When it snows. (Camren).

#022.

Evan Vop:

Los pasillos blancos de los hospitales, los cuartos pequeños y el olor a limpio me da migraña. Nunca me han agradado los hospitales, pero tampoco tengo al fuerza de voluntad para salir y dejar sola a Camila, ella me necesita, y estoy seguro de que tambien necesita a Lauren, pero que le dire? Ella se prondra triste en el momento en que no vea aquellos ojos verdes frente a ella. Ya han pasado horas, iHoras! desde que Camila no despiertay no da ninguna señal para hacerlo. Los doctores dicen que, despues de la cirugia, quedo cansada, Pero el golpe que se dio en la cabeza puede dejar algunos daños, o en el peor de los casos, la misma muerte. Es por eso que, estan haciendo lo posible para que Camila despierte, pero esta en su decision si seguir con su vida, o no. Algunos doctores, dicen que puede despertar esta misma noche, o que, hay veces, en que las personas quedan en coma por una semana, meses o años. Yo se que Camila es fuerte, de eso no hay duda, pero si ella llega a no despertar, no se que hare. No se como Lauren lo tomara. Pero ahora mismo no quiero pensar en ello.

Mi celular comienza a sonar en mi bolsillo. Mis ojos se iluminan al pensar en que podria ser Lauren, pero me equivoque. La que me llama, sin mas ni menos, es Laylah. Mi madre.

— Que es en lo que estas pensando jovencito? —su voz se mezcla con la preocupacion y con el alivio— iHace semanas que no me llamas! por no decir meses, en donde estas? Evan! contestame! Aun sigo siendo tu madre y me debes respeto.

Al oir la voz de mi madre, todo mi sufrimiento y angustia fueron remplazados por felicidad y una risa.

— No me das tiempo si quiera de contestar —rei— Como esta todo por texas? Todo bien? Como esta John?

— iNo puedo creer que lo hayas olvidado! —refunfuño mi madre— iSera nuestro aniversario en un mes! Evan, iPrometiste venir para cuidar al pequeño Jake!

— Quien es Jake? —reprimi una risa, siempre que niego a mi pequeño hermanito, ella se enoja. Puedo imaginar a mi madre soltando un bufido, mientras pone los ojos en blanco. Layla, mi madre, no se parece en nada a mi, excepto por el mismo humor que compartimos. Ella no mide mas de 1.70 y tiene el cabello castaño, que cae en ondas hasta la mitad de su espalda, ella no tiene los mismos ojos verdes que yo, ella tiene grandes ojos cafe y de vez en cuando, se olvida que ya no es la adolescente que antes. Si nos vieras a los dos juntos, supondrias que somos solamente amigos, porque, a pesar de que solamente tenga 37 años, tiene una figura envidiable. Los años no pasan por ella, pues a simple vista, parece que tiene 25 años.