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Como nieto del famoso profesor Oak, Gary era siempre el centro de atención pero también lo era por su gran ingenio y su dedicación hacía el trabajo.

Sus métodos investigativos, su pasión y su entendimiento hacía los Pokémon lo habían llevado a avanzar a grandes pasos en su carrera universitaria, tanto así que ese día en específico se encontraba siendo filmado para un segmento de promoción de la universidad a la que asistía.

Estaba feliz por ser considerado para ello pues era un honor y algo que sin duda le ayudaría en su currículum, sin embargo, el peso de su apellido y la maldición de ello siempre lo perseguiría y esa confirmación lo hizo llenarse de amargura, pues creía que no importara lo que hiciese siempre terminaría bajo la sombra de su abuelo o su padre quien también era un reconocido científico ya que ahora y siempre la fama de aquellos se hacía presente, dejando a sus logros en el olvido y relegandolo a segundo plano.

Por lo tanto, trató de que su disgusto no se notase ante las cámaras al salir a flote el nombre se su padre y abuelo así como sus logros, lo cual lo hizo llegar a creer que el ser escogido para dicho "trabajo" solo había sido por ello, no obstante, como un profesional tomo el rumbo de la entrevista y destacó su trabajo y el de sus compañeros así como el valor de la escuela y demás cosas, dejando en claro porque era una joven promesa de esa institución y desviando la atención de aquellas personas cuyo nombre no quería escuchar más.

Al finalizar, agradeció con paciencia y fue elogiado por su director y compañeros e inclusive las animadoras de su instituto hicieron alarde de ello como era de esperarse, logrando hacer de aquello un gran acontecimiento.

Él como siempre, se comportó como era debido y decidió seguir trabajando en sus proyectos o al menos eso pretendía, pues, cuando estuvo solo, se tomó el puente de la nariz con una mano y con la otra golpeó la pared con fuerza, ya que otra vez su familia se interponía en sus deseos, tal vez no era algo de lo que pudiese culparlos, pero..., siempre era lo mismo, donde sea que fuese solo era la sombra de lo que aquellos hombres eran, sin embargo, precisamente por ello se esforzaba más que el resto, hacía más que cualquiera y estudiaba más que nadie en el campus ya que quería ser reconocido solo por él, solo por sus méritos y acciones, no por nadie más, quería llegar hacía Ash por él mismo y al verlo frente a frente mostrarse orgulloso por lograrlo por su cuenta.

Costaba mucho, demasiado, sangre, sudor, lágrimas, desvelos, noches de insomnio, sobreesfuerzo y cansancio, no obstante, no se arrepentía de ello ni de lo que eligió, pues, entre más trabajase, más reconocimiento adquiriría y más cerca estaría de su ansiada libertad, más cerca estaría de su ansiada paz.

Sus alas estaban rotas y frágiles por el desuso, aún así, no tenía miedo de volar, no tenía miedo de despegar del suelo, todo era un enigma, un misterio abierto y no podía imaginar cómo sería el reencuentro, no podía ni siquiera pensarlo, pero, no le importaba, sus ideales estaban claros, no tenía duda alguna y aunque su encuentro no fuese el que él esperaba, lucharía por el gran amor que profesaba y por su sueño, nadie sería capaz de detenerlo ni impedir que haga lo posible por conseguirlo, pues, por ello era Gary.

TrébolDonde viven las historias. Descúbrelo ahora