—En serio señorita, tengo grandes sospechas en que uno de mis amigos pasa por violencia intrafamiliar y agradecería mucho que ustedes investigaran el caso. —pidió Sucrette desde su móvil.
Al inicio la persona quien atendió la llamada no parecía muy segura, suponía que solo era una joven haciendo bromas de mal gusto pero después de insistir, la chica logró convencer a aquella persona detrás de la linea telefónica. Finalmente quedaron de acuerdo a que pronto enviarían a alguien dentro de cuatro días a una semana. Armin y Sucrette se miraron, ambos nerviosos pues desconocían lo se vendría, quizá así ayudarían a Nath o en cambio podrían empeorar la situación.
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Solo fue cuestión de que pasaran cinco días para que Armin caminara hacia su salón de clase distraído como siempre en su PSP, hasta que tuvo la sensación o más bien la necesidad de voltear a un lado, encontrándose a si con esa amiga suya quien lucía abatida entonces le fue inevitable acercarse a ella con cierta preocupación.
—Su.. ¿Qué pasó?
—Es Nathaniel... —dijo evitando su mirada — La directora lo mandó a llamar junto con sus padres y yo no sé quién salió más furioso de ahí si él o su padre en fin, me reclamó sobre la llamada a los servicios y le dije que también estabas involucrado... Nos mandó al diablo a los dos y no nos quiere tener cerca de nuevo.
Armin hizo una mueca dado al coraje que comenzó a sentir presionando su estomago, no cabía duda de que Nathaniel era un completo idiota tal como Castiel decía.
—¿Y ahora... qué vamos a hacer Armin?
—No lo sé... — dijo después de soltar un suspiro— supongo que habrá que esperar...
Ambos jóvenes ya no hablaron más del asunto ¿Qué podían hacer si Nathaniel no estaba dispuesto a cooperar? Aquella noticia logró llegar a oídos de cierto pelirrojo.
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Al día siguiente el rubio no asistió al instituto haciendo que ambos amigos se preocuparan por lo ocurrido el día de ayer, más sin embargo cuando fueron a la casa del susodicho la madre de este los mandó a paseo.
Otro día más pasó cuando Armin pisó el instituto en compañía de su hermano (con quién no había tenido la oportunidad de hablar muy bien con él) los murmullos sobre el delegado principal llegaron a él,debido a que fue inevitable que del "chisme" se enterara medio colegio. Eso si, entre lo que cuchicheaba la gente escuchó sobre que aquel chico llegó con un ojo morado poniendo un poco alerta al pelinegro quien no hizo más que dejar su mochila en el salón y salir a buscarlo aprovechando que las clases aun no comenzaban.
Entonces lo vio, al parecer Nath caminaba presuroso hacia la parte donde estaban el comedor la biblioteca y el sótano, trató de alcanzarlo y es cuando vio que al chico se le caían las llaves del sótano en su intento de abrir la puerta. El de ojos azules casi suelta una pequeña risa hasta recordar la situación en la que se estaba.
—¡Nathaniel...!—gritó a propósito para asustarlo y lo logró pues el rubio lo miró instantáneamente. Entonces a Armin se le borró la sonrisa por completo al notar el moretón del que se hablaba.
Nath se avergonzó de que lo viera así, pero ya no tenia caso esconderse... lo había descubierto.
—Nath... ¿Qué pasó?... —preguntó con una voz muy suave.
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El bebé de Alexy
RandomAlexy, un pobre doncel enanorado. Jamás imaginó que el amor tan secreto que tenía hacía su compañero Kentin, le traería problemas, asi cómo alegrías. Después de un juego entre adolescentes por la noche... Ese hijo venía en camino. "Te amo, Su.." ...