo repasamos el plan toda la semana, era viernes. El lunes a primera hora se imprime el periódico, así que era ahora o nunca.
Cuando se hizo la hora de ejecutar el plan, nos pusimos manos a la obra. Daisy llamo al chico encargado de publicar el periódico, se lo llevó al gimnasio con la excusa de que necesita ayuda con los preparativos de la fiesta de inicio de año.
Cuando el salón quedo sólo, me metí allí. Afuera estaba Marcela cuidando de que nadie entrara o nos descubrieran, adentro habían un montón de hojas amontonadas, una maquina de escribir llena de polvo, unos cuantos libros y computadora. Según Marcie los archivos estan en la pc, así que tendría que escribir el abecedario ahí.
Me senté y busque la carpeta con los documentos que correspondían al periódico. Empecé a teclear, en cuanto termine guarde el documento y salí del aula.
–¿Listo? – Me preguntó Marcie.
– Sí.
En eso escuchó pasos y voces por el pasillo.
–Daisy, ya te dije que no puedo dejar el salón tanto tiempo solo. Alguien podría entrar y... – Escuche la voz de Max (El chico encargado de el periódico) y empecé a ponerme nerviosa
–Lo se, lo se. Me lo has dicho como mil veces. – Le dijo Daisy y cruzó la esquina que nos separaba. Marcela y yo aun seguíamos paradas en la puerta del salón, Daisy nos vio y después todo sucedió muy rápido. Volteo agarro a Max y lo besó, nosotras seguimos ahí paradas cono estupidas viéndolos, Daisy se dio cuenta y nos hizo señas para que nos fueramos, mientras ella seguía besándolo.
Marcie y yo nos fuimos, salimos a las afueras del instituto.
Nos pudimos resistirlo más y nos reímos, nos reímos hasta mas no poder, nos reímos tanto que nos tuvimos que acostar en el piso para no caernos.
–¡Son unas malditas perras! – Escuchamos los gritos de Dai desde lejos.
–E-ense-erio-o... N-nos-otras. – Marcela hablaba entrecorta tratando de aguantar la risa, pero no pudimos mas y estallamos a carcajadas.
Cuando terminamos de reír ya una Daisy muy colorada y con la respiración agitada habia llegado a donde estábamos tiradas.
–No... Ya, es enserio. Gracias, si no hubieras besado a Max nos habrían descubierto. – Dije.
–Bueno... Dejando a un lado lo del beso... ¿Lo hiciste? – Preguntó Dai
–Sí, lo hice.
–Vale... Ahora solo nos toca esperar a que llegue el lunes.
Ahora solo quedaba esperar a que todos lo vieran. No lo iba a negar, estaba asustada. No sabía como iban a reaccionar.
–Daisy... – Le llamo Marcela.
–¿Dime?
–¿Disfrutaste el beso?
Y volvieron las carcajadas, Dai se puso como un tomate y se lanzo encima de nosotras.
–Son unas perras, me las van a pagar. ¿Oyeron? Esto no se va a quedar así.
–Podrás vengarte y todo, pero el beso no se va a borrar – Se burlo Marcie.
– Callaté. – Dai volteo los ojos. – Y ni se les ocurra decirle esto a nadie ¿Entendieron? – Nos amenazó.
Solo espero que todo salga bien. Pero nunca imagine que tan bien.
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❤Dedicado a Manu_Castellano