Capítulo 22: Reencuentros.

642 52 11
                                    


Pocos días pasaron desde que Kentin habló con su hijo por segunda vez. Siguió visitando el colegio en donde Morgan iba y espiandolo a su vez más sin embargo, no supo que pretexto seguir ocupando dado a que si seguían cruzándose por "casualidad" o hablar con él directamente, podría hacer sospechar al niño quien probablemente le comente algo a Alex, arruinando así sus planes de acercarse.

Esta situación lo tenía un poco sofocado, entonces un sábado durante el día decidió salir a recorrer las calles algo lejanas a su localidad, para así pensar mejor las cosas y encontrar mejores estrategias. Durante su recorrido se detuvo enfrente de una nueva cafetería para él y aunque fuesen la una de la tarde aproximadamente, eso no le impedía pensar que unas galletas junto a un té helado le vendrían muy bien.

Entró al local y pudo presenciar que a pesar de ser una simple cafetería, eso no le quitaba lo poco elegante y presentable que era. Llegó a la barra y tomó asiento, sin prestar mucha atención y con paciencia espero a que le atendieran.

—Bienvenido a Cosy Bear Café, ¿Que desea ordenar?

Claramente se trataba de una voz femenina, entonces Kentin fijó su mirada en ella y ambos tuvieron la misma reacción al verse cara a cara.

—¡¿Sucrette?!

—¡¿Kentin?!

—¡Por Dios... Estás igualita! —expresó con cierta alegría.

No podía creer que por casualidades de la vida volviera encontrarse a su ex novia, quien anteriormente había sido su mejor amiga. Era inevitable sentirse feliz por ello.

—Tú... Tampoco te ves muy diferente — comentó no muy animada como el castaño.

—¿Qué pasa?... — preguntó confundido y un poco intimidado por la seriedad que se formaba en el rostro de la mujer.

—Ni creas que no me enteré de lo que pasó.

Entonces el joven lo entendió, esas palabras provocaron que el ojiverde apartará la mirada algo molesto consigo mismo sin embargo, volvió a observarla.

—Es una historia complicada.

—¿En serio? —masculló molesta— Mientras tú y yo andábamos, Alexy esperaba un hijo tuyo.

—¿Que querías que hiciera? —susurró a pesar de que no había gente cerca — Lo que Alex hizo fue algo grave porque fue sin mi consentimiento... Aunque tienes razón, la cagué en huir pero lo que me importa en este momento es hablar con él, lo malo es que no tengo ni idea de cómo.

—¿Qué?

Sucrette se sorprendió, no se esperaba lo último dicho. Por un momento pensaba que el castaño seguiría evitando al peliazul. Y pudo haber hecho más preguntas sin embargo, la presencia de un tercero los interrumpió.

—¿Qué ocurre, Su?

Un muchacho de ascendencia asiática, tras escuchar los murmullos entre empleada y cliente, se acercó a ellos.

—No... Nada malo, Hyun. — dijo nerviosa tras la cercanía de su compañero y para dejar atrás la escena anterior, mejor decidió atender al otro hombre — ¿Qué deseabas ordenar?.

—Un americano y galletas, para llevar. — pidió desanimado.

Para evitar a Hyun, Su hizo caso inmediato a la orden. Después de observar a Kentin pagándole al camarero oriental lo que ordenó, esta por más que intentó no sentir compasión por él, le fue imposible. Tal vez un poco de ayuda no vendría mal, aunque eso sí, quería escucharle decir que estaba arrepentido.

Y además, tenía que admitir que en verdad estaba contenta de volver a ver a ese muchacho militar. A fin de cuentas, estaban cumpliendo una promesa de hace tiempo.

El bebé de AlexyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora