Capitulo 17

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Eh vuelto, Hoy tendrán doble capítulo :) las amo

Encogió los hombros
—No lo sé realmente.

—¿Aproximadamente?—Preguntó.

—¿Cincuenta? ¿Sesenta millones?.

—¡Jesús! —murmuro Raul.

—¿Que sabes realmente sobre la situación financiera de Vicent?—Preguntó Shawn, bajito.

Abrió la boca, pero la respuesta no salió. Sintió un zumbido en la cabeza, y se sintió increíblemente idiota. Sus mejillas ardían y se le formó un nudo en la garganta.

Sin una palabra, se levantó y abandonó la cocina.

—¡Andrea!.

Oyó a Raul llamarla, pero no se paró. Quería aguantar su humillación a solas.

Se paró en la puerta el tiempo suficiente para coger el abrigo abrió la puerta y se paró en frente del porche. El aire frío la asaltó, y se puso rápidamente el abrigo.

Caminó hasta la reja y se apoyó, mirando fijamente hacia la luna naciente sobre la nieve. Cerró los ojos y respiró profundamente. Necesitaba el frío para refrescar su rostro caliente.

Estúpida, estúpida, estúpida. Nunca había considerado que Vicent tenía un motivo oculto para cuidarla. Apareció cuando murió su padre y actuó como su protector y confidente. Ahora sabía porque. Pero ella no quiso comprenderlo. La única vez en la que el sentido común se mostró en todo este fiasco.

Apoyó sus codos en la reja del balcón y enterró su rostro en las manos. Él solo quería su dinero.

No le dolía saber que él no la había querido como una hija, o que se casó con su madre por otras razones. Sabía que él no era capaz de amar cuando le pegó, cuando mato a sangre fría su protectora. Pero lo que más la hería, era su total ingenuidad.

Claro que quería su dinero. Ahora, todo cobraba sentido. La preocupación por protegerla, las numerosas preguntas sobre cómo estaba administrando su dinero. Todo bajo la apariencia de asegurarse de que ella estaba segura. Gracias a Dios

Que no se quedó el tiempo suficiente como para pasar todo a su nombre, como habían planeado.

—¡Jesús! ¿Cómo puedo ser tan estúpida?.—Susurró. Estaba lista para darle todo. Él probablemente habría encontrado un modo de deshacerse de ella dentro de seis meses.

Oyó la puerta abrirse tras sí, y cerró los ojos.

—Andrea.

Shawn caminó hasta su lado. Abrió un ojo para ver sus manos en la reja al lado de ella.

—Soy una tonta de remate.—Murmuro.

Suspiró y la abrazo suavemente.

—No eres tonta, cariño. Diría que eres una mujer maravillosa.

Agitó su cabeza negándolo.

—Soy patética. ¡Patética!.

Los Trillizos MendesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora