Capitulo 2

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—No creo que sea correcto.-Cerro sus ojos por un momento.

—Yo creo.-Me acerque más a ella aun acariciando su clitoris.—Que te gusta.

Mordió su labio tratando de ahogar un gemido, Con mi mano libre subí un poco la camiseta dejando al descubierto sus pechos erectos a punto de reventar.

—Oh, Si..-Gimió.

Mi dedo se deslizó con facilidad por su interior, Donde la pude sentir caliente, Huuum que gran satisfacción.

—¿Quieres que bese tus pechos Andrea?.-Dije sacando mi mano de su interior ganándome un siseo de su parte.

—Si.-Jadeo.—Dios hazme lo que quieras.

Sonreí satisfecho, Tomé el elástico del pantalón de chandal y lo arrastré hacia abajo, Reveló su hermosa vagina con un poco de bello pubico; Aspiré el aroma que este desprendía e incline mi cabeza para soplar sobre ella.

—Hueles tan bien.-Dije con la voz ronca.—Te tomaría de todas las formas posibles.

Jadeo en respuesta, Si seguía haciendo eso iba a explotar y todavía no comenzaba a embestirla.

Baje la cabeza atrapando uno de sus labios vaginales en mi boca, Mordisquee suavemente y Suspiré al sentir sus manos en mi cabello; Abrí sus piernas para tener mejor acceso y enterrar mi lengua en su interior.

—Ah, Si.-Arqueó su espalda.

Pasee mi nariz por su vagina, Gruñi y volví a devorar ese aparato que tanto me volvía loco; Puse su pierna en mi hombro.

—Necesito.-Jadeo.—Te necesitó.

—Oh, Nena.-Me Puse de rodillas bajando la cremallera de mis pantalones liberando un poco mi pene.—Tus deseos son órdenes.

Levante un poco su cadera y poco a poco mi pene entro en su interior, Los dos gemimos al sentirnos el uno al otro; Empecé con embestidas lentas y seguras, esperando a que ella se adaptara a mi tamaño.

—¡Ah!.-Grito cuando bombee más rápido.

—Shh.-Me acerque a su boca para callar sus gritos.—Nos van a escuchar.

Bese su boca aún embistiéndola cada vez más duro, Su cuerpo se arqueaba pegando sus pechos en el mío. Causándome escalofríos.

—Por favor.-Gimió.—Más Rapido.

Me incline sobre ella, metiendo y sacando más rápido mi pene; Escuchando como nuestros cuerpos chocaban y la cama rechinaba, Sus manos se pasearon por mi espalda dejando rasguños en ella.

—¡Oh Dios!.-Grito cuando el orgasmo la alcanzo por completo.

Sin embargo yo no me detuve,Se que su vagina estaba sensible por su orgasmo; pero yo quería mas.

Los Trillizos MendesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora