Capítulo 21: Casualidades.

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—¡Morgan! —gritó Alexy al poder ver a su niño.

Sin reparar mucho con quién estaba su hijo, este corrió hacía él y lo estrecho entre sus brazos.

—¡Me tenías asustado! ¡¿Qué tal si algo malo te pasaba, mi amor?! —dijo sin soltarlo.

—No te preocupes, Pá... —dijo tímidamente el pequeño — El señor me iba a ayudar a regresar.

—¿Qué señor? -susurró antes de separarse del niño y ver a la persona a un lado.

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Tenía que ser una broma.

Una muy mala broma.

Ambos jóvenes se miraban estupefactos.

A pesar de que Kentin se viera algo diferente a hace años, no era muy difícil reconocerlo. Mientras que el castaño no sabía que pensar, lo único que sabía es que ese sujeto era Alexy, sus ojos no mentían.

—Vámonos, hijo. —dijo presuroso mientras se levantaba para agarrar al niño de la mano y alejarse de ahí.

Cómo si de un acto por reflejo se tratase, Kentin sostuvo al peliazul del brazo antes de que se alejase más. Quería verificar una vez más que se trataba de Alexandre Jones y sí, cuando el muchacho volteó a mirarle no muy contento ... No tuvo más dudas al respecto. Más sin embargo, ninguno de los dos decía algo, así que lo soltó y el doncel se marchó enseguida llevando a su hijo consigo.

Después de unos segundos el chico militar pareció entender un poco de lo que había ocurrido, aún así seguía sorprendido pues jamás pensó volver a ver a aquel chico que le decepcionó hace tiempo o quizá sí... Solo que nunca se preparó para ello.

Entonces recordó al pequeño que venía con él y si reunía las piezas del rompecabezas... Todo parecía que aquel niño era el producto de aquel embarazo del que Alexy le habló hace tiempo.

Por lo que era su hijo.

Hijo suyo.

¡Cuánto se parecía a él!

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Mientras, Alexy seguía caminando aceleradamente su ruta para llegar a casa, de esa manera jalando a Morgan del brazo y haciéndolo correr. Aún su mente se hacía miles de preguntas y quejas respecto a la reaparición de ese castaño.

¿Por qué volvió?

¿Por qué rayos se encontraron de nuevo?

Ahora que había visto a Morgan ¿Qué pasaría?

Finalmente estuvieron frente a la puerta, el peliazul torpemente la abrió con llave. Al entrar, encontraron a la dueña de la casa quién al escuchar el ruido de la puerta volteó a verla. La sonrisa de ver a su hijo y a su nieto fue desvaneciéndose al notar el semblante del mayor.

—¿Qué tienes? hijo.—preguntó preocupada mientras se acercaba a ese par.

—Na-nada mamá... Es sólo que ... —miró a varios lados intentando buscar una buena excusa, entonces en su hijo la encontró — ¡Morgan se perdió de nuevo! Y esta vez tu nieto ya se iba para el lado contrario.

—Morgan... Ya te he dicho que no te muevas de dónde estés.

—Perdón, abuelita. —dijo apenado escondiéndose detrás de su Pá.

El bebé de AlexyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora