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El tiempo había pasado volando en un abrir y cerrar de ojos, las cosas habían cambiado significativamente, y, aunque Ash ya no era el centro de atención de todos, aún había personas que lo trataban mal y discriminaban por sus preferencias, sin embargo, sus leales amigos siempre estaban con él, además, actualmente el grupo había crecido, pues ese año había entrado a la Universidad su enérgica vecina May y se había acoplado muy bien a ellos.

Por su parte, Serena había dejado de acosarlo exhaustivamente, aquella humillación había sido suficiente para ella y, aunque aún seguía "tras" el Ketchum no era en definitiva lo mismo, era más como alguien que solo buscaba un poco de amor y atención, su actitud no había cambiado mucho solo había pasado a ser más calma y menos molesta, pues, al haber tocado fondo se había dado cuenta que no llegaría a nada con ello, así que, eventualmente pasaba tiempo con el grupo al que el pelinegro pertenecía, echando pleito a la pelirroja y bromeando con que Ash era suyo.

Tracey seguía en contacto con todos y más aún con la joven coordinadora Dawn de quien se había enamorado; el tiempo parecía pasar como si fuese una simple ilusión, poco a poco la realización de sus sueños se acercaba más y más, aunque se las hubiesen visto duras para llegar ahí, no obstante, el temor por el futuro era una constante en su vida y los perseguía día y noche, aún así, Ash no dudaba de su camino...

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Ese día, el joven pelinegro traía en sus brazos al nuevo integrante de la familia, "Satoshi Boss", su hermano menor, ya que su madre había salido en una cena con Giovanni por su aniversario y él se había ofrecido a cuidar al pequeño bebé.

La ternura lo envolvía y su sonrisa era genuina, quizá no era el chico más confiable del mundo, era torpe, inexperto y testarudo, pero, el hecho de que lo dejaran a cargo de aquella vida, al menos por ese momento, lo hacía sumamente feliz, pues era un gran voto de confianza.

Bulbasaur, Squirtle y Pikachu estaban a su lado encantados por aquel pequeño ser, ayudarían a su amigo en lo que pudiesen, solo Charizard no estaba a  su lado por obvias razones, pero al contrario de lo que se pensase de aquel inmenso Pokémon, éste se encontraba afuera descansando y a su vez observando adentro con una sonrisa orgullosa y soberbia típica de aquel temperamental Pokémon al más reciente integrante de aquella familia.

Ash suspiró un momento y viendo las estrellas que esa noche le regalaban una espectacular vista, habló a la nada:-Sabes Satoshi..., han pasado muchas cosas, estoy aterrado ya que cada vez falta menos para llegar al día en que dejaré de ser estudiante y también para ir tras Gary..., ya te he hablado de él ¿No es así?, nuestro último encuentro fue... ¿Caótico?, no sé decir exactamente como fue, ambos fingímos que nada paso, pero..., él siempre cumple su palabra y yo también ¡me esforzaré para cumplirla!, no sé qué será de mí al terminar mi vida escolar, cada vez estoy más y más convencido que la vida es más dura de lo que pensé, pero, al final también concluyo que es mejor de lo que esperaba, una prueba de ello eres tú y Giovanni, él no será mi verdadero padre pero lo quiero como si lo fuese, aunque..., de hecho es el único padre que he conocido y le agradezco que esté con mamá, ella se merece lo mejor y, pase lo que pase yo estaré ahí para tí hermano mío, da igual cualquier cosa y lo que digan, tanto él como tú son mi familia...-.

Iba a  seguir con su monólogo pero el pequeño comenzó a llorar y Ash trató de calmarlo a la par que inspeccionaba su pañal, el cual al no oler a nada, fue descartado como el motivo del llanto, así que el muchacho fue a traer el biberón de éste, dandóselo, a la par que el bebé comenzaba a succionar su alimento.

Ash sonrió ante el panorama y unos segundos después, prosiguió con su monólogo:- Espero que cuando seas grande me tengas mucha confianza, no sé si pueda guiarte adecuadamente pero haré lo posible; sabes..., al verte en mis brazos no puedo evitar cuestionarme si alguna vez Gary o yo querremos hijos, es algo lógico que uno de los dos quiera descendencia, no sé si su familia le obligue a dársela, pero, creo sin tener ninguna duda de ello que él y yo cumpliremos nuestra promesa, aunque..., no estoy seguro de que pasará cuando alguno de nosotros sienta el deseo de algo que no podemos tener, me aterra realmente, somos hombres y jamás podremos tener la dicha de convertirnos en padres, a menos que uno de los dos tenga hijos con alguna mujer y eso es lo que más temo, yo..., ¡aghhh!, estoy hablando con un bebé..., ¡ni siquiera entiendes lo que te digo! ¿No es así?-.

Satoshi entonces empezó a balbucear y sonreír aún con el biberón en su boca tal y como si le diese a entender al chico que lo que decía era correcto y que éste no comprendía en lo más mínimo la epifanía del mayor.

Ante ello, Ash se contagió de la risa del infante, mientras su leal amigo se posaba en su hombro, tal y como si tratase de darle ánimo, tal y como si lo comprendiese, a su vez, Bulbasaur y Squirtle se acercaban más a él, quien miraba a su hermanito y a las estrellas en el firmamento de reojo, recordando todo lo que había transcurrido en ese tiempo y sin querer, soltó al viento:-¿Estarás viendo lo mismo que yo en este momento?, ¿Estarás viendo el firmamento?-.

Aquello lo soltó apenas en un susurro, una pregunta que jamás llegaría a nadie, una pregunta sin respuesta, una pregunta reservada a aquel a quien amaba y que el destino se había encargado de separar, pero con quien estaba atado en un lazo invisible imposible de romper, una pregunta solo para él, una pregunta reservada para Gary Oak...

TrébolDonde viven las historias. Descúbrelo ahora