Dentro del autobús, Alexy le mandó un mensaje a su madre, diciéndole que esa noche estaría en casa de su amigo Lysandro quién lo había invitado de ultimo momento, también le envió el número telefónico de este (Gracias a Rosalya) para que no se preocupara demasiado. Minutos después bajó del autobús que lo dejó enfrente de la tienda de ropa de Leigh, sólo fue cuestión de pasar por otro local para llegar a lo que parecía ser el departamento dónde Lys y su hermano rentaban.
Tocó la puerta un par de veces hasta que por fin alguien abrió la puerta. El peliplateado no pudo evitar sorprenderse un poco por la visita que tenia enfrente.
—¿Alexy?
—Hola... Lysandro — saludó avergonzado — perdona que venga de imprevisto... ¿puedo pasar?
—Ammm... sí, claro. Pasa.— el joven se hizo a un lado para permitirle el paso a su compañero y después cerró la puerta — disculpa el desastre, no contaba con tu visita.
—No... no hay problema.
Una vez adentro, Alexy observó el interior hasta donde su vista le permitiera, el departamento de Lysandro se veía realmente acogedor. Quizá no era muy grande pero los finos muebles, los sillones de color perla, las cortinas rosadas en un tono pastel y las paredes blancas, además de los cuadros con diferentes paisajes, todo daba un hermosa vista.
—Siéntate. —ofreció aquel anfitrión.
—Gracias. — dijo Alexy cuando se sentó en el sofá grande.
—¿Gustas algo?¿agua?¿té?
—No, gracias Lys. Sólo quería pedirte un favor enorme... sólo por hoy.
Tras esto Lysandro tomó asiento en el sofá individual, dispuesto a escucharlo puesto que el peliazul se escuchaba serio.
—Bien, entonces dime Alexy ¿en qué puedo ayudarte? y no te preocupes, no hay nadie más aquí.
—La verdad... me da pena decirte esto, casi no hablamos y pareciera que estoy abusando pero es que no tengo con quién más recurrir.
—Bueno, es verdad que casi no hablamos — dijo alzando los hombros — pero tampoco es como si no me simpatizaras.
—Que bueno — soltó una ligera sonrisa. No tenía duda en que ese chico era muy amable. — El favor que quería pedirte era en que si me permitías quedarme a dormir en tu casa... ¡Sólo por hoy!
El chico albino volvió a sorprenderse de nuevo, Alexy parecía de esas personas que no acostumbran dormir en casas ajenas.
—¿Y eso?... digo, si se puede saber.
El muchacho soltó un suspiro cansado antes de continuar.
—Estoy en un problema grande y además no me siento viendo bien emocionalmente como para ir a casa, perdón en que no te pueda contar de lo me agobia.
—No... esta bien, es asunto tuyo y no debo entrometerme.
—Gracias por comprenderme.
—Te mostraré mi habitación.
—¿Qué? ¡No!... Yo me quedó en el sofá, no quiero abusar.
—Quiero que duermas en mi cama Alexy y no estás abusando... yo mismo quiero dejarte ahí, necesitas estar a solas... necesitas desahogarte. —dijo esto ultimo mirándolo a los ojos.
Las insistencias de Alexandre no bastaron pues el albino sostuvo en pie su decisión, incluso Lysandro sacó algunas cobijas y almohadas de su habitación para si mismo. Siendo aproximadamente las siete de la noche Alexy se encerró en la recámara no sin antes que le anfitrión le dijera que si se le ofrecía cualquier cosa no dudara en decirle.
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El bebé de Alexy
De TodoAlexy, un pobre doncel enanorado. Jamás imaginó que el amor tan secreto que tenía hacía su compañero Kentin, le traería problemas, asi cómo alegrías. Después de un juego entre adolescentes por la noche... Ese hijo venía en camino. "Te amo, Su.." ...