El miércoles llegó, las clases transcurrieron de una manera muy aburrida. Sucrette aguantaba por no quedarse dormida, Violeta dibujaba, Kim hacía garabatos, Lysandro trataba de inspirarse sobre qué escribir, Armin se las ingeniaba para jugar sin ser descubierto, Nathaniel era de los pocos que ponía atención, Kentin había dicho ir al sanitario. Mientras que Alexy rogaba que la clase ya terminara.
Hasta que, por fin, sus ruegos fueron escuchados media hora después.
-Bueno clase, es todo por hoy. -dijo finalmente el profesor Farrés.
Todo sen el aula comenzaron a guardar sus pertenecías y fue cuando Kentin tomó un momento para mirar a Sucrette e intentar acercarse a ella.
-Hola, Su. -Saludó sonriente.
-Ah, Hola Kentin... ¿Ocurre algo?
-Lo que sucede, es que quería invitarte a la "Feria del libro" junto conmigo y Alexy.
-Ouh...Lo siento Kentin... -se disculpó totalmente apenas, suavizando su voz-Pero muero de sueño, aunque gracias de todas maneras.
El semblante desanimado de Kentin no pasó despercibido para Sucrette, quien lo notó y por el cariño que le tenía, le besó la mejilla.
-No te preocupes... Quizá mañana salgamos al parque. -le dedicó una tierna sonrisa y sin añadir más, se marchó junto con Iris.
Kentin no pudo evitar sonreír bobaliconamente, a pesar de no ser lo que esperaba, le encantaba que Sucrette buscaba la manera de hacerlo sentir bien. No tenía dudas de que ella era una chica linda y atenta... Podría ser la mejor novia.
Siempre pensó así, desde que ella fue la única que no lo despreció cuando él todavía era "El tonto Ken". Al contrario, pasaba tal siquiera un poco de su tiempo junto a su lado e incluso le acepto aquel obsequio antes de irse a la escuela militar. Pero ¿Acaso Sucrette le correspondería si él se declaraba? Debía averiguarlo tarde o temprano.
-Kentin.
La conocida voz lo sacó de sus pensamientos. Miró hacia atrás encontrándose con su amigo.
-¿Ya nos vamos? -preguntó serio el peliazul.
-¿Qué?... ¡Ah sí, claro! Vámonos.
Ambos amigos se alejaron del salón de clase y justo se dirigieron a la dichosa "Feria del libro" que estaba en el patio principal. El evento no estaba tan abandonado como ellos creían, al parecer si había jóvenes que les gustaba leer o por simple curiosidad se acercaban. De la gente que conocían sólo pudieron ver a Melody, Nathaniel, Lysandro y Violeta.
-Bueno... al menos no somos los únicos aquí. -comentó Alexy con un poco de humor.
Kentin soltó una pequeña risa y le dio la razón al chico.
Recorrieron los diferentes "stands". Encontrándose con reseñas de varios libros, algunos de misterio, poesía, bienestar personal, dibujos, emprendimiento, etc. Sin embargo, no todo fue en vano, algunos ejemplares les llegaron a interesar, siendo del género terror para Kentin y romance en el caso de Alexy.
Después de una hora pasándola en el instituto, los dos por fin regresaban a casa sin embargo un pequeño antojo se presentó de imprevisto. El castaño preguntó a su mejor amigo si gustaba de un helado, que el mismo se lo invitaria, Alexy no pudo aceptar más que gustoso y después de unos minutos, ambos llegaron a una heladería cercana.
-¿Cookies and cream? -preguntó Alexy con las manos en la cintura, bastante seguro de la respuesta.
-Efectivamente -rio- pide uno el tuyo.
Ese día no podía ir más explendido para Alex, si lo pensaba de otra forma... El salir de l escuela y pasear juntos y ahora en probar un aperitivo en mesas de dos. , Alexy hacía reír a Kentin con sus chistes y sobreactuaciones.
Desde el punto de vista de Alex, esto parecía más una cita, estando los dos así de solos. Pero sin malas intenciones, Kentin volvió a opacar la alegría que el muchacho sentía por estar con él.
-¿Sabes...? He pensado declararle a Sucrette lo que siento por ella.
-¿Qué? -No le fue posible no quedarse con la boca abierta, sabía que su amigo estaba enamorado de ella, pero no se imaginaba que se le declarara tan pronto.
-Sí, lo que oyes. -dijo totalmente decidido- No tengo definido cuando, pero será algún día de estos.
Kentin notó algo extraño en el semblante de Alexy, ¿Acaso no estaría de acuerdo?
-¿Qué pasa Alex?... ¿Crees que ella no es la indicada?...
El más alto se dio cuenta de la preocupación del chico, así que de inmediato cambio esa desilusionada cara.
-¿Qué? ¡No!... Me alegro por ti. -le sonrió y además le toco con su puño en su hombro- ¡ya era hora!
-Ah... -sonrió avergonzado y rascándose la nuca- ¡Qué bueno! Por un momento creí que no te gustaba la idea... Aunque claro, aún no debo hacerme ilusiones, desconozco su respuesta.
-Ya te enterarás, sin embargo -posicionó su mano sobre la de Kentin -aunque no seas correspondido... siempre habrá alguien destinado para nosotros. -concluyó mirándole a los ojos.
El castaño por un momento quedó estático ante aquella mirada, no supo exactamente como sentirse, podría decirse que se perdió en la mirada melancólica de Alexy.
-Sí Alexy, gracias -dijo una vez que reaccionó, alejando su mano.
Se fueron de la heladería directo a la casa del chico peliazul. Alexy quedó en frente de la puerta mientras Kentin en la acera.
-Nos vemos mañana.
-Sí, Kentinito... hasta mañana. -se despidió con la mano.
Los chicos se dirigieron una última mirada antes de que el castaño se alejará, sin saber que alguien los observaba a través de la ventana. Alexy dejó de demostrar alegría, soltó un suspiro y entró a su casa.
-Hijo.
Dio un pequeño salto, creyó que la casa iba a estar sola y en vez de eso, estaba su madre mirándole seriamente.
-¿Qué? ¿qué pasa, mamá?
Pero en vez de recibir una respuesta, ella lo miró de pies a cabeza y después mencionó.
-No hijo... Nada. -otro pequeño silencio se hizo presente- iré por las cosas para la cena.
Sin mirar más a su hijo, tomó las llaves de su auto y salió por la puerta trasera.
Al chico le desconcertó bastante que su madre actuara así, ¿acaso estaba enojada? Pero él no recordaba haber hecho nada malo... ¿o se le olvido algo?
ESTÁS LEYENDO
El bebé de Alexy
De TodoAlexy, un pobre doncel enanorado. Jamás imaginó que el amor tan secreto que tenía hacía su compañero Kentin, le traería problemas, asi cómo alegrías. Después de un juego entre adolescentes por la noche... Ese hijo venía en camino. "Te amo, Su.." ...