El bebé de Alexy

Capitulo 4: Perdedor.

Horas más tarde, los gemelos cenaban en compañía de Victoria, su madre pues su padre llegaría después. Para la tranquilidad de Alexy, ella no volvió a hacerle ninguna pregunta o hablar en el tono con el que lo recibió en casa, en lugar de eso ella platicaba muy amenamente con Armin. Aunque la mujer no tenía idea de lo que su hijo hablaba, no estaba  de más fingir que  le entendía.

Mientras que Alexy se apuró a cenar, tenía que regresar a su habitación.

—Gracias por la comida.

—No hay de qué.—dijeron ambos al unísono.

Una vez que el peliazul desapareció del comedor, el otro gemelo iba a seguir con su charla sobre su nuevo videojuego, hasta que su madre le interrumpió.

—Armin, hijo.... —recargó su mentón contra su mano— ¿Cómo les fue hoy en la escuela?

—¿Qué? –el cambio brusco de conversación lo desconcertó un poco— pues.... A mí bien, mamá. Nada en especial.

—¿Y a tu hermano?

—No lo sé, se quedó con Kentin.

—¿El tal Kentin es su amigo?

—Bueno... –rió —Es más de Alexy que mío. ¿Por qué la pregunta?

Victoria cambió esa cara simpática por una más seria.

—Sólo cuida de tu hermano, por favor. –pidió antes de levantarse de la mesa, dejando así a un Armin bastante confundido.
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"Lo estoy perdiendo.... ¡Maldita sea, lo estoy perdiendo!"

Estas eran las palabras atravesaban la mente de Alexy una y otra vez.

El chico estaba boca arriba sobre su cama y por más que tenía la música en alto volumen no lograba hacer a un lado lo dicho por Kentin.

—Si tan solo pudiera decirle.... –deslizó su mano sobre su rostro. —pero... ¿Y si me desprecia? –suspiró — ¿Es mejor decirle y perder su amistad?.... ¿O quedarme callado y seguir siendo su amigo?... ¡Dios, que difícil!

Siguió torturandose durante el resto de la noche  y sin darse cuenta se quedó dormido.
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En la tarde siguiente, Alex se la pasó al lado de Rosalya, de hecho durante la jornada escolar no había tenido mucho tiempo de hablar con Kentin, pues las clases iniciaban casi de inmediato una tras otra. Solo en la salida pudo despedirse de él, no supo si era su imaginación o cierto... Pero su amigo se veía ansioso.

Mientras tanto con Rosalya, debía admitir que ella lo entretenía de sus preocupaciones, gracias a que tenían casi los mismos hobbies y el ir de compras era lo más  en común que tenían.

Por su parte, adentro de su recámara, Armin había pasado de largo la petición de su madre. ¿Por qué tan de pronto se comportaba así? Y no creía el hecho de que ella fuera "homofóbica" ya que siempre apoyo a su hermano respecto a su orientación sexual.

"Tal vez solo no le dio buena espina Kentin,quizá lo ve como un chico peligroso por venir de una escuela militar, pero si supiera que Kentin es un chico bueno y come galletas..."

Esto último le causó cierta gracia y dejó esos pensamientos para concentrarse  en su partida de Mario.
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El último día de clase llegó.

Viernes.

—¡Corre más rápido, Armin... Llegaremos tarde!

Ese día ambos hermanos, corrían presurosos al salón de clase, aclarando que era Alexy quien estaba arrastrando a Armin pues este último estaba sofocandose. Lograron entrar antes de que la profesora de cálculo cruzará la puerta.

El pelinegro tomó su lugar hasta la última butaca de la esquina, mientras el peliazul en el mismo de siempre, casi en frente.

Por el apuro del momento, no se había dado cuenta que "el chico de sus sueños" no se encontraba a su lado, en su lugar estaba Rosalya. Algo que se le hizo muy extraño.

—Rosa... –susurró para evitar ser reprendido por la profesora —¿Qué haces aquí?

—Me echaron de mi lugar –dijo de mismo modo.

—¿Quién?

Sin decir nada, Rosalya señaló a Kentin y Sucrette. Quienes de vez en cuando se echaban "miraditas" de complicidad. El semblante de Alexy comenzó a tornarse más serio, de plano no le gustaba lo que veía. De inmediato recordó la conversación del miércoles y encima que ayer su mejor amigo se comportaba un poco diferente. Su corazón latió con más frecuencia, señal de una mala corazonada.

"¿Por qué se pasó con ella? ... ¿Por qué luce feliz? .... ¿Por qué Sucrette lo observa de manera distinta?"

—No finjas sorpresa, Alex... –sonrió pícaramente — ¿Cómo no vas a saber que Sucrette y Kentin ya son novios?.