Le avergonzó un poco que el castaño se haya dado cuenta de que algo le ocurría, pero tratando de no darle mayor importancia le contestó:—Sí, de seguro algo me cayó pesado a noche —rió nervioso— pero solo eso.
—Ah...claro... ¿Quieres acompañarme a la cafetería? Yo invito.
—Sí, te acompaño. —dijo feliz.
Ambos jóvenes se levantaron de sus asientos y caminaron directo a su destino, Alexy no lo mencionaba, pero el hecho de volver a tener a Kentin solo para él aunque sea solo por un día, le hacía sentirse feliz. Sin embargo, todo después de que terminaran las clases volvería a ser lo mismo.
Tenía que ser sincero con él mismo, aunque bien Sucrette fuese su mejor amiga, sentía celos ante el comportamiento de Kentin para con ella. Le tenía envidia. Kentin era cariñoso, detallista y comprensivo... eso lo hacía más atractivo a los ojos de Alexy. Pero más tonto él, porque en vez de alejarse decidió permanecer a su lado y desearles lo mejor aún si la relación de aquellos dos le partía el corazón.
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.Por otro lado, la señora Victoria se había enterado de la situación de su hijo o mejor dicho la comprendió, pues recordando que a su hijo le habían roto el corazón, todo parecía encajar que se trataba de aquel chico con estilo militar que vio a través de la ventana aquel día. Sabía que una madre no debía alegrarse por la infelicidad de un hijo pero está ocasión era así, a veces le hubiera gustado que Alexy no se sintiera atraído por los chicos sin embargo eso no tenía remedio y no le quedaba más opción que esperar a que Alex siguiera soltero o no cometiera alguna locura.
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.Pasaron más días las cosas alrededor de Alexy seguían teniendo el mismo rumbo. Una tarde en la clase de la Srita. Delenay se les otorgó la tarea de un trabajo en equipo que valía el 50% de la calificación dando un tiempo de dos semanas. Uno de los tantos equipos estaba conformado por Lysandro, Nathaniel y Armin, los chicos quedaron de acuerdo en ir terminando las clases a la casa del chico pelinegro.
—Ay Dios mio... —dijo Armin estirándose en la silla y dando un gran bostezo — ¿falta mucho? —preguntó a sus compañeros.
—Tranquilo Armin –respondió Nathaniel sin dejar de mirar su laptop. —Solo es encontrar algunos datos y ya.
—Y para el colmo, tendremos que exponer –siguió quejándose – Yo la verdad, no quiero pasar.
Armin hizo a un lado su propia laptop y se dejó caer sobre la mesa haciendo una cara de agotamiento muy graciosa provocando así una ligera risa en Lysandro, quién dibujaba diagramas en hojas de papel. Aunque podía tachar a Armin de flojo, también era una persona agradable.
De pronto los tres se vieron interrumpidos al escuchar la puerta principal abrirse, eso solo podía significar una cosa. Alexy había llegado con la comida.
—Ya llegué, chicos... –avisó Alexy con alegría —perdonen si me tarde, había algo de gente.
Los demás se emocionaron a decir verdad pues el hambre ya les consumía, guardaron sus cosas de la mesa y colocaron las hamburguesas, papás y la botella de refresco en su lugar.
—Milagro que pediste una hamburguesa... Tú siempre eres de comer "cosas ligeras" –le comentó Armin a su hermano.
—No sé, simplemente vi como las preparaban y se me antojo... bueno, voy por los vasos –dijo Alex.
Alexy se dirigía a la cocina pero antes de cruzar la entrada, sintió un brusco mareo que le hizo recargarse sobre la pared. El primero en darse cuenta de eso fue Nathaniel quien no pudo evitar preguntar:
—¿Estás bien Alexy?
Llamando así la atención de los demás.
—Sí... Descuida ... – volvió a tomar la cordura — solo me mareé un poco, supongo que por el hambre –rió un poco nervioso antes de alejarse.
Tomó los cuatro vasos del gabinete y regresó con los chicos.
Comenzaron a comer, mientras Armin y Nathaniel charlaban entre sí acerca de mangas y novelas, siendo observados por Lysandro. Alexy estaba un poco pensativo, ultimamente no se sentía bien del todo, los constantes dolores en su vientre eran una prueba de ello, eran algo frecuentes que él ya mejor los denominó como cólicos... Quizá era comienzo de una colitis, pensaba él. Pero no tenía mucho sentido para Alexy pues siempre se alimentaba sano. Sin embargo desde hace poco días se le antojaba la comida chatarra y ahora comía una hamburguesa, pero eso no debía ser para tanto. Un día de estos iría al doctor.
—¿Y cómo vas con tu trabajo, Alexy?
La encantadora voz de Lysandro lo apartó de sus pensamientos con el carisma que lo caracterizaba le respondió:
—Bueno, no hemos hecho nada –refiriéndose a su equipo —pero quedamos en dos días ir a casa de Kim a hacerlo.
—No vayan a dejar pasar mucho tiempo –advirtió Nathaniel con una sonrisa —porque hacer las cosas de última hora no es una experiencia agradable.
—Yo por eso dejó las cosas en manos de Jesucristo nuestro señor... –soltó Armin provocando la risa de todos.
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.El día de exposiciones llegó, de alguna manera los chicos del aula trataban de mantener la calma y controlar sus nervios, además de eso otros hacian lo posible por lucir presentables.
—¿No se ve arrugada, Rosa? –preguntó el peliazul a su amiga, modelando su camisa azul de siempre.
—No, Alex. Está bien.
—¡Qué bueno! Ayer la tuve que planchar de último momento, además... No soy bueno en eso.
Sin darse cuenta, cierta chica rubia pasó cerca de ellos.
—Solo me aplicaré un poco de perfume y quedaré lista.
Amber exageró en rocearse aquel producto a poca distancia del chico peliazul. Para Rosa el perfume no era muy agradable pero sí soportable... En el caso de Alexy era un aroma muy fuerte y la sensación nauseabunda no se hizo esperar, de inmediato se levantó sin embargo el llamado de Rosalya no fue suficiente para detenerlo, corrió directo al sanitario y estando por fin enfrente del retrete, su desayuno se fue al caño, literal.
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El bebé de Alexy
DiversosAlexy, un pobre doncel enanorado. Jamás imaginó que el amor tan secreto que tenía hacía su compañero Kentin, le traería problemas, asi cómo alegrías. Después de un juego entre adolescentes por la noche... Ese hijo venía en camino. "Te amo, Su.." ...