Capítulo 2: Después de...

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Cuando el cansancio despareció de su cuerpo, Alexy despertó. Estuvo atareado en un comienzo pero el perceptible aroma de la loción de Kentin hizo que  reaccionara de inmediato y con un poco de esfuerzo logro sentarse sobre la cama, sin embargo, cierto dolor proveniente de su orificio le molestó, provocándole un débil jadeo.

Ladeó la mirada topándose con el cuerpo de Kentin, quien aun yacía dormido y eso le dio a entender que lo ocurrido no lo soñó... Sino había sido real.

No pudo evitar sonrojarse al respecto pero de todas maneras, alcanzo a ver el despertador que marcaba las 5:53. Enseguida se acordó de sus padres y en lo problemas que estaría o estaba sino llegaba a casa tan pronto como pudiera. Con cuidado y prisa salió de la cama para buscar cada una de su prendas. Pudo vestirse rápido, aunque esa sensación incomoda en su trasero no le permitió moverse hábilmente como él quería.

No obstante, antes de salir de la habitación, se dirigió a aquel chico inclinándose a un lado de él.

Recordó las últimas palabras que escucho de sus labios y eso hizo que un escalofrío recorriera su pecho... ¿Acaso Kentin estaba tan borracho que no se dio cuenta que a quién se folló fue a otra persona?

La tristeza se asomó en el rostro del peliazul, quien se resistió a acariciar los castaños cabellos.

—Sigues pensando en ella... ¿verdad? —sonrió forzadamente, mientras trataba de controlar aquel nudo en la garganta que sentía.

Cobijó más a Kentin y  en silencio se retiró de la casa.

Fue un milagro llegar a su hogar antes de que todos despertaran, aunque claro, en la tarde no pudo escapar de la lluvia de preguntas por su hermano Armin: "Acabas de llegar ¿verdad?" "¿Dónde dormiste?" "¿Por qué mejor llevaste a Kentin a su casa que a mí?" durante el resto del día Alex tuvo que esconderse de él.

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El fin de semana fue un poco abrumador para el pobre chico, imaginar que su querido miliar se hubiera dado cuenta de lo ocurrido le ponía muy nervioso. ¿y si ya nunca le dirigía la palabra? ¿o se iba de la escuela? Alex estaba hecho un manojo de nervios que ni siquiera escuchar su  canción favorita podía calmarlo.

—Tranquilo Alexy... Enseguida los sabremos —dijo para sí mismo mientras caminaba hacia su salón de clase.

Abrió la puerta y solo vio a pocas personas, entre ellas, a Sucrette.

—¡Alexy!... buenos días. —saludó alegre la muchacha desde su lugar.

—Buenos días, Su... ¿Cómo estás?

El tono con que la saludó no era normal según Sucrette, Alexy se caracterizaba por ser siempre alegre y ahora... no sonaba nada de eso.

—¿Qué pasa, Alex? ¿Estás enfermo?

—¿Qué?... ¡No! Nada de eso —rió — solo que... no dormí bien por estar haciendo la tarea de historia.

—Ahh... — su respuesta no logró convencerla de todo — eso.

—Sí... eso. ¡Oye! ¿Quién se sienta aquí? — refiriéndose al lugar enfrente de la chica.

—Priya... ¿Por qué?

—¿Crees que ella se moleste si me siento en su lugar?

—No lo sé... pero siéntate de todas maneras. No creo que se moleste mucho.

Alexy le mostró una pequeña sonrisa y tomó asiento.

A decir verdad, el chico se preguntó la razón del por qué había llegado muy temprano y no fue hasta después de 15 minutos que el aula se llenaba de más gente. Alexy sintió lo que parecía un diminuto infarto cuando vio al castaño entrar. Enseguida tuvo la sensación de que su estómago se estremecía y su calor corporal aumentaba, sin embargo algo se tornó extraño cuando notó que Kentin parecía estar "normal" e incluso que al darse cuenta que peliazul no estaba a su lado como siempre, este lo buscó y al verlo le mandó un saludó de lejos.

—Gracias Dios...—pensó aliviado, mientras se desplomaba sobre la mesa.

Las primeras dos horas de clases transcurrieron con normalidad, pero Alexy no estando seguro del todo, salió del aula, recién sonó la chicharra. Caminó hacia el final del pasillo deteniéndose frente a la biblioteca. Suspiró cansado antes de sobarse  las sienes...

—Alexy —dijo alguien tocándole del hombro.

Por un segundo Alex sintió que se le escapaba el alma del cuerpo , sin embargo, el susto se fue una vez que analizó la voz y volteó encontrándose así con la sonrisa apenada de Nathaniel.

—Ah... eres tú, ¡me asustaste!

—Perdóname, no creí que fuera para tanto.

—No hay problema... estaba distraído ¿Qué pasa?

—Sólo venía invitarte a la feria del libro que tendremos el miércoles en el instituto — le entregó un volante con día y hora del evento —comenzará después de clases... ojalá te interese.

—Ah... Sí. Gracias Nathan. —murmuró  tratando de ocultar su cero entusiamo por el evento.

El delegado le sonrió y sin más siguió invitando al resto de sus compañeros.

Alexy estaba 90% seguro de que no asistiría, él era más de películas y en dado caso de ser un libro solo le llamaría la atención uno de romance y no más de 60 páginas. Sin embargo, decidió que lo guardaría el volante por si algún día necesitaba anotar algo de emergencia.

—¡Alexy!

El  recién nombrado dejó de poner atención al papel y de inmediato miró en dirección hacia la voz, no sin antes dar un sobresalto.

—¡Kentin!

—y ahora... ¿Qué te ocurre? Parece como si te hubieran pillado —le dijo antes de llevar una galleta a su boca. Obviamente la mirada temerosa y su voz nerviosa no pasó desapercibida para él. —¿Pasó algo grave?

—Eh... nada... ¡nada! ¿Por qué?

Era algo obvio lo nervioso que estaba, sin darse cuenta dejó caer el volante echo bolita, Kentin lo notó, levantó el papel y lo leyó.

—¿Una feria de libros?

—¿Eh? —el cambio abrupto de tema hizo que el chico se calmara de nuevo — ¡Ah sí...! Nathaniel me lo dio.

—Mmmmm... ¿Qué te parece si vamos?

—¿En serio? —preguntó bastante extrañado —¿Te gustan los libros?

—En realidad no tanto... pero solo quiero ver que tal —sonrió —tal siquiera para salir de lo monótono.

Casi sin pensarlo Alexy aceptó.

—Bien.

Las clases pronto llegaron a su fin, durante su camino a casa el par de amigos hablaban de cosas triviales hasta que...

—Oye Alexy... ¿tú me acompañaste a casa después de la fiesta?

El muchacho se asorprendió y miró a otros lados sin responder a su pregunta, haciendo que Kentin volviera a preguntar.

—Si fuiste tú ¿verdad?

—Emmm... Sí, yo te acompañé... pero solo te dejé en la puerta y me fui. —le explicó con la esperanza de que le creyera.

—oh... ya veo... —tomó pose pensativa — la verdad no me acuerdo de lo último que hice en esa fiesta —dijo entre risas.

—Descuida... no hiciste nada ridículo.

—¡Qué bueno! Me has quitado un pendiente de encima.

Era verdad que Kentin no recordaba mucho, pero entonces... ¿Qué fue todo eso? El muchacho tenía imágenes borrosas y oscuras en su cabeza donde solo podía ver sombras, recordaba haber sentido el calor arrollador del cuerpo con alguien como si... Además, cuando despertó, descubrió las sábanas manchadas y lo primero que pensó es que pudo haber tenido su primera vez, sin embargo, no pudo recordar nada.

Aunque ahora, con las palabras de Alexy... Podía confiar en que su sospecha de que solo fue un sueño húmedo, estaba más que asegurada.

El bebé de AlexyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora